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El Preclásico: las primeras
civilizaciones
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Vasija de barro negro de Tlatilco.
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En las primeras décadas del siglo
xx, los antropólogos mexicanos
encontraron que abajo de los grandes centros ceremoniales llamados
clásicos, como Teotihuacan y los de la zona maya, había restos
más primitivos. Por eso, denominaron Preclásico al periodo
cultural de mayor antigüedad.
Hoy sabemos que en ese periodo formativo, que dura por lo
menos 20 siglos, hubo una lenta evolución desde las aldeas
agrícolas hasta la primera gran civilización de
Mesoamérica: la de los olmecas.
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Pirámide de Cuicuilco.
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Durante el Preclásico creció
aceleradamente la población de Mesoamérica, tanto así que
algunos historiadores hablan de una explosión demográfica. No se
sabe con precisión a qué se debió este fenómeno,
pero seguramente está relacionado con el aumento de las superficies
cultivadas, el invento de nuevas técnicas agrícolas y el
desarrollo de variedades de maíz que producían mazorcas
más grandes.
Muchos sitios de México estuvieron habitados desde
principios del Preclásico.
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Brasero de barro con la figura de
Huehuetéotl, dios viejo del fuego, uno de los más antiguos de
Mesoamérica.
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Los vestigios de edificaciones no son muy
abundantes, pues en esa época se construía generalmente con
madera, hojas de palma y otros materiales que no resisten el paso del tiempo.
Pero sí se hallan basureros y tumbas, y los objetos que se han
encontrado allí nos permiten tener una idea sobre cómo se
vivía en aquel tiempo.
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Uno de los ritos practicados por los pueblos del
Preclásico consistía en arrojar en los sembradíos
pequeñas figuras de mujer, hechas de barro y adornadas con las joyas y
peinados que se usaban entonces. Era una forma de pedir una buena cosecha y de
agradecer la fertilidad de la tierra.
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Sabemos, por ejemplo, que los antiguos
mesoamericanos creían en la existencia de un más allá
donde moraban los espíritus de los muertos. Lo sabemos porque en las
tumbas que han sido descubiertas enterraban a sus difuntos con objetos que,
según ellos, podían necesitar en otra vida, como joyas, vasijas,
juguetes y figurillas de barro. Había también una religión
primitiva, en la que se veneraba a fenómenos naturales como el Sol, la
lluvia y la fertilidad de la tierra.
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Punta de lanza.
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A medida que los grupos humanos formaron aldeas
y ciudades mayores, las necesidades de la población crecieron y el
trabajo de las personas se especializó. En las sociedades se
distinguieron varios grupos: los gobernantes, que a la vez eran sacerdotes y
jefes guerreros, los artesanos y los campesinos, que eran la mayoría.
Estos últimos trabajaban la tierra, construían las
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Cacería de patos representada en un
códice.
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obras públicas y en las guerras peleaban como
soldados. Los trabajos agrícolas se hacían en grupo y las
familias se repartían los productos del campo.
Las técnicas progresaron con gran rapidez. Se
tejían, entre otras cosas, telas, cuerdas, redes y cestas. Los trabajos
que se efectuaban en piedra y en barro alcanzaron, paso a paso, una notable
perfección.
Además de la civilización olmeca, en el
Preclásico se desarrollaron las primeras etapas de las grandes culturas
de Mesoamérica. Eso sucedió en varias regiones: en la zona maya,
en la zapoteca, en el Occidente y en el Altiplano.
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