I. INTRODUCCI�N

Los sat�lites artificiales, los sensores remotos y el manejo de im�genes digitales por medio de computadora, han modificado el estudio de la superficie terrestre y la evaluaci�n de los recursos naturales. ;

LA EXPLORACI�N del planeta Tierra ha sido una de las principales inquietudes del hombre desde la �poca prehist�rica. Su atenci�n se ha visto atra�da por una poderosa necesidad de saber qu� se encuentra m�s all� de sus dominios. Al principio explor� el medio ambiente �nicamente con sus sentidos, utilizando en primera instancia aqu�llos que no requer�an de un contacto f�sico con el objeto estudiado (vista y o�do), para posteriormente continuar con un an�lisis directo por medio del tacto principalmente. En todo este proceder, el hombre ha empleado una serie de elementos que lo identifican no nada m�s como una criatura llena de inter�s por la investigaci�n, sino tambi�n como un ser deseoso de dominar la naturaleza que lo rodea.



Figura 1. Representaci�n de los elementos b�sicos de la percepci�n remota.

As�, su curiosidad y su af�n por conocer el territorio donde habita le condujeron primero a encaramarse en la copa de un �rbol y posteriormente a subir a una colina o a una monta�a para tener de esta manera una visi�n de conjunto o lo que es lo mismo, una visi�n sin�ptica del paisaje. Aun en esta rese�a esquem�tica de las actividades primitivas de exploraci�n del hombre pueden distinguirse los elementos b�sicos (Figura 1) que hoy componen la moderna ciencia de la percepci�n remota: la fuente de iluminaci�n, formada en este caso por el Sol que emite luz o radiaci�n solar; el paisaje, configurado por todos los objetos1 presentes en el territorio explorado por el hombre, tales como r�os, colinas, vegetaci�n o rocas; la escena, o sea aquella secci�n o superficie del paisaje donde enfoca su inter�s, pudiendo ser la superficie de una roca o un valle completo; el sensor remoto, con el que se captura la luz proveniente de la escena y que, en este caso, permite obtener una representaci�n visual de aquella regi�n del paisaje que ha sido enfocada por el iris y el cristalino del ojo; la plataforma, que es el lugar donde se coloca o monta el sensor remoto para obtener una visi�n de conjunto de la escena; el sistema de procesamiento, compuesto por el dispositivo para procesar cualitativa o cuantitativamente los datos proporcionados por el sensor remoto acerca de la escena, los cuales, analizados e interpretados en este ejemplo por el cerebro del hombre, producen informaci�n valiosa en relaci�n al paisaje, la que es �til en la toma eventual de decisiones sobre el medio ambiente, y el apoyo de campo, que consiste en la inspecci�n directa, en varios puntos selectos de la escena, de diferentes atributos de los objetos que se encuentran en el terreno, con el fin de evaluar los datos obtenidos previamente a distancia.

La distancia con respecto a la escena, a la cual se coloca la plataforma (Figura 2), permite tener una visi�n sin�ptica a diferentes escalas del paisaje, lo que se logra gracias a una sucesi�n de observaciones que van cubriendo poco a poco la regi�n deseada. Éstas pueden hacerse, en general, a diferentes horas del d�a, en diferentes �pocas del a�o y, muy probablemente, por medio de diferentes filtros de color. En este proceso se genera una gran cantidad de datos, los que, analizados adecuadamente por medio de criterios muy bien definidos, proporcionan valiosa informaci�n acerca de los recursos naturales terrestres y sientan las bases para su estudio racional.

Con el desarrollo moderno de la ciencia de la computaci�n electr�nica digital se ha dado un auge importante a la percepci�n remota, pues la disponibilidad de estas herramientas permite la evaluaci�n cuantitativa de un gran volumen de datos. As�, en una simbiosis muy estrecha las ciencias de la computaci�n han impulsado el desarrollo de la percepci�n remota, y �sta, a su vez, ha generado nuevos sistemas de procesamiento digital con prop�sitos espec�ficos.



Figura 2. Diagrama esquem�tico de los componentes b�sicos de la percepci�n remota representados seg�n la investigaci�n experimental moderna.

