XVIII. V�CTOR WEISSKOPF

SI ALGUIEN es la conciencia parlante del cient�fico de un pa�s desarrollado, ese alguien podr�a ser V�ctor Weisskopf profesor del Massachusetts Institute of Technology. Exdirector del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares y f�sico de primera desde hace mucho, Weisskopf no ha dejado de analizar la relaci�n entre la ciencia y la sociedad con una mentalidad que bien refleja el mejor pensamiento occidental contempor�neo. En una reuni�n de la Sociedad Norteamericana de F�sica, convocada para conmemorar los 40 a�os del descubrimiento de la fisi�n nuclear por Hahn y Strassman, Weisskopf platic� acerca del "Peligro y la Esperanza". La visi�n cient�fica de Weisskopf se manifiesta en varios puntos de su discurso: "Claramente hay algo diferente en los �ltimos desarrollos de la f�sica que me gustar�a, llamar el brinco al cosmos. Anteriormente est�bamos principalmente interesados en procesos similares a los que ocurren en nuestro medio ambiente terrestre. En las �ltimas d�cadas, sin embargo, hemos dado un paso decisivo: ahora tratamos con fen�menos exclusivamente extraterrestres."

Para Weisskopf no es novedad la ambivalencia de los descubrimientos cient�ficos: "De vez en vez, nuevos descubrimientos llevan a nuevas armas, a nuevas fuentes de energ�a y a innumerables aplicaciones de las que mucho bien ha surgido y tambi�n algunos resultados que no han sido buenos. En los �ltimos 20 a�os se ha puesto de moda enfatizar el no tan bueno; pero seamos objetivos y justos." Esta postura optimista no es gratuita, Weisskopf la adquiere de estudiar la historia —�l es un ejemplo de cient�fico "culto" en la mejor acepci�n del t�rmino—. Para Weisskopf, la terrible potencialidad de desentra�ar los secretos de las fuerzas nucleares y de los procesos de la vida tiene antecedentes en la coexistencia de las catedrales g�ticas con las cruzadas de hace 700 a�os; del arte y la filosof�a del Renacimiento con las guerras religiosas hace 500 a�os; de la m�sica de Mozart y Beethoven con los barcos de esclavos de hace siglo y medio; en nuestro siglo han dado la mec�nica cu�ntica y la teor�a de la relatividad al mismo tiempo que los periodos de nazismo y fascismo.

De lo que obviamente no puede escapar Weisskopf es de la perspectiva de ciudadano del Primer Mundo. Tiene raz�n en afirmar que el peligro del armamentismo nuclear es real y muy superior a los posibles peligros de los reactores nucleares —punto que muchos cr�ticos han dejado pasar de lado—. Pero su perspectiva primermundista sobresale cuando afirma que "la abolici�n de las armas nucleares debe tener prioridad absoluta; todo lo dem�s debe subordinarse a esa meta". Las tensiones entre el mundo desarrollado —sea primero o segundo— y todos los dem�s, producen tanta o m�s muerte, hambre y sufrimiento que una bomba at�mica; y la situaci�n sigue empeorando.

Desgraciadamente y "por construcci�n" —como dicen los cient�ficos— no hay quien tenga una visi�n personal, interna y clara, objetiva y moderna, tanto de la situaci�n del llamado Tercer Mundo cuanto de las fronteras amplias de la ciencia. Si nuestros cient�ficos y fil�sofos de veras son las peras del olmo, un fil�sofo de la ciencia aut�ctono y talentoso es tan escaso que no se ha dado.

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