IV. CARACTER�STICAS QUE PRESENTAN LOS ORGANISMOS PARA VIVIR EN LOS DIFERENTES AMBIENTES OCE�NICOS

LA VIDA de los organismos depende fundamentalmente de la presencia de agua, ox�geno y bi�xido de carbono, que s�lo se encuentran en las capas inferiores de la atm�sfera y en las aguas.

Los seres vivos que ocupan tanto la atm�sfera como los oc�anos que cubren la corteza de nuestro planeta forman la llamada bi�sfera o biota.

Los mares son considerados como la cuna de la vida. Los organismos que los pueblan son muy variados, por lo que es dif�cil proporcionar una visi�n completa de ellos. La biolog�a marina se ha encargado de estudiar los fen�menos que se presentan en los seres marinos, tratando de generalizarlos para establecer sus leyes, y de investigar las causas que los producen.

Todo organismo habita en un medio ambiente determinado, constituido por el conjunto de seres vivos y por los factores f�sico-qu�micos que lo rodean e influyen directa o indirectamente sobre �l. Si el organismo se encuentra adaptado al medio realizar� de manera normal sus funciones. Todos los seres vivos deben alimentarse, respirar, sintetizar nuevas mol�culas org�nicas y eliminar los productos metab�licos no requeridos, as� como crecer y reproducirse.

Existe un flujo de materiales dentro y fuera de cada ser vivo. A�n m�s, los organismos est�n experimentando sustituciones y cambios evolutivos continuos; por ejemplo, los animales y vegetales de un periodo geol�gico pueden ser completamente diferentes a los de otro, adem�s, ejercen distintos efectos sobre su medio ambiente y sobre los dem�s organismos. Por tanto, los seres vivos tienen que estar interaccionando con las condiciones que presente el medio donde habitan.

En la actualidad se considera que la vida se origin� a trav�s de una serie progresiva de reacciones de s�ntesis; combin�ndose los �tomos para formar compuestos simples, y �stos a su vez compuestos m�s complejos, los cuales se organizaron y estructuraron a las primeras c�lulas.

Considerando que la edad del planeta es de 5 000 millones de a�os y que se cree que las formas primitivas de vida aparecieron hace 3 500 millones de a�os, se puede concluir que las etapas preparatorias para la aparici�n de la vida requirieron para desarrollarse de m�s o menos 1 500 millones de a�os.

Se piensa que los seres vivos se originaron gracias a las propiedades f�sicas y qu�micas que imperaban en la Tierra primitiva, aunque los cient�ficos s�lo han podido demostrar parcialmente el proceso. El estudio de los virus, las bacterias y otros organismos poco evolucionados que existen en la actualidad, ha permitido establecer las teor�as para tratar de explicar el origen de los seres vivos.

Tambi�n otras ciencias, como la astronom�a, la geolog�a, la f�sica y la qu�mica, han colaborado sobre todo proporcionando datos de c�mo fueron, posiblemente, las condiciones existentes en la Tierra primitiva. Otra informaci�n se ha obtenido por medio de experimentos, como los de A.I. Oparin y S.L. Miller, que han permitido reproducir en el laboratorio algunas etapas de producci�n de compuestos org�nicos.

Entre los elementos qu�micos m�s abundantes de la capa de gas que cubr�a a la Tierra primitiva se encontraban el carbono, hidr�geno, ox�geno y nitr�geno, y cuando la temperatura disminuy�, probablemente se combinaron y pudieron formar compuestos como el agua, el metano, el amoniaco, el bi�xido de carbono y el �cido cianh�drico, as� como mol�culas de hidr�geno.

Cuando la Tierra sigui� enfri�ndose, algunos gases se licuaron y a su vez algunos l�quidos se solidificaron, form�ndose as� el n�cleo del planeta, estructurado por materiales semis�lidos y el�sticos y a su alrededor una corteza s�lida, la cual, a medida que fue engrosando, se arrugaba y plegaba, constituyendo las primeras cadenas de monta�as. Rodeando a la corteza terrestre se encontraba la atm�sfera, cuyos componentes eran gaseosos.

Posteriormente empezaron las lluvias a partir del enfriamiento del vapor de agua que exist�a en la atm�sfera; al tocar esta agua a la corteza caliente se evaporaba instant�neamente. Las lluvias siguieron cayendo de modo torrencial por cientos de a�os, y los terrenos bajos, las cuencas y las hondonadas se llenaron de agua, form�ndose as� los oc�anos, y los r�os empezaron a correr caudalosamente entre las monta�as, llegando a los mares primitivos acarreando nuevas sustancias como sales y minerales, hasta alcanzar su salinidad caracter�stica, que en �pocas posteriores aument� lentamente.