A su vez, el desarrollo de la ciencia y la tecnolog�a ha permitido incorporar nuevos m�todos y dispositivos de captura de datos a distancia, lo que ha hecho que la percepci�n remota extienda su campo de acci�n a fen�menos muy diversos, ya no s�lo en el mundo macrosc�pico sino tambi�n en el microsc�pico. Veamos ahora desde esta perspectiva c�mo se identifican de nuevo sus elementos b�sicos.

La fuente de iluminaci�n: hay sistemas en percepci�n remota que utilizan una fuente de iluminaci�n externa, sobre la cual no se puede tener control. Estos sistemas, llamados sistemas pasivos, pueden utilizar al Sol o bien a una estrella lejana como fuente de iluminaci�n. Es claro pues que en un experimento de percepci�n remota donde se utilice al Sol de ese modo, s�lo se podr� hacer uso de las caracter�sticas regulares y conocidas de �ste; es decir, que en forma pasiva habr� necesidad de "esperar" a que las condiciones de iluminaci�n sean las adecuadas para efectuar la observaci�n correspondiente de la escena. Si se desea cubrir todo un paisaje con observaciones sistem�ticas, ser� necesario entonces cuidar muy bien que las caracter�sticas de la iluminaci�n, es decir hora y estaci�n del a�o, sean las que requiere el dise�o del experimento correspondiente, lo que asegurar� una tasa de �xito m�s que razonable. Habr� experimentos que las requieran a una misma hora en la misma estaci�n del a�o, y otros a diferentes horas en las cuatro estaciones del a�o. De hecho, cualquier combinaci�n es posible dependiendo de la aplicaci�n deseada.

Por otro lado hay sistemas en percepci�n remota que utilizan su propia fuente de iluminaci�n, de la que, por tanto, se tiene control. Este tipo de sistemas, llamados, por supuesto, sistemas activos, son los que han permitido extender el campo de estudio de la percepci�n remota a una diversidad de fen�menos donde la fuente de iluminaci�n ya no emite luz visible para "iluminar" la escena. En estos casos la fuente (Figura 2) puede ser luz ultravioleta o infrarroja, rayos gamma o rayos X, o bien un haz de part�culas como protones o neutrones. Con esta diversidad en fuentes de iluminaci�n es por tanto posible aplicar las t�cnicas de la percepci�n remota no s�lo al �mbito de la geof�sica, sino tambi�n al de la medicina, la biolog�a, la f�sica nuclear y la industria.

El paisaje: �ste es el elemento de la percepci�n remota que m�s retos da al investigador. Esto es as� porque, primero, el paisaje constituye el sistema f�sico objeto de su estudio; segundo, porque generalmente es una parte muy compleja donde intervienen muchos factores, algunos de ellos ajenos al prop�sito de la investigaci�n, y tercero, porque sucede con frecuencia que el investigador no controla una parte o, en algunos casos, todos los aspectos que componen el paisaje. El investigador puede controlar, y de hecho lo hace, el sensor remoto, la fuente de iluminaci�n, o el procesamiento de los datos, pero puede escapar a su injerencia el sistema f�sico que desea analizar. Por otro lado, una gran porci�n de los errores que se cometen en el dise�o y operaci�n de un experimento de percepci�n remota provienen precisamente de la subestimaci�n o sobresimplificaci�n de la complejidad del paisaje.

Con los conceptos vertidos anteriormente podemos entender que este objeto global de estudio puede verse ahora como un sistema microsc�pico, digamos un conjunto de �tomos "iluminados" por un haz de electrones, o bien como un sistema macrosc�pico, tal como un cultivo de bacterias "iluminadas" por medio de luz ultravioleta. De hecho, tambi�n podemos entender al "paisaje" como el cuerpo humano "iluminado" por rayos X, con el prop�sito de obtener de �l radiograf�as. Una aplicaci�n relevante de los sistemas activos en la prospecci�n de los recursos naturales terrestres es el uso de se�ales de radar, ya que al interaccionar con el paisaje terrestre permiten obtener datos complementarios a los que se obtienen utilizando luz visible. En otras palabras, podemos afirmar que dichos sistemas activos ampl�an la capacidad para obtener im�genes con representaci�n visual, las cuales, hace algunos a�os, no pod�an generarse por razones tecnol�gicas, teniendo que conformarse con el an�lisis de datos puramente num�ricos. Esta capacidad de representaci�n visual es la que permite a un m�dico el examen del sistema �seo y determinar la presencia y localizaci�n de tumores, o bien la que ayuda a un biom�dico en el estudio de la morfolog�a de una bacteria con el fin de establecer su virulencia.

