III. ACCI�N GEOL�GICA EN EL MAR PARA LA FORMACI�N DE LOS DIFERENTES TIPOS DE COSTA

LOS ge�logos y los geof�sicos marinos han descrito la historia y la constituci�n de las dos terceras partes de la superficie terrestre que se encuentra bajo las aguas oce�nicas. Asimismo, han dividido dicha superficie, seg�n sus caracter�sticas estructurales y topogr�ficas, en regiones o provincias. Tal es el caso de los m�rgenes continentales y de las cuencas oce�nicas, dos de las m�s importantes.

El mayor margen continental o precontinental incluye la zona donde los continentes y los oc�anos est�n en relaci�n, es decir, corresponde a aquellos sectores de los fondos marinos que cl�sicamente se han denominado plataforma y talud continental y que hacen que el paso de los continentes a las profundidades oce�nicas no sea repentino.

Cualquier perfil del borde precontinental aparece estructuralmente como una depresi�n de la corteza terrestre, que a trav�s de los a�os cambia conforme se va rellenando de sedimentos. Su borde interno est� constituido por la zona costera, que forma parte del dominio continental y contiene diversos detalles topogr�ficos, como son las playas, las l�neas de costa, los acantilados, las lagunas litorales y los esteros, entre otros. Su borde externo hace contacto con los fondos oce�nicos; en esta �rea se pueden distinguir tres grandes provincias:

Plataforma continental. Es el sector m�s plano. Contin�a el relieve del continente y se extiende a una profundidad de 200 metros.

Talud continental. Corresponde a una zona de pendientes m�s acentuada, por abajo de los 200 metros de profundidad. Su extensi�n var�a en los diferentes mares.

Borde continental. Se sit�a al pie del talud. Forma el l�mite del precontinente y su uni�n con los grandes fondos oce�nicos.



Figura 6. M�rgenes continentales.



De las provincias de las m�rgenes continentales, la que mejor se ha estudiado es la zona costera, puesto que en ella se efect�a el m�s alto n�mero de actividades humanas. Esta zona puede dividirse en cuatro unidades: la costa, la ribera, la l�nea de costa y la playa.

La zona costera ha cambiado durante la evoluci�n del oc�ano. Esto se explica porque los continentes se han elevado haciendo que la costa emerja y que la l�nea de costa se desplace hacia el mar. Este desplazamiento puede ser provocado por la actividad tect�nica o por la acumulaci�n de los materiales sedimentarios que son acarreados por el mar hacia la costa.

En otros lugares, la l�nea de costa se ha desplazado hacia el interior de los continentes. A este fen�meno se le llama retirada o sumersi�n, y puede ser originado tanto por movimientos tect�nicos como por la erosi�n de la costa. Dicha zona costera puede cambiar su topograf�a debido a la acci�n de agentes —denominados geom�rficos— de origen terrestre o marino. Los terrestres, como los r�os, los glaciares y los volcanes, adem�s del plegamiento de la corteza, forman las l�neas de costa primarias, mientras que los de origen marino, como el oleaje, las corrientes oce�nicas y las mareas, junto con la influencia de algunos organismos, como los corales, moldean las l�neas de costas secundarias.

Las caracter�sticas actuales de las costas han sido determinadas por la acci�n que el mar ha ejercido desde �pocas geol�gicas. El agua de los oc�anos ha sido, por la din�mica de sus movimientos —olas, corrientes y mareas— y en menor escala por su acci�n qu�mica, la principal responsable del modelado de las costas. Tambi�n otros factores contribuyen a esto, como los fen�menos atmosf�ricos, las aguas salvajes, la desembocadura de los r�os y los seres vivos.

En un principio, las costas debieron haber tenido un perfil homog�neo, y quiz�s despu�s sufrieron una continua transformaci�n originada por la influencia de agentes externos e internos como la erosi�n y la sedimentaci�n, que ayudaron al desgaste y acumulaci�n de material.

Los agentes externos son los que pertenecen al medio ambiente y que act�an sobre el litoral, como el oleaje, las corrientes, el viento, la acci�n del congelamiento y deshielo, los procesos qu�micos y la actividad de los seres vivos.