La formaci�n de grandes masas de agua hizo posible la aparici�n de vida, ya que es el componente fundamental de la materia viviente, y fue en estos oc�anos primitivos donde se desarrollaron las condiciones necesarias para ello.

Cuando las radiaciones procedentes del Sol pudieron llegar a la superficie de la Tierra, al disminuir las capas de nubes que debieron impedir el paso de la luz y hac�an que la Tierra estuviera en la oscuridad, los rayos ultravioleta, los rayos X y otras radiaciones de alta energ�a, proporcionaron la energ�a necesaria para que se realizaran las reacciones entre el metano, el amoniaco, el �cido cianh�drico y el agua, origin�ndose gran variedad de compuestos org�nicos que se fueron acumulando gradualmente en el agua del mar.

Entre estos compuestos debieron aparecer los gl�cidos, los l�pidos y las prote�nas, posteriormente los �cidos nucleicos DNA y RNA y los portadores de energ�a como el ATP, complet�ndose los ingredientes esenciales para originar las primeras entidades vivientes o c�lulas, con lo que la llamada evoluci�n qu�mica se consuma y la evoluci�n biol�gica se inicia. Estas dos evoluciones continuaron simult�neamente por mucho tiempo y en la actualidad todav�a existen.

Las c�lulas formadas por la acumulaci�n de sustancias org�nicas que exist�an en los mares primitivos, derivaron una membrana que las limit�, separ�ndolas del medio y de otras c�lulas, y a trav�s de la cual absorb�an las sustancias que se encontraban en el medio para su nutrici�n, recuperando las que gastaban por oxidaciones.

Estas c�lulas no presentaron, con seguridad, un n�cleo, por lo que se piensa que posiblemente se parec�an a los actuales organismos procariontes, como son los virus y las bacterias. Despu�s, por procesos complejos, debe haber aparecido la membrana nuclear, limitando a los �cidos nucleicos, estructur�ndose el n�cleo y constituyendo a los primeros organismos eucariontes, como los protistas actuales.

De las primeras formas de nutrici�n de estos organismos se piensa que fue la heter�trofa, es decir que necesitaron tomar los alimentos del medio, ya sea en forma directa, parasitando otras c�lulas o tomando sustancias en descomposici�n como saprotrofismo. Posteriormente, al escasear cada vez m�s las sustancias, algunos de aquellos organismos primitivos debieron desarrollar m�todos de nutrici�n del tipo autotr�pico, es decir, en los que se puede transformar la sustancia inorg�nica en org�nica, siendo posiblemente primero la quimios�ntesis y despu�s, al formarse la clorofila, los fotosint�ticos.

Al aparecer la nutrici�n aut�trofa se empez� a utilizar el bi�xido de carbono de la atm�sfera primitiva y se liber� ox�geno molecular, gas que se combin� f�cilmente con otras sustancias. Los organismos fotosintetizadores deben haber desprendido cada vez cantidades mayores de ox�geno, que del oc�ano pasaba a la atm�sfera, inici�ndose una profunda y lenta "revoluci�n del ox�geno" en que la atm�sfera antigua se transform� en la moderna, que ya no contiene metano, amoniaco ni �cido cianh�drico y por el contrario est� formada por vapor de agua, nitr�geno molecular, bi�xido de carbono y grandes cantidades de ox�geno.

En las zonas m�s elevadas de la atm�sfera, y posiblemente debido a la intensidad de la radiaci�n c�smica, las mol�culas del ox�geno se recombinaron y modificaron dando como resultado la formaci�n de una capa de ozono (03), situada a varias centenas de kil�metros de altura y que todav�a existe.

El ozono form� una pantalla protectora contra la penetraci�n de radiaciones de alta energ�a, y con esto los organismos iniciaron su evoluci�n libres de esas radiaciones. Debido a lo anterior, los vegetales y animales actuales no est�n adaptados a ellas y mueren cuando se les somete incluso a peque�as dosis. Sin embargo, existen algunos organismos entre los virus, bacterias y protistas, que resisten estas radiaciones.

Con la incorporaci�n del ox�geno a la atm�sfera los seres vivos iniciaron la respiraci�n aerobia, es decir, utilizando este gas para liberar la energ�a, ya que los organismos primitivos lo hac�an sin �l, y son conocidos como anaerobios.