La escena: es probable que �sta sea uno de los elementos b�sicos de la percepci�n remota m�s dif�ciles de entender, pues implica el manejo de conceptos l�gicos, es decir de entidades no f�sicas. Imaginemos un plano o superficie que forma parte de un paisaje, consideremos todos los objetos de �ste que se encuentren sobre aqu�l, y de esa manera tendremos una imagen visual de una escena del paisaje. Esto nos lleva a que, al variar el enfoque de la lente de una c�mara fotogr�fica, se pueden obtener diferentes escenas de un mismo paisaje, escenas que, por supuesto, son plasmadas en el film fotogr�fico una vez que se acciona el disparador de la c�mara. As� pues, sobre la fotograf�a resultante quedan grabados en forma permanente y visible el conjunto de objetos que se en combinan sobre la escena, y por tanto aqu�lla se convierte en una representaci�n bidimensional de los objetos en todos o, lo que es lo mismo, en una imagen de la escena.Esta �ltima consideraci�n es de vital importancia, pues el manejo y an�lisis de las im�genes correspondientes a diferentes escenas es lo que permite entender el funcionamiento del paisaje, con las consecuentes repercusiones para el eventual dominio del mismo. Un ejemplo claro de estos conceptos es el de una radiograf�a: un m�dico a la hora de enfocar su aparato de rayos X sobre una secci�n del sistema �seo lo que est� haciendo es seleccionar una escena del "paisaje", que en este caso es el cuerpo humano. La superficie que constituye la escena es en este ejemplo el plano sobre el que se enfoca el aparato de rayos X y los objetos son los huesos que se encuentran enfocados; la radiograf�a resultante es la representaci�n visual de los huesos y su estructura. Es claro que la interpretaci�n que hace el m�dico de la radiograf�a le permite entender qu� sucede en el sistema �seo del paciente, dilucidar posibles problemas como fisuras, fracturas, debilitamiento o tumores en alg�n hueso, y, sobre todo, tomar las acciones correctivas necesarias que le conduzcan al "dominio" del "paisaje", es decir a restablecer eventualmente el estado de salud del paciente.

TABLA 1. Diversos detectores o sensores remotos en funci�n de su uso.

Región espectral y
tipo de sensor
Intervalo de
longitud de onda
(/m) +
M�xima resoluci�n
espacial
(miliradianes)*
Capacidad de penetraci�n atmosf�rica
Capacidad de
operaci�n

*Rayos gamma contadores de centelleo, foto-multiplicadores acoplados a cris-tales como NaI y LiGe
10-16 a 10 -5
< 0.01
utilizable s�lo en medios de muy baja densidad o a muy corta distancia de la escena.
d�a y noche
*Rayos x contadores de centelleo y Geiger.
10-5 a 0.004
< 0.01
igual que el caso anterior.
d�a y noche
*Ultravioleta pel�cula fotogr�fica con lentes de cuarzo, fotomultiplicadores
0.004 a 0.38
0.01 a 0.1
la atm�sfera reduce sensiblemente la penetraci�n, se puede utilizar desde avi�n.
d�a
*Visible televisi�n, c�maras convencionales, fotomultiplicadores, detectores de estado s�lido.
0.38 a 0.78
0.01 a 0.1
la neblina y los contaminantes reducen la penetraci�n, se pueden hacer observaciones desde sat�lite.
d�a
*Infrarrojo fotomultiplicadores, detectores de estado s�lido, pel�cula sensible al infrarrojo.
0.78 a 101
0.01 a 1.0
influyen poco la neblina y los contaminantes, se pueden hacer observaciones desde sat�lite.
d�a y noche
*Microondas radar con antenas emisoras y barredoras.
103 a 106
0.01 a 10.0
casi no influyen la neblina y los contaminantes, se pueden hacer observaciones desde sat�lite.



