CONTRAPORTADA
La publicación en 1859 de El origen de las especies de Charles Darwin, tras veinte años de estudios y reflexiones posteriores a su famoso viaje de cinco años en el barco Beagle en calidad de naturalista de a bordo, provocó una revolución en el mundo de la ciencia cuyos ecos no se han apagado todavía y que da lugar, aun en nuestros días, a acerbas discusiones.
EI doctor Daniel Piñero apunta en De las bacterias al hombre: la evolución, un libro que nos da un panorama general de la evolución tal como es entendida en la actualidad que, "a los quince años descubrí que existe una clara homología entre las extremidades de los caballos y las nuestras. Que modificando nuestra estructura ósea se puede obtener la de un perro y casi sin hacer nada más la de un simio. La idea de transformación, de evolución, estaba sembrada y desde entonces he tratado de entender este hecho. En el proceso he aprendido mucho del mecanismo de la evolución, la historia de sus conceptos, sus teóricos principales y los fenómenos más importantes. Para ello he trabajado diversos aspectos de la biología . Y la bioquímica, la ecología y la genética han sido las herramientas que he usado para entender la evolución"
Así, con amplio acopio de ejemplos y recurriendo a una exposición de notable claridad, Piñero conduce al lector a los orígenes de la vida en nuestra Tierra, con el fin de llenar algunas líneas de esas 3 999 páginas de un libro del cual sólo conocemos la última venturosa comparación de la historia de la vida en comparación con la vida del hombre, a un mundo radicalmente distinto del que conocemos, poblado por organismos unicelulares que a veces formaban colonias llamadas estromatolitos.
A partir de estos remotos orígenes, se va explicando como el surgimiento de la atmósfera actual, saturada de oxígeno, constituyó la primera contaminación ambiental de la historia y, ya instalada la vida en tal ambiente, algunas células aprendieron a vivir en simbiosis o se especializaron para formar organismos más complejos; y cómo éstos aparecen y desaparecen, hasta llegar al hombre. El autor afirma que la teoría de la evolución es sólida y trata de resumir en este libro la idea de que todo el conocimiento biológico actual gira alrededor de ella.
Daniel Piñero estudió biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM y se doctoró en la Universidad de California en Davis, especializándose en genética de poblaciones y evolución. Actualmente colabora en programas de investigación y de formación de personal en la UNAM.
Diseño:Carlos Haces/Fotografía: Carlos Franco
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