Estos organismos primitivos iniciaron su evoluci�n formando primero a los protistas, que estructuraron su cuerpo con una sola c�lula; despu�s debieron aparecer los organismos pluricelulares, organiz�ndose con base en tejidos, despu�s en �rganos y por �ltimo con sistemas y aparatos, dando origen a los organismos tanto del reino vegetal como del animal, que en la actualidad est�n representados por aproximadamente m�s de dos millones de especies, de las cuales el 20 por ciento vive en el mar.

La diversidad tan grande que se observa en los seres vivos en la actualidad es el resultado de la evoluci�n org�nica que se ha presentado desde la aparici�n de la vida en el planeta, hace millones de a�os, y se calcula que se inici� en el Prec�mbrico, quedando registrada por las evidencias que aportan los f�siles, lo que ha permitido a los cient�ficos interpretar la historia del planeta, imagin�ndose c�mo era el medio ambiente en aquellas �pocas y cu�les organismos posiblemente existieron.

Por los registros f�siles se sabe que los seres vivos iniciaron su evoluci�n en los oc�anos del Paleozoico y que uno de los desarrollos m�s significativos de la historia de la vida sobre la Tierra fue la s�bita aparici�n de una gran variedad y abundancia de vida en los fondos de los mares del C�mbrico.

En esta era Paleozoica se han encontrado f�siles de muchos grupos de invertebrados marinos entre los que destacan los radiolarios, foramin�feros, corales, braqui�podos, trilobites y diversos moluscos, entre ellos los cefalopodos; tambi�n aparecieron al final de esta era los peces, los anfibios y algunos reptiles, y los primeros organismos terrestres, que fueron los ar�cnidos. Entre los vegetales se desarrollaron algas en el mar y helechos en tierra.

Posteriormente, en el Mesozoico la vida marina fue similar, en sus primeras etapas, a la del Paleozoico, pero a la mitad de la era se iniciaron una serie de cambios basados en la desaparici�n de algunas especies, que al dejar vac�os ciertos nichos ambientales permitieron la aparici�n de otras.

Las diatomeas surgieron durante el Mesozoico en el medio marino; los cefal�podos se incrementaron, as� como los gaster�podos, dentro del grupo de los moluscos; disminuyeron los foramin�feros, los corales y los trilobites; los peces se diversificaron y se originaron los peces �seos; aparecieron las tortugas, pero los reptiles mejor adaptados al medio acu�tico fueron los ictiosauros marinos, los que se extinguieron al final de esta era.

En la era Cenozoica desaparecieron de los mares algunas especies, como es el caso de los reptiles marinos gigantescos y de los moluscos de gran tama�o llamados amonites, apareciendo una multitud de invertebrados, de peces, reptiles y mam�feros que a�n perduran. Es notoria la s�bita expansi�n de los mam�feros marinos, como las focas y las ballenas.



Figura 11. Expansi�n de la vida en el tiempo.

En la actualidad el medio ambiente, tanto acu�tico como terrestre, est� cambiando a menudo, ya sea de manera temporal o permanente, por lo que los organismos experimentan cambios continuos, algunos de los cuales les permiten adaptarse a los nuevos medios, ya que de no hacerlo migran o perecen.

Los ambientes oce�nicos presentan l�mites que a veces son muy amplios, como las distancias o separaciones geogr�ficas, o muy estrechos, como los que marcan la salinidad, la temperatura, la luz o la presi�n. Estos l�mites representan las barreras que establecen la diversidad, la distribuci�n y la abundancia de las especies en el oc�ano.

La gran variedad de vegetales y animales marinos ha sido arreglada dentro de un sistema de clasificaci�n que est� basado en las similitudes que presentan en su estructura, sus funciones, as� como en sus relaciones evolutivas.

El estudio de las relaciones de los seres vivos marinos con su medio fisicoqu�mico y biol�gico constituye la ecolog�a marina. Esta ciencia no s�lo se interesa por los organismos individuales, sino tambi�n por las poblaciones, es decir, por el conjunto de individuos de una especie particular que habita una regi�n especial y, por las comunidades bi�ticas, que son los organismos que habitan un ecosistema com�n.

Un ecosistema est� formado por un conjunto de organismos relacionados entre s�, y que interact�an con los factores ambientales del lugar donde se encuentran. Cada especie de organismo marino ocupa un nicho ecol�gico, o sea, una posici�n en el ecosistema en relaci�n con las otras especies, que tienen sus propios nichos, pero que son interdependientes ya sea por abrigo, por alimento o por defensa.