El impacto del oleaje suele recaer sobre los materiales de la costa y transformarlos. La fuerza de las olas adquiere intensidades seg�n la potencia del viento, la profundidad y caracter�sticas del fondo. Esta fuerza puede ser de 30 toneladas por metro cuadrado. Se ha calculado que a 70 metros de profundidad las olas ejercen todav�a una acci�n.

Los cambios en el perfil de las costas ocurren como consecuencia del golpe directo de las olas, que ejercen una fuerza muy grande, especialmente durante los fuertes temporales. A esta fuerza se suma la presi�n generada por el aire comprimido que va por delante de la ola.

Los fragmentos que las olas van arrancando a las rocas o los que ya exist�an en el fondo del mar, son lanzados por las olas una y otra vez, contribuyendo en�rgicamente al modelado de la costa.

En los oc�anos existen varios tipos de corrientes marinas. Unas son constantes, como la corriente de Per� que circula en el Oc�ano Pac�fico, y otras son transitorias, puesto que se forman en funci�n de presiones variables de aire y a ra�z de los cambios en la constituci�n del agua.

Entre las corrientes que intervienen en la configuraci�n de la costa destacan, a saber, las originadas por el ir y venir de las olas, que genera las corrientes de incidencia y de resaca, las cuales desgastan las rocas y transportan los materiales resultantes de este desgaste; en otro caso sobresalen las de marea, que pueden alcanzar fuerza cuando se desplazan por lugares estrechos, adquiriendo mayor velocidad; por �ltimo est�n las que descargan, originadas al ocurrir una invasi�n de agua dulce en el mar.

El viento es uno de los factores que ha hecho cambiar m�s la fisonom�a de las costas. As�, al soplar desde mar adentro hacia tierra, y a la inversa, provoca alteraciones en el nivel del agua. El viento se fortalece en �pocas de ciclones y tifones.

En los mares polares y subpolares, las rocas costeras sufren modificaciones a ra�z de la acci�n continua del agua durante el ciclo de congelamiento y deshielo.

El principal proceso qu�mico que se observa en las costas es el de disoluci�n, o sea, el agua del mar es capaz en este caso de disolver las rocas, provoc�ndoles oquedades o aislando fragmentos y confiri�ndoles estructuras peculiares.

La influencia de los seres vivos en torno a la forma de la costa ha sido lenta y continua; por ejemplo, conforme crecen, las colonias que forman los arrecifes de coral van formando grandes barreras que modifican la costa.

Los agentes internos corresponden a las caracter�sticas propias de la estructura de las rocas de la costa, como la naturaleza y grado de dureza de las mismas, la abundancia y tama�o de los materiales sueltos, la profundidad del mar en las proximidades de la orilla.

La erosi�n de las costas rocosas provocada por las olas sucede lentamente, aun en los lugares donde las rocas son relativamente blandas. Los �ndices de erosi�n por a�o en los acantilados son de un metro, y representa aproximadamente el 5 por ciento del material de erosi�n que llega a las playas del mundo.

Los r�os y los vientos transportan los productos de la erosi�n desde el continente hasta la costa, donde las olas y las corrientes los distribuyen, adem�s de cambiar la velocidad de erosi�n y la de dep�sito seg�n la cantidad de energ�a que interviene en el proceso. Se considera que el flujo de energ�a de los oc�anos en las aguas costeras es de 5 000 millones de Kilowatts.

En el modelado de la costa tambi�n resulta importante el movimiento de los sedimentos a lo largo de las orillas. Por ejemplo, la cantidad de arena de playa que se transporta sobre varias costas puede alcanzar un volumen superior al mill�n de metros c�bicos por a�o.

Las principales fuentes de los sedimentos de playas y orillas est�n representadas por los r�os, que transportan grandes cantidades de arena hasta el oc�ano; los acantilados marinos de material no consolidado, que son desgastados por las olas, y los restos de origen biol�gico, como las conchas, los fragmentos de corales y otros esqueletos de peque�os organismos marinos. La arena arrastrada por el viento puede actuar como una fuente de sedimento en las orillas, aunque los vientos, por lo general, son m�s eficaces quitando arena de las playas que deposit�ndola.

