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Las artes y las ciencias
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Patio del convento de La Merced, bello ejemplo de
la arquitectura colonial de la ciudad de México.
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Seguramente la herencia artística más
importante de la Colonia es la arquitectura. Miles de construcciones de aquella
época existen en casi todo el territorio de México. Los hay de
todos tipos: catedrales monumentales y templos modestos; palacios y edificios
de gobierno; obras públicas, como acueductos y hospitales. En las
ciudades y pueblos antiguos nos hemos acostumbrado a verlos
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Desde los inicios de la Colonia la
población indígena fue empleada en la edificación de las
ciudades.
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como parte de
nuestra vida diaria, pero hay que observarlos con cuidado para apreciar su
belleza, la solidez que ha permitido resistir el paso del tiempo y el ingenio
con el que sus constructores españoles e indígenas resolvieron
complicados problemas de edificación.
En Nueva España se introdujeron muy pronto dos medios
indispensables para el desarrollo de la cultura: la imprenta y la universidad.
Ambas existían desde el siglo
xvi y ayudaron a crear posibilidades de
aprender, discutir y difundir las ideas.
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La Catedral Metropolitana se construyó por
etapas durante el periodo colonial.
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La cultura novohispana tuvo sus altas y sus bajas.
La universidad, por ejemplo, pasó por épocas brillantes y por
otras en que predominaron la mediocridad y la flojera. A pesar de todo, se
desarrolló una cultura variada, con rasgos propios, que no era una
simple extensión del arte y del saber cultivados en Europa.
En la segunda mitad del siglo había ya historiadores,
científicos, poetas y periodistas que expresaban el sentimiento de los
criollos. Se hacen frecuentes las descripciones del paisaje de nuestra tierra,
la recuperación de la historia prehispánica, las narraciones
relacionadas con las costumbres, las leyendas y los personajes típicos
de la Colonia. Algunos historiadores llaman "patriotismo criollo" a esta manera
de sentir y de pensar, que ejercería una gran influencia al iniciarse el
movimiento de independencia en la primera década del siglo
xix.
El español de América
La lengua castellana es uno de los legados más
importantes que la época colonial dejó en Hispanoamérica.
Aunque en nuestro continente se hablan también muchas lenguas
indígenas, el español es el elemento común que une a
nuestros países, desde México hasta la Tierra del Fuego, y que
también es hablado por millones de emigrantes que viven en Estados
Unidos.
El español hablado en el siglo
xvi ha cambiado a lo largo del tiempo.
Fíjate, por ejemplo, en el relato de Bernal Díaz del Castillo de
tu libro de Historia. Cuarto grado, página 59, y nota las diferencias
con el lenguaje actual. En América el español hablado en las
colonias fue experimentando también cambios regionales, influidos por la
manera de hablar de los grupos indígenas y de los emigrantes de Europa y
África que llegaron después de la conquista.
Los hablantes del español nos entendemos sin
problemas unos con otros, pero notamos que, según el país en el
que se vive, hay diferencias en la entonación, la pronunciación y
en el significado de algunas palabras. Piensa, por ejemplo, en los matices del
habla de un mexicano, un cubano y un argentino.
Dentro de países extensos de Hispanoamérica se
encuentran también variaciones en el habla regional, como las que
existen entre un habitante de Sonora, uno de la ciudad de México y uno
de Yucatán. Como te habrás dado cuenta, a cada quien le parece
que son los otros quienes hablan muy raro. Estas particularidades del habla son
parte de la riqueza y la diversidad de los culturas hispanoamericanas.
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ACTIVIDAD
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Si en tu localidad hay construcciones coloniales, escoge una
de ellas. Visítala con tu maestro, un familiar o tus compañeros.
Investiga: ¿cuándo se construyó?, ¿qué usos
se le han dado?
Escribe lo que más te llame la atención sobre
ella y coméntalo en el grupo.
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