Las relaciones entre los organismos se mantienen estables cuando no cambian las condiciones del ambiente, pero si las caracter�sticas fisicoqu�micas o biol�gicas lo hacen, los tipos y tama�os de las poblaciones tambi�n se modifican, dando origen al proceso de sucesi�n ecol�gica. Si despu�s de romperse el equilibrio de una comunidad �ste llega a recuperarse, se desarrolla una comunidad estable conocida como Comunidad cl�max.

Por lo tanto, dentro de cualquier ecosistema se presentan tres tipos de relaciones: las interacciones entre los miembros de la comunidad bi�tica, las interacciones entre �stos y su medio fisicoquimico, y las que existen entre los factores de este ambiente fisicoqu�mico.

En los oc�anos se encuentra una serie de factores fisicoquimicos, como son la temperatura, la salinidad, el pH y las corrientes marinas, que intervienen en la distribuci�n de los diferentes organismos en sus aguas.

Los mares circulan constantemente llevando, en el ir y venir, sus caracter�sticas fisicoqu�micas y su biota. El agua se mueve en ellos como el aire lo hace sobre la Tierra, es decir, realiza desplazamientos verticales de ascenso y descenso, que representan en las aguas superficiales turgencias y hundimientos respectivamente, lo que permite a los seres vivos contar con un medio con cantidades adecuadas de nutrientes, ox�geno y otras condiciones que ellos necesitan, ocasion�ndose un verdadero florecimiento de organismos.

Adem�s, los oc�anos que presentan una profundidad media de 4 000 metros constituyen un espacio disponible para la vida marina 300 veces mayor que el que puede ocupar la vida terrestre.

La vida en el mar depende, como la vida en general, de la luz solar. Hasta donde penetra la luz los vegetales son capaces de realizar fotos�ntesis, desarrollarse y reproducirse y por esto el mar representa para los dem�s seres vivos una f�brica en plena actividad. La energ�a luminosa es almacenada en los compuestos de carbono, que son la estructura y la fuente de energ�a de todos los organismos. La masa de materia viva, tambi�n llamada biomasa, que se encuentra en el mar es mucho mayor que la que se localiza en la tierra.

Esta biomasa no es evidente en el mar a primera vista debido a que muchos organismos son microsc�picos. Si se observa la superficie de los oc�anos hay much�simas posibilidades de que s�lo se vea agua. Sin embargo, un litro de esta agua contiene aproximadamente 500 000 bacterias, m�s de un mill�n de vegetales microsc�picos y 150 000 animales de muy peque�os tama�os.

Estos organismos vegetales y animales han adquirido caracter�sticas tanto morfol�gicas como fisiol�gicas que les permiten adaptarse a las condiciones de las diferentes zonas oce�nicas. Algunos de ellos presentan gran tolerancia a los cambios de intensidad de los factores fisico-qu�micos, y otros no los aceptan; por ello, las zonas de distribuci�n son muy extensas para los primeros y restringidas para los segundos.

Sin embargo, el medio oce�nico imprime a los seres que lo pueblan toda una serie de caracter�sticas indispensables para su supervivencia. Los vegetales presentan una gran diversidad de tama�os, formas y colores; los microsc�picos son los m�s numerosos y constituyen el fitoplancton, encontr�ndose entre ellos las diatomeas, los flagelados fotosint�ticos y las algas verde-azuladas. Una caracter�stica b�sica de estos organismos es la de presentar pigmentos depositados en organoides celulares, como los cloroplastos y los cromoplastos, que les permiten realizar procesos fotosintetizadores, y otras es la de arreglar su estructura para presentar mayor superficie de absorci�n de los rayos solares y para la flotaci�n.