La cantidad de sedimentos de erosi�n acumulados en una �rea determinada puede obtenerse mediante la evaluaci�n de los aportes y las p�rdidas sedimentarias, tomando en cuenta su relaci�n con las diferentes fuentes que las originan y con los mecanismos de transporte. Los ge�logos marinos han calculado estos �ndices de erosi�n y depositaci�n, lo que ha sido muy �til para conocer las caracter�sticas de la costa a fin de comprender los procesos que han intervenido en la formaci�n de los litorales. As�, se ha estimado que la cantidad de sedimentos producidos var�a desde las 20 toneladas anuales por kil�metro cuadrado —regi�n de los Apalaches, en Am�rica del Norte— hasta las 2 600 toneladas —monta�as del Himalaya, en Asia.

Como resultado de la erosi�n y de la acumulaci�n, los litorales van adquiriendo una topograf�a muy peculiar.

La superficie rocosa m�s o menos inclinada y expuesta a la actividad directa del oleaje recibe el nombre de acantilado marino, donde la erosi�n es m�s intensa en su base debido a que la fuerza del oleaje y el impacto de los fragmentos rocosos son mayores. As�, la roca queda desnuda, vulnerable a la formaci�n de entrantes, cuevas o galer�as que, cuando alcanzan determinado tama�o causan el hundimiento o desplome —seg�n los distintos tipos de roca de la parte superior. De esta manera el acantilado retrocede ante la socavaci�n de su base.

Este retroceso es m�s r�pido en las costas de latitudes altas, donde la congelaci�n del agua dentro de las grietas de la roca provoca la expansi�n y fragmentaci�n de la misma. As�, van acrecent�ndose las cuevas. Los materiales hundidos, que a veces son fragmentos muy grandes, quedan al pie del cantil, formando una acumulaci�n llamada terraza, la cual frena el avance de la ala y disminuye su energ�a. El acantilado se estabiliza o retrocede lentamente hasta que los fragmentos desprendidos son eliminados iniciando nuevamente el proceso.

La forma, altura y dem�s caracteres del acantilado var�an de acuerdo en el tipo de roca. En las rocas compactas, como las calizas, cuarcitas y basaltos, el acantilado se forma alto y vertical, mientras que en las m�s blandas, como las mangas y arcillas, la pendiente se hace m�s tenue por los deslizamientos. En ello tambi�n influye la disposici�n de las rocas. Cuando los estratos son horizontales, verticales o de inclinaci�n opuesta al mar, se favorece la formaci�n de cantiles abruptos; por el contrario, cuando las capas est�n inclinadas hacia el mar, producen pendientes m�s suaves, en favor de los planos de estratificaci�n.

En los acantilados que han retrocedido suele formarse una superficie suavemente inclinada hacia el mar, la cual se extiende al pie del acantilado en el denominado espacio intermareal, es decir, desde la altura m�nima de la marea baja, hasta la m�xima de la marea alta, que son los l�mites entre los cuales act�a el oleaje.

En las costas con material compacto, la formaci�n de los acantilados es m�s o menos uniforme, dando una costa casi recta. Por el contrario, donde las rocas tienen distinta resistencia se crea una erosi�n diferente y los tramos mas d�biles retroceden con mayor rapidez formando grandes entrantes que reciben el nombre de bah�as o ensenadas, y los tramos m�s resistentes constituyen las salientes o promontorios.

Si los promotorios siguen siendo golpeados por el oleaje suelen formarse cuevas en ambos lados. Dichas cuevas pueden ser tan profundas que llegan a comunicarse entre s� produciendo arcos o puentes naturales llamados foradadas, como las de Cabo San Lucas en la parte Sur de Baja California, en M�xico. Estos arcos pueden derrumbarse y dar origen a un islote costero separado de la l�nea de la costa.



Figura 7. Arco del Cabo San Lucas en baja California Sur.



La acci�n desgastadora del mar sobre el acantilado produce peque�as grietas que, al aumentar de tama�o, se convierten en cuevas marinas. Cuando el agua entra a presi�n por la cueva, el aire de �sta se comprime y tiende a salir violentamente por la parte superior, acompa�ado de agua pulverizada, produciendo una especie de rugido. A este tipo de formaci�n costera se le ha llamado hoyo soplador o bufadora.

