¿Cómo hemos actuado frente a esta diversidad?

Con los ejercicios realizados y con el apoyo de la lectura, podemos ahora decir que nuestra realidad es diversa, tanto en el ámbito social más amplio como en nuestro salón de clases. Así, no podemos hablar de una sociedad homogénea como tampoco podemos hacerlo de las escuelas y aulas.

La "organización" de los alumnos

Así, en el salón de 5° grado me llamó la atención la forma de trabajo del maestro ante sus alumnos, pues con el fin de organizar bien el grupo, procedía a hacerlo dialogando con los niños. Veamos una parte del desarrollo de este diálogo:

Maestro: Bueno chamacos, estamos iniciando el ciclo escolar y tenemos que organizarnos bien porque si no, no vamos a avanzar con el programa, ¿me oyeron?

Alumnos: Síiii, maaeestrooo (a coro sólo algunos alumnos).

Maestro: Muy bien, después de haber realizado el diagnóstico, he encontrado que hay muchos que no deberían estar aquí, de plano creo que pasaron de noche el cuarto grado. Tú, Eleazar, de plano ya deberías mejor dedicarte al campo, estás en quinto grado, ya estás grande y tus letras ni se entienden, además ya me di cuenta que eres demasiado flojo para hacer tus trabajos, deberías echarle más ganas, aprende de Gilberto que es muy trabajador.

Lo mismo pasa contigo, tú... ¿cómo te llamas? Ah sí tú, Bernardo, no sé qué voy a hacer contigo, veo que no has avanzado nada, no sé cómo te pasaron a quinto grado, yo que tu maestro te hubiera dejado de nuevo en cuarto grado por tu propio bien; es que veo que te falta mucho. Y con ustedes mujeres, ya ni se diga, de plano como que aprenden muy lentamente, de plano son más de la cocina. No sé por qué pero los varones como que le echan más ganas, ustedes deben echarle ganas también, alcancen a los hombres.

Bueno, la cosa es que ya están aquí, ni modos, vamos a organizarnos, miren, todos los que nombre ahorita que se formen aquí a mi derecha, y los que nombre en seguida, que son los que van más adelantados, aquí a mi izquierda. A ustedes que van más atrasados los voy a atender como si estuvieran en cuarto grado, porque si no me van a atrasar mucho. Y ustedes que van a estar a mi izquierda sí vamos a trabajar de acuerdo a nuestros libros de quinto grado, y les pido que le echen ganas porque de aquí tiene que salir el que concurse en la zona escolar para que defienda nuestro grupo. Yo creo que así como nos estamos organizando sí podemos lograr ganar, ¿cómo lo ven?, o ¿quieren que de plano, por culpa de ellos, nos atrasemos?

Alumnos: Nooo, maaaestrooo (contestan a coro y en voz alta, solamente algunos de los niños “avanzados”).

Maestro: Muy bien, así que ustedes que van más atrasados van a tener que trabajar mucho si quieren pasarse a este grupo. ¿Están de acuerdo así, entonces?

Alumnos: Síii, maaaeeestrooo (contestan a coro la mayoría de los “avanzados” y unos cuantos de los “atrasados”).

López Sánchez, J. La elección de la lengua en las interacciones verbales. El caso de un pueblo maya-tseltal, tesis de
maestría (información recopilada en el proceso de
investigación). México: ciesas, 2000.

Los esterotipos

Los estereotipos son una especie de “etiquetas” que colgamos a las niñas y los niños sin que necesariamente correspondan a sus personalidades. Algunas veces sólo porque en una ocasión un niño actuó con lentitud en la escuela le decimos “flojo” de ahí en adelante. O a una niña le decimos “lista” o “inteligente” todo un año escolar nada más porque un día resolvió pronto un problema.

Con mucha frecuencia, los estereotipos que imponemos a los demás corresponden a nuestros más profundos prejuicios y, de esa manera, los expresamos. Con frecuencia, cuando tenemos ante nosotros a una persona diversa la etiquetamos, en lugar de conocerla para comprenderla, en lugar de dialogar con ella con el respeto que merecen todas las personas.

Hay estereotipos positivos y negativos. Pero todos hacen daño porque las niñas y los niños están vivos, cambian, corrigen, aprenden, se retrasan y se superan día a día. Si les ponemos etiquetas que les duren para todo el año (en ocasiones para siempre), los volvemos estatuas y eso nos impide aprender de ellos, además de contemplar, apoyar y propiciar su movimiento, su dinamismo, su desarrollo identitario.

La diversidad nos enriquece

Las personas somos distintas. Tenemos diversas costumbres, estatura y color de piel. Actuamos, sentimos y opinamos de manera diferente.

Cuando hay opiniones distintas se enriquecen las conversaciones, se descubren nuevas ideas y se encuentran mejores soluciones para todos.

sep. Libro integrado. Primer grado.
México: sep, 2001, pp. 167.