GRUPO TAXÓNIMICO

EJEMPLO
PLANCTON BENTOS NECTON

Phylum Cyanophyta

Bacterias, algas

verde-azules

x
x

Phylum Chrysophyta

Diatomeas
x

Phylum Pyrrophyta

Dinoflagelados
x

Phylum Chlorophyta

Algas verdes
x

Phylum Phaerophyta

Algas pardas
x

Phylum Rhodophyta

Algas rojas
x

Subreino Embryophyta

Clase Angiospermae

Pastos:

Zostera y Thalassia

Manglares:

Rhizophora y Avicennia

x

Subreino Protozoa

Foraminíferos y

radiolarios

x
x

Phylum Porifera

Esponjas
x

Phylum Cnidaria

Anémonas, medusas,

corales

x
x

Phylum Platyhelminthes

Planarias
x

Phylum Mollusca

Caracoles, ostiones, abulones,

pulpos, calamares

x
x
x

Phylum Annelida

Gusanos arenícolas y cerdas
x

Phylum Arthropoda

Camarones, cangrejos,

langostas

x

Phylum Echinodemata

Estrellas, erizos,

pepinos de mar

x

PhylumChordata

Tiburones, rayas, atunes,

sardinas, tortugas, delfines

y ballenas

x

Figura 12. Principales seres vivos marinos.

Los vegetales macrosc�picos, en su mayor�a, pertenecen al grupo de las llamadas algas marinas, que crecen adheridas a firmes sustratos como rocas, conchas, pilotes, etc�tera, y que, por lo tanto, est�n necesariamente confinadas a los continentes e islas, o a zonas superficiales submarinas donde puedan fijarse y tener luz suficiente para realizar la fotos�ntesis; tal es el caso de Macrocystis, alga caf� que tiene gran utilidad en la industria.



Figura 13. Algas marinas. Cortes�a de la Revista T�cnica Pesquera.

Las algas flotantes constituyen un hecho excepcional, siendo la m�s abundante el Sargassum o sargazo, que cuenta con estructuras de forma esf�rica que le permiten esta flotaci�n.

Muy pocas plantas con flor se han adaptado a las condiciones marinas, aunque se encuentran en n�mero relativamente diverso en estuarios y marismas que bordean las lagunas litorales salobres o algunas bah�as.

Se consideran dos tipos de estas plantas: las herb�ceas, angiospermas que han evolucionado hacia un medio de vida totalmente marino, tolerando la salinidad y creciendo sumergidas con la capacidad de florecer y polinizarse bajo el agua, presentan ra�ces que las fijan firmemente y adquieren una forma especial que les permite resistir el oleaje y las mareas; como el caso de la Zootera marina y Thalassia, de aguas tropicales y subtropicales, que forman las llamadas "praderas submarinas", lugares que presentan un h�bitat protector para cada grupo caracter�stico de animales donde �stos encuentran su alimento. Estos vegetales se encargan, adem�s, de estabilizar los fondos, es decir, que sirven como lugares donde se incrementan los dep�sitos de sedimento.

El otro grupo de plantas con flor es el que forma los "manglares", que se localizan en las �reas mareales o zonas que quedan cubiertas por las mareas altas, lugares que representan un h�bitat �nico e importante por lo diverso de sus caracter�sticas y su gran productividad org�nica.

Las plantas que habitan en estos manglares pertenecen a muy diferentes familias, predominando las Rhizophoraceae, con el g�nero Rhizophora, que agrupa a los distintos tipos de mangle.

Estos vegetales presentan, como principales caracter�sticas, el que de sus troncos salgan unas ra�ces llamadas adventicias, d�ndoles el aspecto de tr�podes que soportan el resto del �rbol. Estas ra�ces, junto con la formaci�n de una corteza con engrosamientos cori�ceos, permiten reducir la transpiraci�n de estos vegetales y as� conservar el agua en su cuerpo.

Como se observa, la vegetaci�n oce�nica est� representada, en su mayor�a, por las formas simples unicelulares de talla microsc�pica, ya que las plantas de mayor tama�o se encuentran confinadas a las franjas litorales y aguas superficiales con un n�mero reducido de especies, las que, en su mayor�a, son simples y primitivas, y contrastan mucho con la exuberante variedad y complejidad de vegetales que predominan en la tierra.

La vida animal, por el contrario, es en extremo abundante y variada. Todos los grupos animales est�n representados en los oc�anos y algunos son exclusivos del medio marino.

Sin embargo, toda esta diversidad de animales que pueblan el oc�ano tienen tambi�n una serie de caracter�sticas indispensables para soportar las condiciones que les impone el medio ambiente. Por ejemplo, los peces y los cet�ceos son animales muy distintos, aunque vivan en el mismo ambiente, pues los primeros respiran ox�geno disuelto en el agua, en tanto que los segundos, como la ballena, respiran el ox�geno del aire por medio de pulmones. A pesar de estas diferencias fisiol�gicas tan especiales, unos y otros nadan, y presentan una forma an�loga, la llamada pisciforme, que es la m�s adecuada desde el punto de vista mec�nico, para transladarse en el seno de las aguas por medio de la nataci�n. Peces y cet�ceos poseen generalmente la forma de un huso como la del submarino, y est�n provistos de aletas estabilizadoras y propulsoras; adem�s, su cuerpo termina en una especie de cola robusta que favorece la impulsi�n.