La longitud de onda es la distancia entre crestas, considerando la luz como un fen�meno ondulatorio; 1m = 1-6 m. Un radián es aproximadamente igual a 57°; y un miliradi�n es igual a 10-3 radianes.

El sensor remoto: el desarrollo tan importante que ha tenido la tecnolog�a en esta �rea de la percepci�n remota ha permitido al hombre ampliar (Tabla 1) su capacidad visual. Nuevos y modernos detectores permiten ahora capturar luz invisible como la ultravioleta o la infrarroja, y detectar radiaciones como los rayos X y gamma y part�culas como electrones, protones o neutrones. Ejemplos de tales detectores son la placa fotogr�fica, la pel�cula fotogr�fica infrarroja, los detectores Geiger, los fotodetectores, las fotomultiplicadores y las c�maras de televisi�n. Muchos de �stos son baratos y de gran eficiencia, y algunos incluso proporcionan im�genes en forma cuantitativa, es decir en forma num�rica, de tal manera que la informaci�n resultante puede ser almacenada en computadora para proceder a un an�lisis matem�tico ulterior. Todos estos detectores han ampliado enormemente la capacidad de observaci�n en percepci�n remota y pueden proporcionar actualmente im�genes de gran calidad de paisajes tan remotos como las lunas de J�piter, de una galaxia distante, o de "paisajes" microsc�picos como los de un virus detectado por medio de un microscopio electr�nico. M�s a�n, sistemas o paisajes internos como son los �rganos del cuerpo humano o los defectos interiores (Figura 3; v�ase el pliego a color) de una pieza de metal son ahora capturados utilizando detectores de rayos X. En particular, y de consecuencias socioecon�micas, le han proporcionado al hombre un conocimiento m�s diversificado de su medio ambiente para la evaluaci�n y manejo de los recursos naturales terrestres.

La plataforma: a medida que la plataforma de observaci�n se coloca a una mayor distancia de la escena, la visi�n de conjunto crece, pero no as� el detalle o grado de discernimiento, el que consecuentemente se hace menor. Discernir objetos relativamente peque�os o muy pr�ximos entre s� requiere de detectores de alta resoluci�n,2 lo que hace que sean indispensables para el uso de plataformas colocadas a una gran distancia de la escena. Las que est�n situadas a gran altura sobre la superficie terrestre, por ejemplo, son muy �tiles en la prospecci�n de los recursos naturales y en general en la exploraci�n de nuestro planeta. Para esta clase de aplicaciones la plataforma espacial ha demostrado ser la m�s adecuada, puesto que los modernos detectores permiten obtener im�genes de la superficie terrestre con elementos de resoluci�n de 30 m por lado, cubriendo escenas de aproximadamente 185 por 185 km², es decir una superficie de 33 225 km². Otros sensores de este mismo tipo son capaces de obtener im�genes de 100 por 100 km, con un elemento de resoluci�n de 10 por 10 m, es decir que el �rea m�nima de observaci�n del sensor es de 10 m por lado. Las plataformas espaciales se encuentran girando a varios cientos de kil�metros sobre la superficie terrestre, lo que hace que el detalle y la extensi�n cubierta con este tipo de plataformas sean muy adecuadas para aplicaciones geol�gicas y geof�sicas. Existen, desde luego, plataformas que pueden estar a poca altura o a corta distancia de la escena, y que tienen, por tanto, otras aplicaciones. La observaci�n de un cultivo de bacterias, por ejemplo, se hace a corta distancia, pero como la escena observada es peque�a tambi�n, de todas maneras se requiere de un detector de alta resoluci�n para poder distinguirse los detalles m�s finos.

