Actividades

En la primera sesión analizaron la importancia de la expresión escrita como una habilidad comunicativa que corresponde a la escuela desarrollar. En esta segunda sesión se pretende que obtengan otros elementos que les permitan promover la producción de textos en lengua indígena dentro de la escuela.

Escribir la lengua materna significa valorar y apreciar lo que somos; nuestra historia, conocimientos y cultura. Es decir, aceptar y reconocer nuestra identidad dentro de un mundo diverso.

Reconozcamos la escritura de nuestra lengua

Libros de texto Temas Actividades Recursos
 

Texto 1

Por las noches todos nos juntábamos a escuchar las historias que sobre la historia de nuestro pueblo nos contaban los ancianos. A mi abuelo le gustaba contarnos estas historias y cuando terminaba yo me levantaba y me ponía a dar vueltas porque estaba contento. Por eso me decían la pirinola, porque me gustaba dar muchas vueltas y siempre lo hacía.

sep. Soy tsotsil. México: sep (Libros del Rincón) 1995 p. 17.

Texto 2
El roba jícara

Una vez, un señor se fue a trabajar en su parcela, cerca de la montaña; ese día hacia mucho calor y le dio sed, se fue al pocito que le quedaba más cerca, sacó su jícara de su morral y dejó el morral colgado, tomó un poco de agua y se ocurrió tomar de una vez su pozol. Dejó su jícara junto al pozo y se levantó para ir a sacar su pozol de su morral, pero al regresar al pozo su jícara ya no estaba; desde ese día el pozo y las parcelas que el señor tiene a sus alrededores le llaman “roba jícara”.

Cuento de la tradición oral zoque.

sep. Literatura oral de los pueblos indios de Chiapas. Chiapas sep/ oea. Coordinación General del Proyecto Interinstitucional de Capacitación y Actualización de Educadores Bilingües en el
Estado de Chiapas, 1995, p. 64.

Texto 3
Tajín y los siete truenos

Una mañana de verano, hace mucho tiempo, llegó a las selvas del Tonocapan, un muchacho llamado Tajín. Iba por el camino buscando bulla porque era un chamaco maldoso. No podía estar en paz con nadie. Si encontraba un hormiguero le saltaba encima; si veía una banda de monos los apedreaba; zarandeaba los árboles y les arrancaba ramas sin ninguna consideración. Todos salían corriendo en cuanto lo veían venir. —Ahí viene Tajín— decían las hormigas rojas y las hormigas negras en sus hileras apretadas, y se apresuraban a entrar a sus túneles con la acostumbrada disciplina. —Ahí viene Tajín— decían los monos entre aullidos y gestos, y se daban prisa para encaramarse a las ramas más altas, a las rocas más escarpadas, donde no pudieran alcanzarlos las piedras del intruso.

sep. Español. Cuarto grado. Lecturas. México: sep, 2002, p. 109.