Anexo

Sobre la atención a las necesidades educativas especiales en ámbitos regulares

Un grupo de población vulnerable e insuficientemente atendido, ha sido el de los niños que requieren de apoyos especiales para desarrollar plenamente sus potencialidades como seres humanos, y para alcanzar los máximos logros educativos posibles. En este caso se ha impulsado la integración de niños con necesidades educativas especiales a las escuelas regulares, cambiando así la tradición de atenderlos en servicios de educación especial.

El impulso de esta acción tiene como base —además del imperativo ético derivado de los derechos humanos y de los principios que orientan a la educación nacional— diversas experiencias y estudios realizados en nuestro país y en otros países, cuyas conclusiones indican que cuando los niños con necesidades educativas especiales se integran a las aulas de las escuelas regulares desarrollan mejor sus capacidades físicas, intelectuales y de relación con otros. Pero, además, la integración educativa también puede beneficiar a los demás integrantes del grupo: su presencia en las aulas implica un llamado de atención hacia el reconocimiento de las características particulares de cada uno de los alumnos, de sus intereses y capacidades siempre diversas, y constituye una oportunidad excepcional para promover la convivencia, la comunicación y el respeto entre los diferentes. Por otra parte, la integración educativa subraya la necesidad de revisar las formas de enseñanza, las relaciones cotidianas entre los diversos actores del hecho educativo (particularmente la relación entre el profesor y los alumnos, y la de éstos entre sí) y, aún más, la adecuación de los contenidos educativos a las características particulares de los alumnos... La integración educativa demanda, además, la transformación de la organización de las instituciones escolares y, especialmente, de las prácticas de enseñanza y de evaluación; por estas razones, no puede ser establecida sólo mediante medidas de información, cambios legales o administrativos. Es imprescindible que tanto los profesores de las aulas regulares como los profesionales de educación especial cuenten con las condiciones, conocimientos, habilidades y actitudes propicias para llevarla a cabo.