Puesto que hist�ricamente y en general el nombre de percepci�n remota ha sido tradicionalmente asociado a la exploraci�n del planeta, veamos con m�s detalle qu� consecuencias tiene la utilizaci�n de la plataforma espacial en la prospecci�n geol�gica y geof�sica. Una plataforma de �stas necesariamente es de tipo satelitario, es decir, el sensor remoto se encuentra instalado a bordo de un veh�culo orbital, el cual, por medio de celdas solares, sistemas de control y telecomunicaci�n automatizados, proporciona la posibilidad de una cobertura regular y repetitiva de la superficie terrestre. Las �rbitas de este tipo de sat�lites son generalmente polares, por lo que el movimiento combinado del sat�lite y el de rotaci�n de la Tierra (Figura 4) hacen que la superficie de �sta sea cubierta totalmente en periodos de dos a tres semanas. Adem�s, la �rbita est� ajustada de tal manera que la observaci�n de una misma regi�n se hace a la misma hora del d�a, 10:00 hrs local aproximadamente, lo que provoca que se tenga como �nica variaci�n en las condiciones de iluminaci�n de la escena las causadas por las estaciones del a�o, sobre todo en latitudes cercanas a las polares donde el �ngulo de elevaci�n solar var�a considerablemente de verano a invierno para una misma hora del d�a.


Figura 4. Esquema del cubrimiento terrestre por un sat�lite de percepci�n remota con �rbita polar.



Figura 5. Estaci�n rastreadora de sat�lites de �rbita polar. El plato de esta antena va girando en direcci�n norte-sur para captar continuamente las se�ales que env�a el sat�lite durante su paso sobre la antena.

Otra ventaja de este tipo de sat�lites es que el env�o de datos se hace inmediatamente a la estaci�n terrestre m�s cercana (Figura 5), por lo que en principio las im�genes resultantes pueden quedar disponibles en un lapso de tiempo de algunos d�as.

El sistema de procesamiento: los sensores remotos actuales son capaces de producir im�genes de alta calidad en forma anal�gica o digital, es decir, pueden proporcionar una representaci�n continua o discreta de la escena. Una imagen continua es aqu�lla donde la variaci�n de tonos de gris o color se presenta sin discontinuidades, sin l�neas, o fronteras, aparte de las que pudiera tener la escena misma. Una imagen discreta, por su parte, es la que est� compuesta por elementos definidos y diferenciados como puntos o cuadrados. Es necesario aclarar que una escena siempre es continua, no as� la imagen respectiva. En realidad, una representaci�n o imagen continua no es m�s que una idealizaci�n de lo que realmente sucede, pues una fotograf�a a simple vista podr� verse continua, pero al ser amplificada se aprecia que est� formada por una colecci�n de peque�os puntos de diferentes tonalidades que son los que componen la imagen en forma similar a un rompecabezas. En general podemos decir entonces que una imagen ser� catalogada continua o discreta dependiendo del grado de resoluci�n que tenga el sensor y del detalle que se desee discernir. De hecho, s�lo las im�genes �pticas podr�n considerarse siempre como continuas. Por lo tanto, daremos el nombre de digital a aquellas im�genes discretas donde cada punto que la compone est� dado no por una tonalidad sino por un n�mero, esto es, asignando por ejemplo el 0 el al tono m�s oscuro y 127 al m�s claro. Es precisamente debido a esta representaci�n num�rica de una escena que es posible el manejo por computadora de la imagen digital correspondiente, con la consecuente rapidez y volumen en el an�lisis de una gran variedad de �stas. La disponibilidad de computadoras digitales ha hecho que ahora se puedan analizar im�genes digitales de gran dimensi�n y complejidad, lo que ha dado a la percepci�n remota un impulso notorio en los �ltimos 10 a�os. M�s a�n, este desarrollo ha demandado recursos computacionales cada vez m�s importantes, llegando a ocurrir que los especialistas en ciencias de la computaci�n hayan consagrado un esfuerzo considerable al dise�o y construcci�n de arquitecturas y lenguajes computacionales especiales para el an�lisis de im�genes digitales, lo que ha propiciado l�gicamente un impulso a�n mayor a la percepci�n remota. Estos sistemas cuentan actualmente con un rango muy amplio de algoritmos3 para el an�lisis de im�genes, los que a trav�s de sistemas de despliegue (Figura 6) de color de alta resoluci�n permiten desplegar la imagen digital y proporcionan al usuario una comunicaci�n de tipo interactivo con la computadora. Esta comunicaci�n interactiva produce informaci�n, resultado de dicho an�lisis, que puede ser canalizada a bancos de memoria en la misma computadora, de donde puede ser extra�da, representada o manipulada lo m�s adecuadamente posible para la toma de decisiones acerca de uno o varios aspectos del paisaje. A esto �ltimo se le llama sistema de informaci�n y convierte a la toma de decisiones en un proceso cuantitativo y por tanto de r�pido apoyo a la gesti�n de un recurso espec�fico.



