|   ESTE es el libro de mi dolor:  
        lágrima a lágrima lo formé; 
        una vez hecho, te juro, por 
        Cristo, que nunca más lloraré. 
        ¿Llorar? ¿Por qué? 
       Serán mis rimas como el rielar 
        de una luz íntima, que dejaré 
        en cada verso; pero llorar, 
        ¡eso ya nunca! ¿Por quién? ¿Por qué? 
       Serán un plácido florilegio 
        un haz de notas que regaré 
        y habrá una risa por cada arpegio, 
        ¿Pero una lágrima? ¡Qué sacrilegio! 
        Eso ya nunca. ¿Por quién? ¿Por qué?   |