PRÓLOGO
El material contenido en este libro tiene un carácter que podría calificarse de elemental. Su lectura no requiere conocimientos superiores al nivel de secundaria. Su objetivo primordial es informar al lector, de manera accesible pero seria, la evolución y aplicación de los conceptos fundamentales de la llamada termodinámica clásica (o, más exactamente, termostática). Debido a este carácter de obra de divulgación se ha empleado un lenguaje simple y, en lo posible, ameno. No obstante, también es necesario tener presente que la física requiere de la simbología y el lenguaje de la matemática. Es necesario, entonces, acostumbrarnos a traducir resultados de una relación entre símbolos. Esto no quiere decir que para lograrlo sea necesario utilizar todas las técnicas de la matemática para realizar operaciones con aquellos símbolos. En las veintiuna ecuaciones incluidas hasta la Sección B del Capítulo III sólo tres son fundamentales, las numeradas (3), (7) y (10) que expresan los tres conceptos esenciales que constituyen el núcleo de esta obra. Las restantes son formas equivalentes de las mismas, aplicadas a situaciones diversas. Se encuentra también una que otra ecuación adicional que define conceptos auxiliares. Debemos perder el temor a tal simbología pues su fin principal es economizar frases. Las operaciones que se realizan con ellas no pasan de sumas, restas, multiplicaciones y divisiones.
La única sección que requiere de la matemática en mayor grado es la C del Capítulo III, que está dedicada al lector que quiere profundizar un poco más en la materia. Una persona que haya pasado por la preparatoria no encontrará ninguna dificultad en seguirla. Por otra parte, su omisión no resta continuidad a la lectura del resto del libro.
En pocas palabras lo que se pide al lector interesado es que emprenda la lectura sin perjuicios ni temores respecto al fantasma de la matemática, que aquí no aparece por ningún sitio.
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