LXXXI. PERIODISMO CIENT�FICO

EN UNA ocasi�n, un diario capitalino, serio y de gran circulaci�n, public� en primera plana la fotograf�a de tres cient�ficos "despu�s de anunciarse que ellos descubrieron una tercera forma de vida: la de organismos producidos por (sic) el metano". Perplejo por no conocer siquiera cu�l podr�a ser la segunda forma de vida —ya ni hablar de una tercera—, un joven profesor de bioqu�mica tuvo la paciencia de investigar el verdadero sentido de la supuesta noticia.

El metano es universalmente aceptado como uno de los principales constituyentes de la atm�sfera terrestre en la �poca cuando aparecieron los primeros organismos vivientes del planeta. Adem�s, el papel del metano como precursor de las m�s sencillas biomol�culas conocidas ha sido demostrado experimentalmente en los laboratorios. Ante tal panorama, �cu�l podr�a ser la novedad de una forma de vida proveniente del metano? El misterio se aclar� r�pidamente: no se trataba de una tercera forma de vida —que hubiera necesitado de una segunda—, ya que el descubrimiento que mereci� la fotograf�a de primera plana no fue de organismos "producidos por" el metano sino, simplemente, de organismos "que producen" metano y que como tales podr�an representar una l�nea evolutiva diferente a la de los organismos procariotes y eucariotes.

La sutil y esencial confusi�n qued� en la mente de los lectores; una carta al director del diario qued� sin aclaraci�n ni respuesta. Si no fuera porque es muestra de un s�ntoma generalizado, el asunto podr�a relegarse como simple consecuencia de un lapsus brutus por parte de alg�n agobiado redactor. Pero casos como �ste se dan con demasiada frecuencia para no tomarlos en serio. Si se examina el origen de tantas noticias desorientadas y desorientadoras, se encuentra —adem�s del ahiseva�smo—un claro ejemplo de dependencia tecnol�gica: casi todas las notas period�sticas de �ndole cient�fica provienen de agencias noticiosas eufem�sticamente llamadas internacionales. Tales notas se escogen y traducen descuidadamente del ingl�s, sin ning�n criterio cient�fico y en ocasiones sin el m�s elemental sentido com�n. Esta manifestaci�n de colonialismo cient�fico ha logrado resultados notables: una noticia acerca de gen�tica escrib�a "gente" en vez de "gene" —con las rid�culas confusiones imaginables—, y un diplom�tico comentarista de la televisi�n consider� gran haza�a que una mosca brincara 50 cent�metros —lo que es poca cosa para un insecto volador—, cuando el bicho campe�n de salto hab�a sido una esforzada pulga. Pas� la fly por la flea y ni se dio cuenta.

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