Una de las primeras condiciones del medio que va a caracterizar la vida del animal del oc�ano es la abundancia y distribuci�n de alimento representado por materias minerales y org�nicas, lo que permite que algunos de estos animales puedan vivir fijos en objetos sumergidos o flotantes, o en el fondo, sin que efect�en movimientos de translaci�n por periodos m�s o menos largos de su existencia o por toda su vida, sin que tengan la necesidad de buscar alimento para estar adecuadamente nutridos; a �stos se les llama sedentarios.

En cambio, en el medio terrestre todos los animales est�n obligados a buscar su sustento desplaz�ndose activamente, cubriendo ya sea �reas reducidas o recorridos considerables, pero siempre movi�ndose para no morir de hambre. Cualquier animal terrestre no par�sito que permaneciese quieto constantemente en el mismo lugar morir�a de inanici�n.

Las madr�poras, los corales, las esponjas, o las ostras viven en las aguas perfectamente sujetas al fondo, sin nadar, ya que su completa quietud no compromete en nada su nutrici�n; con el agua reciben sales minerales y alimentos formados principalmente por infinidad de seres microsc�picos con lo que atienden sobradamente a su sustento.

Los organismos marinos fijos o s�siles presentan, con frecuencia, formas ramificadas o arborescentes que recuerdan las de los vegetales, como ocurre con las colonias de p�lipos o corales, o bien, tienen formas irregulares mal definidas, como las esponjas, lo que les permite que circule por ellas gran cantidad de agua y, por lo tanto, capturen m�s f�cilmente su alimento.

Este fen�meno se puede explicar debido a que en el seno de las aguas viven infinidad de peque�os organismos que son acarreados de un sitio a otro por corrientes y que forman el plancton, del que, como ya se vio, los vegetales del fitoplancton constituyen los productores del alimento; pero tambi�n existen animales de este plancton que reciben el nombre de zooplancton: peque�os animales, llamados consumidores primarios, que tienen como caracter�stica principal el desarrollar mecanismos para capturar a los vegetales del fitoplancton.

El zooplancton est� formado por los protozoos representados por los foramin�feros, radiolarios y tint�nidos; por los crust�ceos, destacando el abundante grupo de los cop�podos; por los Chaetognatha, llamados tambi�n gusanos flecha; por las medusas o aguas malas; por muchos grupos de gusanos o an�lidos, y por las formas larvarias de moluscos equinodermos y peces.

Estos organismos del plancton tienen la propiedad del constante y lento naufragar, lo que trae como consecuencia que tomen su singular fisonom�a, en la que muchos de sus �rganos presentan las m�s art�sticas apariencias que realizan el valor est�tico de estos bell�simos organismos, cuyos cuerpos son, muchas veces, un prodigio de forma.

La diferencia entre la densidad del agua y el peso espec�fico de los seres que en ella flotan es peque�a, y para contrarrestar o disminuir esta diferencia, los organismos desarrollan infinidad de artificios. Los seres planct�nicos eliminan de su cuerpo cuanto es posible, se despojan de toda estructura pesada que pudiera ser un obst�culo para lograr su estabilidad en el medio acu�tico, como sucede en los crust�ceos planct�nicos, provistos de un sutil�simo caparaz�n y de patas gr�ciles y airosas.

Otros organismos, para contrarrestar el hundimiento, desarrollan unas boyas de flotaci�n muy pomposas y hasta coloreadas, las que pueden dilatarse o contraerse con el fin de que el animal flote o se hunda seg�n las necesidades de su vida, como es el caso de la Physalia o "fragata portuguesa".


Figura 14. Fragata portuguesa.

Entre los animales marinos tambi�n se encuentra un n�mero grande que se mueve para obtener su alimento, como, por ejemplo, los peces que recorren un campo de algas para conseguir su sustento, o un tibur�n que se lanza velozmente sobre un pez para devorarlo.

El desplazamiento de los animales en el seno de las aguas determina en ellos, con frecuencia, la adquisici�n forma peculiar m�s o menos adecuada para poderse mover en el seno de un fluido que tiene mayor densidad que el aire.

