VILLANCICO V

Coplas

ENTRE la antigua Cizaña
que el Enemigo del hombre
puso en el jardín del mundo
para marchitar sus flores,
     el Hortelano Divino,
por ostentar sus primores,
en el más estéril cuadro
plantó la Rosa más noble.
     De corrupción y de espinas
goza regias exenciones,
fragante Reina de tanta
república de colores.
     A influjos del Sol se engendra,
porque su Criador dispone
que, aunque de la tierra nace,
nada de la tierra toque.
     Y porque saliendo al prado
por maravilla del Orbe,
luces por hojas despliegue,
brille rayos por candores,
      tan limpia, en fin, se concibe,
tan fuera del común orden,
que Naturaleza misma,
en Ella, se desconoce.

Estribillo

¡Al jardín, Hortelanos,
al campo, Labradores,
y veréis en el campo, y entre las flores,
una Rosa sin recelo
de que la marchite el hielo
ni la abrasen los ardores!
Sin espinas de pecado
veréis que preside al prado,
sin mancilla,
tan hermosa,
que siendo del Cielo Rosa
es del prado Maravilla.

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