Los materiales que se desprenden de las rocas, as� como los que proceden del continente acarreados por los r�os, son transportados por el mar y depositados, de diversas formas, en sitios favorables. El transporte perpendicular a la costa se realiza por el avance de la ola o por el flujo de la marea alta, que empujan los materiales hacia la orilla, que mientras que la resaca del oleaje y el reflujo de la marea llevan a estos materiales hacia mar adentro.

Las corrientes litorales o de deriva, resultantes de la acci�n oblicua del oleaje sobre el litoral, tambi�n transportan a los materiales con direcci�n a la costa.

Los fragmentos transportados var�an en cuanto a su composici�n y tama�o, pero fundamentalmente son de tipo arenoso y arcilloso. El hecho de que estos materiales se depositen tanto en sentido transversal como longitudinal a la costa constituye un punto de referencia para establecer sus tama�os.

Los de mayor dimensi�n, como los grandes trozos de roca, las piedras —llamadas cantos— de tama�o medio que el agua rueda, las piedras m�s peque�as —gravas o gravillas— y las arenas gruesas o medianas permanecen cerca de la costa, los fangos y barros —constituidos principalmente por polvos, precoloides y coloides— son llevados mar adentro.

Las costas son caracterizadas por la acumulaci�n de esos materiales. Cuando en ellas se deposita fundamentalmente arena, considerado como el sedimento m�s abundante en las costas del mundo, se forman las llamadas playas. Dichos materiales se establecen generalmente en lugares abrigados, como los fondos de ensenadas o bah�as donde las corrientes marinas pierden fuerza. Los granos de arena son producto casi siempre de la desintegraci�n de granitos —formados principalmente por cuarzo— cuyo tama�o var�a de 2 mil�metros a 50 micras.

Dimensiones de los sedimentos. Seg�n J. Boucart.

TIPO
TAMAÑO en milimetros (mm)

Fragmentos grandes
Más de 500
Cantos
500 - 250
Gravas
25 - 10
Gravillas
10 - 5
Gránulos
5 - 2
Arenas gruesas
2 - 0.2
Arenas medias
0.2 - 0.05
Polvos
0.005 - 0.002
Precoloides o suspensoides
0.002 - 0.0001
Coloides
0.0001



La fisonom�a de las playas es muy diversa, seg�n su pendiente, anchura y longitud, aspectos que cambian de acuerdo con el r�gimen del oleaje, las mareas y la profundidad del fondo.

En las zonas de aguas poco profundas se depositan arenas o cantos en el lugar donde el oleaje, la resaca y las mareas alcanzan un punto de equilibrio formando las barras costeras, las cuales, seg�n sus caracter�sticas, pueden recibir diversos nombres, como cordones litorales y restingas, o flechas, que son salientes de la costa conformadas por arena gruesa.

Los materiales que se concentran inicialmente est�n cubiertos por el agua, pero conforme pasa el tiempo aumentan su altura hasta sobresalir de la superficie del agua y dar origen a la barra. Con frecuencia, estas barras crecen a partir de la punta de un promontorio y, por efecto de las mareas y el oleaje, pueden emigrar hacia la costa, cerrando una ensenada o una bah�a, lo que origina una laguna litoral o albufera.

Con el paso de los a�os la albufera se rellena de sedimentos marinos y fluviales. En ese momento, sus bocas que comunican al mar se cierran y tienden a desaparecer, como en la Laguna de T�rminos, en Campeche, M�xico, y como las albuferas de Valencia, en Espa�a, y las de Venecia, en Italia.

Los islotes pueden unirse de nuevo al continente debido a al formaci�n de c�mulos llamados t�mbolos, que se localizan entre la costa y los islotes.

Adem�s de los dep�sitos de material exclusivamente marino deben considerarse los dep�sitos fluvio-marinos, que son ac�mulos mixtos resultantes de la superposici�n del mar y de los r�os en la desembocadura de �stos. En estas regiones se forman los deltas, los estuarios y las marismas; por ejemplo, est� el delta del Mississippi, en el Golfo de M�xico, el delta del Po, en el Mar Adri�tico, y los estuarios y marismas de las costas de Nayarit y Sinaloa, en M�xico.

