Introducción

La vida actual impone a las personas el desarrollo de diversas habilidades, como aquellas que les permitan desenvolverse de manera más autónoma en el vasto mundo de información que les rodea; esto es, se requiere de individuos que posean capacidades para aprender a aprender.

La escuela, en este reto, debe desarrollar en los alumnos las habilidades de búsqueda, selección, organización, procesamiento y uso de la información, además de brindar múltiples oportunidades para fortalecer en ellos la autonomía con relación a su forma de apropiarse de los conocimientos. Es decir, la escuela debe evitar saturarlos con grandes cantidades de información y, en cambio, permitirles desarrollar sus habilidades para que por sí mismos puedan hacer uso crítico y creativo de ésta y aprendan a aprender dentro y fuera de la escuela durante toda su vida.

En ese sentido, el Plan y programas de estudio 1993 señala la importancia de que los niños y las niñas “adquieran y desarrollen las habilidades intelectuales (la lectura y la escritura, la expresión oral, la búsqueda y selección de la información, la aplicación de las matemáticas a la realidad) que les permitan aprender permanentemente y con independencia, así como actuar con eficacia e iniciativa en las cuestiones prácticas de la vida cotidiana”.

Lo anterior se traduce en retos para el colectivo docente, que tiene la responsabilidad de implementar en su quehacer cotidiano las acciones pertinentes que permitan a sus alumnos fortalecer sus habilidades para desarrollar con eficiencia el proceso de informarse y, con ello, las habilidades para saber buscar, seleccionar, organizar, procesar y utilizar la información.

Con la finalidad de apoyar en este reto a los profesores y a las profesoras, y a la vez fortalecer sus habilidades para que ellos mismos sean aprendices más autónomos y generadores de aprendizajes significativos para los estudiantes, este cuaderno brinda una serie de estrategias que les permitirán, en un primer momento, reflexionar sobre su práctica cotidiana, compartir su experiencia y establecer acuerdos con sus colegas, y en un segundo momento, trabajar con sus alumnos de manera más sistemática y dinámica el desarrollo del proceso de informarse.