Esta forma de huso o pisciforme que les permite vencer la resistencia del agua, se repite en todos los animales que se desplazan en el oc�ano, d�ndoles una arquitectura caracter�stica de los peces que son buenos nadadores. En estos peces, la forma alcanza mayor sobriedad y perfecci�n de l�nea. En el tibur�n y en la macarela, el cuerpo est� elegantemente adelgazado hacia atr�s, en tanto que su extremo anterior es m�s ancho y se prolonga en forma de punta o rostro, que le permite cortar f�cilmente el agua.

Adem�s de esta conformaci�n del cuerpo, dichos organismos crean estructuras que les confieren estabilidad y equilibrio y que los dotan de medios de propulsi�n indispensables para llevar a cabo la nataci�n. �sta se logra al combinar movimientos arm�nicos de su cuerpo con la fuerza que imprimen estos �rganos de propulsi�n.

Para desarrollar esta funci�n, en la mayor�a de los animales marinos las extremidades toman una forma caracter�stica, a manera de alas, recibiendo el nombre de aletas, las cuales son relativamente peque�as en raz�n a la masa que desplazan; as�, las aletas de una ballena, cachalote o delf�n, lo disfrazan de pez, con tal perfecci�n que al mismo hombre llegan a confundir.

Del mismo modo, las focas y las morsas imitan esta forma, aunque con menos perfecci�n, y otro tanto sucede con los calamares y ciertos grupos de gusanos y moluscos.

Sin embargo, algunos peces olvidan la nataci�n o, por lo menos, sus facultades se aminoran. Cuando esto sucede, sus cuerpos se aplanan, deprimen o deforman descansando sobre el fondo del mar, o se esconden en la policromada mara�a de arrecifes de coral, o buscan guarida entre las resquebrajaduras de las rocas; tal es el caso de las rayas, los lenguados, los caballitos de mar y las anguilas.

La respiraci�n de los animales acu�ticos ofrece modalidades muy peculiares. Hay que distinguir entre los que son realmente de ascendencia oce�nica y respiran ox�geno disuelto en el agua, y aquellos otros que son de origen terrestre y han invadido o colonizado el medio acu�tico, como los escarabajos, los cucarachones en las lagunas litorales y las tortugas y delfines en los mares, que son seres que respiran al modo de los animales terrestres, por lo que, de vez en cuando, se ven obligados a salir a la superficie para tomar el aire atmosf�rico.

Los �rganos respiratorios o branquias de los animales esencialmente acu�ticos no corren el riesgo de secarse, ya que est�n sumergidos en el agua, por eso extienden y forman vistosos penachos, a veces de bell�simo aspecto, como es el caso de los an�lidos o gusanos anillados que viven en los corales; otras veces forman borlas o flecos situados a los lados de su cabeza, como en los nudibranquios o babosas de mar; tambi�n se encuentran protegidos en cavidades que tienen amplia comunicaci�n con el exterior, como las agallas de los peces; otros organismos los encierran en compartimentos que les permiten guardar el agua por un tiempo, como los cangrejos, que a veces se retiran cientos de metros de las playas.

La densidad o peso del agua es mucho mayor que la del aire, hace que los �rganos de propulsi�n en los animales marinos sean m�s peque�os y de menor superficie que los de los animales terrestres, ya que su menor potencia est� compensada por la mayor resistencia que el medio ofrece; cuando se compara la extensi�n de la aleta de un pez con el ala de un ave, se puede observar claramente esta desproporci�n.

Muchos grupos de animales oce�nicos tienen especies que alcanzan gran tama�o, como sucede con los calamares gigantes, cuyo cuerpo mide seis metros de longitud y sus brazos llegan a tener hasta 18 metros de largo. Las conchas llamadas tridacnas o taclobos, denominadas tambi�n pilas bautismales, son moluscos bivalvos que viven en los mares de las Filipinas y pueden alcanzar hasta dos metros de di�metro con un peso de 200 kilogramos. El cangrejo japon�s, con patas hasta de dos metros de largo, es el mayor de todos los artr�podos. El tibur�n ballena o tigre del mar, frecuente en el Oc�ano Pac�fico, puede medir unos 15 metros de largo y es el mayor de los peces. Finalmente, las ballenas son los verdaderos gigantes del reino animal, su cuerpo alcanza en ocasiones 25 metros de longitud y un peso de 160 toneladas, comparable al de 20 elefantes o 200 bueyes.

