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20. Es curioso notar cuántos de los muchos tiranicidios de Italia tenían por escenario una iglesia. Los Chiavelli de Fabriano fueron asesinados durante un solemne servicio divino, en 1435; la señal para descargar sobre él el golpe de muerte fueron las palabras de la misa "Et incarnatus est". Gian María Visconti fue asesinado en la iglesia de San Gottardo (en 1412). Galeazzo María Sforza en San Stefano (1484). Lodovico Moro se libró por muy poco de morir asesinado en Sant'Ambrogio (1484). Maquiavelo dice que atentaron contra la vida de Lorenzo de Médicis en la iglesia del Carmine (v. Ist. fior., libro VIII, hacia el final). Los Baglioni de Perusa iban a ser asesinados durante la misa de bodas de Astorre y Lavinia Colonna (1500). Stefano Porcari tenía el plan de capturar a Nicolás V cuando éste se dispusiera a cruzar la gran puerta de San Pedro (1453). Y es que la única probabilidad de sorprender a los recelosos príncipes desamparados de sus guardianes era en las grandes solemnidades.

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