LXVII. ECONOM�A MATEM�TICA

GRAN PARTE del prestigio de las ciencias f�sicas proviene del refinado lenguaje matem�tico que han desarrollado y asimilado. Y aunque muchas de las matem�ticas que usa un f�sico com�n y corriente son tradicionales o primitivas, desde el punto de vista de los propios matem�ticos, el tenerlas como herramienta los lleva a mirar por encima del hombro a investigadores de otras disciplinas, que todav�a no pueden construir rigurosos modelos matem�ticos. Dentro de esta actitud de desprecio, los cient�ficos "duros" o naturales incluyen com�nmente a las ciencias sociales, en las que creen encontrar una gran dosis de "cotorreo".

Ante esta presi�n externa, el investigador de ciencias sociales, que trata de entender una realidad sumamente compleja, responde encogiendo los hombros o poni�ndose a aprender matem�ticas. La posibilidad de contruir un modelo matem�tico, que sea pertinente a la realidad bajo estudio, no depende �nicamente de la capacidad matem�tica y cient�fica del investigador, sino tambi�n de la madurez relativa de su disciplina. As�, por razones obvias —el dinero se cuenta—, la econom�a fue invadida desde hace tiempo por cierta parafernalia matem�tica, aunque a los ojos de un cient�fico "duro esta matematizaci�n parece trivial por la ausencia de un modelo b�sico bien definido.

Esta situaci�n ha comenzado a cambiar con la aparici�n de la econom�a matem�tica, que recibi� una fuerte influencia del libro de Arrow y Hahn, General Competitive Analysis. Esta corriente de la econom�a ha estado bajo el ataque de las escuelas tradicionales, comprometidas ideol�gicamente, que alegan que la neutralidad aparente de la econom�a matem�tica esconde intenciones reaccionarias. Pese a estos ataques, los pocos economistas matem�ticos han estado elaborando un verdadero modelo de parte de la realidad econ�mica. El esfuerzo tiene que ser muy grande; como en toda la ciencia, ser� necesario distinguir qu� es lo esencial de una realidad muy compleja, de la que forma parte la vasta informaci�n producida por los economistas durante muchos a�os. Ser� tambi�n necesario aislar aquellas partes de la realidad que permitan el an�lisis, y adem�s encontrar o desarrollar la herramienta matem�tica id�nea.

Como uno de sus primeros resultados, la econom�a matem�tica produjo un modelo riguroso, aunque por ahora est�tico, del problema de la distribuci�n de recursos en una sociedad. Es interesante que dicho modelo no difiera en su estructura de los que abundan en las ciencias f�sicas y qu�micas.

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