X. A MANERA DE CONCLUSI�N

AUNQUE la creaci�n de la Comisi�n Astron�mica Mexicana fue atacada por un grupo de opositores del gobierno del presidente Sebasti�n Lerdo de Tejada, �sta llev� a feliz t�rmino los objetivos que se le hab�an fijado.

El primero de ellos lo cumpli� cabalmente cuando a mediados de 1875 Francisco D�az Covarrubias public� los resultados astron�micos obtenidos en las observaciones hechas en Jap�n en diciembre del a�o anterior.

El orgullo que este hecho proporcion� a M�xico qued� demostrado cuando, a su regreso, los miembros de la Comisi�n fueron vitoreados por los estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria y el pueblo en general.

Menos evidentes, y a m�s largo plazo, fueron las aportaciones que a la astronom�a mexicana proporcionaron los diferentes contactos que los miembros de la Comisi�n entablaron en el extranjero.

En efecto, las relaciones cient�ficas que se establecieron como resultado de aquel largo viaje ayudaron a que algunas disciplinas cient�ficas se vieran fortalecidas en nuestro pa�s.

�ste fue el caso de la astronom�a, y a pesar de los cambios pol�ticos ocurridos en nuestro pa�s en 1876, los reci�n llegados a los altos puestos administrativos de la naci�n tuvieron que reconocer que las condiciones estaban dadas para la fundaci�n de un Observatorio Astron�mico Nacional. Y aunque desplazaron a Francisco D�az Covarrubias del puesto de director que por capacidad y derecho le correspond�a, hicieron lo necesario para que se construyera y comenzara a trabajar dicho observatorio, dando as� principio a la moderna pero ya centenaria tradici�n astron�mica mexicana.

Por otra parte, la organizaci�n y los resultados obtenidos por los comisionados demostraron a propios y extra�os que en nuestro pa�s, si bien en n�mero limitado, hab�a personas capaces de desarrollar la ciencia.

Los datos obtenidos por las diferentes comisiones que realizaron observaciones de los tr�nsitos de 1874 y 1882 fueron analizados por Airy, Newcomb y otros destacados cient�ficos. El valor de la paralaje solar se fij� en 8.794 segundos de arco, lo que como ya dec�a D�az Covarrubias, no permiti� mejorar el valor conocido desde el siglo XVIII.

Para obtener finalmente el valor de la distancia Sol-Tierra, se hizo necesario utilizar otros m�todos, en los que, gracias en parte al trabajo hecho por los mexicanos que fueron a Jap�n en 1874, los astr�nomos de nuestro pa�s participaron activamente.

Podemos decir con orgullo que desde ese viaje de 1874, los astr�nomos mexicanos han participado de manera importante en todos los grandes proyectos astron�micos internacionales.

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