El correo


No había servicio de correos. Si era necesario remitir una carta o cualquier otro pliego o paquete, se hacía por medio de lo que llamaban un propio. Era éste un enviado especial, al que se le pagaba por día el tiempo que tardara. Como es de suponer, este procedimiento resultaba muy costoso.

Ya para 1714 se sabe que el Correo Mayor de la Nueva España nombró al alférez Luis de Salazar como correo "para el Nuevo Reino de León y el presidio de San Juan Bautista del Río Grande del Norte", hoy Guerrero, Coahuila. Al parecer no tuvo entonces buen éxito este intento de establecer el correo.

Muchos años más tarde, el virrey, marqués de Cruillas, al nombrar gobernador del Nuevo Reino de León a don Carlos de Velasco, le dio instrucciones, por decreto de 15 de febrero de 1762, para que durante su viaje a Monterrey trasmitiera en cada lugar su orden para el establecimiento de un correo mensual de Monterrey a San Luis Potosí. Esta última ciudad tenía ya ese servicio hasta México.

El gobernador dispuso que el día 1° ó 2 de cada mes saliera de Monterrey un soldado correo. En Saltillo recogería correspondencia y continuaría hasta entregarla al correo de San Luis, donde recibiría la que hubiese para este reino. Los hacendados establecidos en el trayecto le darían caballo, el cual dejaba encargado en los demás lugares para usarlo a su regreso y devolverlo en cada lugar a sus respectivos dueños.

Es importante conocer el recorrido que por obligación hacía el correo. Saliendo de Monterrey, llegaba a la hacienda de Santa María. De allí continuaba a Saltillo, para seguir hacia las haciendas de Aguanueva y la Encarnación. Proseguía luego a la estancia de San Salvador, en el actual estado de Zacatecas, y por Noria de Papagayos avanzaba a las haciendas de San Juan de Vanegas y Guadalupe, hasta llegar a Charcas. De aquí continuaba al pueblo de Venado, de donde salía a la Hedionda y, pasando por la hacienda de Bocas, llegaba a San Luis. En 1763 era correo Joaquín Fernando de Cosío.

Con más o menos eficiencia funcionó este importante servicio postal. El virrey Antonio María de Bucareli dio nuevas órdenes para mejorarlo. Por decreto de 27 de septiembre de 1774, ordenó al gobernador Melchor Vidal de Lorca que el correo saliera el primer lunes de cada mes. El gobernador nombró administrador a Juan José Rodríguez y redactó el reglamento con las siguientes bases:

Los vecinos deberían depositar la correspondencia el viernes anterior al último lunes de cada mes. El primer lunes del mes, a las 10 de la mañana, saldría el correo. Se prohibía a particulares despachar propios, a no ser por medio de la administración. Quien lo hiciera, sería multado con mil pesos. A quien enviara un propio clandestinamente, se le avergonzaría en público. Si reincidía, sería condenado a 10 años de presidio. Si usaba el escudo real, se le confiscarían sus bienes y se le condenaría a pena de muerte. Hacia fines del siglo, en 1796, el administrador Bernardo de Isureta, propuso el establecimiento de estafetas en Cadereyta, el Pilón, Linares y otras poblaciones de Nuevo León.


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