La morfolog�a general y la evoluci�n de la costa se ven influenciadas tambi�n por la direcci�n de las cordilleras, que se encargan de cambiar el curso de los vientos, as� como por las variaciones del nivel del mar.

Las costas de los dos grandes oc�anos, el Atl�ntico y el Pac�fico, tienen una estrecha relaci�n con la direcci�n de las cordilleras de los continentes.

En la costa atl�ntica existe una multitud de entrantes y salientes, por lo que dicha costa parece encontrarse recortada formando ondas, debido a que los pliegues de la corteza —las cordilleras— son perpendiculares al litoral.

La costa pac�fica, que es rectil�nea, cuenta con islas largas separadas por estrechos brazos de mar, debido a que las monta�as corren paralelas al litoral. Las costas, en funci�n de las variaciones que sufren por los cambios del nivel del mar, se pueden distinguir en costas de emersi�n y de inmersi�n.

Costas de emersi�n. Son aquellas en que el continente est� o ha estado recientemente sujeto a un movimiento de elevaci�n que incide en la existencia de costas bajas, mon�tonas, y de pendientes suaves; de abundantes playas, barras, albuferas, marismas, deltas y dunas. Por lo general ah� existen acantilados, as� como otras formas situadas fuera del alcance del mar, a consecuencia del levantamiento continental, como las que se ven en la costa del Sahara.

Las costas de inmersi�n deben su formaci�n al hundimiento del continente y sobre todo, a la reciente elevaci�n del nivel del mar; es decir, cuando los hielos se hundieron durante la �ltima glaciaci�n. Por ello son tan comunes en la actualidad.

La morfolog�a inicial de este tipo de costa depende de las caracter�sticas de la zona dadas por el mar. Al principio la costa es recortada, siguiendo las colinas y valles preexistentes que forman promontorios, islas y ensenadas. Conforme avanza la erosi�n costera se van estructurando acantilados en los promontorios, y dep�sitos de playas y barras en las ensenadas. M�s tarde, al continuar el retroceso de la costa, �sta puede hacerse recta, predominando en ella los acantilados. Por �ltimo, si la erosi�n act�a sobre materiales de diferente constituci�n, pueden volver a formarse salientes y entrantes.

Cuando el mar invade valles fluviales, el tramo del r�o que queda bajo las aguas da origen a las llamadas r�as, como las r�as gallegas en Espa�a. En los valles glaciares tales formaciones est�n constituidas por los fiordos, como los de la costa noruega.

En las costas de las regiones tropicales, una formaci�n que puede considerarse como de inmersi�n son los arrecifes coralinos, construidos por el crecimiento de colonias de corales, llamadas madr�poras, cuyo esqueleto es de carbonato de calcio. Tambi�n las algas calc�reas y los moluscos contribuyen a la creaci�n de esos arrecifes.

Existen tres tipos de arrecifes: el costero o litoral marginal, que es estrecho y cuya colonia se establece a poca distancia de la costa. El arrecife barrera, que es de mayor anchura y est� alejado del litoral, adem�s de que entre �l y la costa hay un canal; un ejemplo es la Gran Barrera del Queensland australiano. Los atolones son arrecifes que rodean una peque�a isla volc�nica dejando en el centro una laguna; si se encuentran sobre el nivel del agua se convierten entonces en islas coralinas, caracter�sticas del sur del Pacifico y del �ndico.

Los fen�menos geol�gicos que han dado origen a los diferentes tipos de costa han influido tambi�n en la estructuraci�n de la plataforma continental, donde los dep�sitos de sedimentos continentales han formado una zona llamada l�nea de barro.

As�, se ha visto que el modelado de las costas ocurre principalmente debido a la acci�n continua, durante a�os, del oleaje y de los materiales que arrastra. Por lo tanto, las costas y las zonas cercanas a ellas se encuentran en constante evoluci�n sobre todo a ra�z de los fen�menos geol�gicos que se suceden en el mar a trav�s del tiempo.




Figura 8. Arrecifes de coral.

�ndiceAnteriorPrevioSiguiente