Los animales acu�ticos pueden ser marinos o de agua dulce; sin embargo, esta distinci�n no es clara en muchos casos, pues ciertos organismos pueden pasar de unas aguas a otras durante su ciclo vital o frecuentan aquellos lugares donde existen aguas mezcladas, llamadas salobres.

La anguila com�n, que es un pez de agua dulce, se desplaza desde los lagos donde vive efectuando accidentadas migraciones a lo largo de los cursos de agua, atravesando praderas h�medas durante las noches lluviosas hasta alcanzar grandes r�os que la llevan al mar, para ah� desovar, es decir, depositar sus huevecillos. Para las anguilas del Atl�ntico, el lugar de desove son las grandes profundidades del Mar de los Sargazos. De estos huevecillos se originan larvas que se dirigen a las costas en donde alcanzan el estado juvenil, llam�ndose "angulas", y que penetran a los r�os, los remontan y terminan su crecimiento para volver nuevamente al mar en �poca de reproducci�n.

Los salmones realizan migraciones en sentido inverso, viven en el mar hasta el momento de la reproducci�n en que penetran a los r�os, nadando contra las corrientes, para ir a depositar sus huevecillos; los juveniles, ayudados por el curso del r�o, regresan nuevamente al mar.

Tampoco la diferencia entre los organismos marinos y terrestres se halla marcada de un modo perfecto, ya que ciertos animales nacen en el agua y pasan el resto de su vida en la tierra y el aire. Entre los ejemplos m�s notables de organismos adaptados al cambio de medio est�n los cangrejos terrestres tropicales, que penetran algunos kil�metros adentro en las selvas h�medas y s�lo vuelven al mar en el periodo de reproducci�n.

Entre los mam�feros acomodados a la vida terrestre hay algunos que han regresado al medio marino de sus antepasados, conservando la respiraci�n pulmonar y otras adaptaciones. Las ballenas, delfines y cachalotes de los oc�anos actuales son cet�ceos que s�lo pueden moverse y alimentarse en el mar, para los cuales varar en las playas es un accidente fatal; viven habitualmente cerca de la superficie de las aguas y respiran aire atmosf�rico por los espir�culos y orificios nasales que llevan en la parte superior de la cabeza, pero como poseen pulmones, en los cuales almacenan considerable cantidad de aire, as� como cavidades especiales donde se acumula sangre venosa, es decir, la que tiene bi�xido de carbono y desechos, pueden sumergirse a grandes profundidades y permanecer alg�n tiempo en ellas; sin embargo, tienen forzosamente que volver a la superficie en busca de aire atmosf�rico.

Las focas, leones marinos, elefantes marinos, morsas, etc�tera, son habitantes de las aguas litorales que se arrastran sobre las playas y las rocas, donde pasan una gran parte de su vida descansando al aire y al Sol.

Seg�n las caracter�sticas biol�gicas que presentan los organismos marinos, se observa que pueden vivir en diferentes medios oce�nicos; unos lo hacen en el seno de las aguas independientemente del fondo, ya sea flotando de una manera pasiva como las medusas o aguasmalas, o bien impulsados por �rganos de locomoci�n de diferente naturaleza como los peces, todos ellos constituyen el dominio pel�gico; otros, en cambio, est�n �ntimamente ligados al fondo, ya sea al iluminado o al abisal, pudi�ndose encontrar fijos o anclados al fondo, a las rocas, a las arenas u otros objetos sumergidos como las esponjas y corales; o bien porque caminan y se arrastran sobre ellos, como los caracoles, los gusanos, los cangrejos y ciertos peces, por ejemplo: las rayas y lenguados, que de continuo descansan en los fondos arenosos.

�stas son algunas de la principales caracter�sticas biol�gicas de los organismos marinos que representan tesoros de vida en las impacientes aguas del oc�ano y muestran infinitos recursos de que la naturaleza se vale para subrayar la enorme variabilidad de su obra en el oc�ano, lo que ha despertado el inter�s de la especie humana para aprovechar algunas de ellas durante el desarrollo de su vida. Por ejemplo, si se observa la forma de un submarino o de un dirigible, se ver� que son, simplemente, una r�plica de la descrita para los peces.

Revistas, libros, monograf�as detallad�simas, publicaciones sin cuento, algunas de ellas alardes de buen gusto, est�n dedicadas a dar a conocer la extraordinaria y maravillosa vida de los mares. Cientos de investigadores han dedicado su esfuerzo a escudri�ar los m�s remotos rincones del oc�ano, para tratar de entender los fen�menos biol�gicos que se presentan en sus aguas.

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