Recomendaciones

La habilidad de organizar los propios pensamientos
para escribirlos ayuda a la comprensión plena
de los pensamientos escritos por otros.

Platt

Con el fin de propiciar que los alumnos se interesen por la producción de textos escritos, independientemente de la asignatura o del tipo de texto de que se trate, es necesario que en el aula prevalezcan condiciones básicas que permitan una adecuada comunicación y entendimiento. Por lo anterior, al llevar a cabo cada una de las actividades que aquí se proponen se recomienda que:

  • Establezca una atmósfera en la que los niños y niñas se sientan con libertad para expresarse abiertamente. Ellos responden cuando sus esfuerzos son aprobados, por lo que es importante mantener una actitud positiva hacia el trabajo que realizan.
  • No desapruebe ni corrija los trabajos de los niños y las niñas en el primer intento. Recuerde que es un primer borrador, el cual pasará por varias revisiones y correcciones. Los niños y niñas pueden desalentarse con rapidez si en sus primeros intentos de escritura se les marcan sus errores.
  • Aliente a los niños y niñas a escribir y a revisar lo que escriben. Procure comenzar las revisiones con un comentario positivo.
  • Permita que los niños lean sus trabajos en voz alta. A ellos les encanta compartir sus escritos y escuchar lo que sus compañeros han hecho. Evite pedirlo solamente al que tiene el texto que usted considere mejor.
  • Tenga paciencia con los alumnos y alumnas que son lentos para escribir, o que no tienen inclinación para hacerlo. Algunos tardan más en entusiasmarse por esta actividad. Anímelos para que lo hagan.
  • No espere que todos los niños y niñas escriban de la misma manera, ni juzgue las posibilidades de escritura que poseen por sus primeros intentos. Cada producción escrita es individual, por lo que resulta importante apoyar a sus alumnos y alumnas durante sus primeros intentos de producción de textos.
  • Recuerde que los alumnos y alumnas son los autores de los textos que producen.
  • Respételos en sus decisiones, tal como lo haría con un adulto.
  • Organice al grupo de diferentes formas: por parejas, por equipos, todos juntos: ya que la interacción constituye el medio fundamental para el desarrollo de los procesos cognitivos superiores que se utilizan en la composición. No es imprescindible que la interacción sea con un “experto” para que se produzca el aprendizaje.
  • Permita que sus estudiantes hablen de lo que están escribiendo. Esta actividad posibilita que otras personas le hagan preguntas que le ayuden a conformar el texto, ampliarlo o que le ofrezcan formas alternativas de pensamiento.
  • Escriba en el aula con sus estudiantes. Muéstreles lo que ha escrito, cómo genera ideas, cómo las desarrolla, las revisa y corrige. Recuerde que esto constituye un factor de gran importancia para el aprendizaje de sus alumnos y alumnas.
  • Promueva que sus alumnos utilicen la escritura con muchos fines y destinatarios; ello conllevará a que en el aula escriban diversos tipos de textos y, lo más importante, que lo hagan consentido.
  • Observe las producciones de texto espontáneas que realizan sus alumnos y alumnas; por ejemplo, mensajes, recados, cartas, dedicatorias, relatos, etc. Respete el anonimato. No las sancione, ni ridiculice; al contrario, motívelos y apóyelos para que lo hagan cada vez mejor.
  • Promueva que sus estudiantes escriban en clase, evite prescribir textos de tarea. Recuerde que el aula es el lugar privilegiado para que sus alumnos aprendan a producir textos, debido a la colaboración entre compañeros y a la intervención de usted como docente.
  • Involucre a padres y madres de familia, solicitándoles que en la medida de lo posible, apoyen y animen a sus hijos en la producción de textos.
  • Prevea invariablemente que las producciones de textos de sus alumnos lleguen a un destinatario: periódico de la escuela, boletín, envíos a los padres, alumnos de otros grupos o escuelas, o, en última instancia, entre ellos mismos.
  • Recuerde que los textos no deben terminar en el escritorio del profesor o profesora o en un cajón de la casa. Deben culminar hasta que son publicados y leídos por el o los destinatarios. Los niños y niñas se mostrarán muy entusiasmados por leer y por escribir si participan directamente como autores y editores.
  • Registre los avances y dificultades más significativas de los niños y niñas cuando producen sus textos: respecto de lo que expresan, de lo que se les dificulta de lo que se les facilita, de las incidencias que surgen a raíz de la interacción que se genera durante el proceso de la vivencia. Comparta la lectura de este registro con el colectivo docente como un elemento más para la socialización de experiencias de enseñanza.