Figura 6. Representaci�n de un sistema computacional acoplado a una pantalla de despliegue para el an�lisis interactivo de im�genes digitales en actividad de percepci�n remota.

El apoyo de campo: las t�cnicas de apoyo de campo se refieren a la inspecci�n cualitativa y cuantitativa de lugares selectos del paisaje. Estas t�cnicas son resultado de los m�todos de muestreo estad�stico y de medidas de propiedades f�sicas y qu�micas de los objetos que se encuentran en la escena. Es claro que no es posible ni tiene sentido hacer una evaluaci�n exhaustiva de todos los objetos que se presentan en �sta pues, adem�s de que esto ser�a costoso y consumir�a una gran cantidad de tiempo, dejar�a de lado a la percepci�n remota, es decir, ya no tendr�a raz�n de ser la observaci�n a distancia desde una plataforma particular. Sin embargo, la observaci�n directa de ciertos puntos de la escena es necesaria para la correcta validaci�n de las observaciones. Esto es as� porque las medidas hechas por un sensor remoto son en general relativas al sensor mismo, a la metodolog�a usada y pueden estar distorsionadas por una gran variedad de aspectos no controlables por el experimentador, tales como interferencia atmosf�rica si se trata de una plataforma satelitaria, o de interferencia de los tejidos blandos si se trata de obtener una radiograf�a. A partir de los hechos arriba mencionados se desprende la necesidad de seleccionar un conjunto adecuado de puntos de la escena que constituyan una representaci�n realista del conjunto total que la componen, lo que se logra con bastante exactitud por medio de t�cnicas de muestreo estad�stico, que son las que proporcionan los criterios pertinentes para hacerlo. Una vez seleccionado un n�mero adecuado de puntos y habiendo determinado sus posiciones respectivas se pasa a localizar los objetos que se encuentran sobre dichos puntos. Hecho esto, se puede medir directamente una serie de propiedades de los objetos en cuesti�n. De esta manera, en el caso de una radiograf�a, por ejemplo, una vez localizada una zona sospechosa, se pasa a la extracci�n de un poco de tejido para someterlo al an�lisis de laboratorio, cuyos resultados determinar�n la acci�n correctiva adecuada. En el caso de estudios de silvicultura desde una plataforma satelitaria, se proceder� a inspeccionar un cierto n�mero de �rboles, y suponiendo que �stos se encuentren infestados por una plaga, determinando propiedades como �rea foliar, di�metro mayor del tronco o estado de salud. Todos estos datos son retroalimentados al sistema computacional, el que, correctamente programado, dar� la localizaci�n y extensi�n de un tumor, o proporcionar� las zonas de �rboles enfermos. Desde luego, habr� ocasiones en las que el apoyo de campo no es posible o es demasiado costoso, en cuya situaci�n las inferencias que se hagan sobre la escena y el paisaje tendr�n que ser indirectas. �ste es el caso, por ejemplo, de regiones de dif�cil acceso en el planeta o de cuerpos celestes muy alejados. Aqu� es muy importante puntualizar que ni la medicina, ni la astronom�a se han convertido en percepci�n remota o �sta en astronom�a y medicina, sino que aqu�lla es una metodolog�a cient�fica multidisciplinaria cuyas t�cnicas y m�todos son aplicables a diversas �reas del conocimiento cient�fico.

El nombre de percepci�n remota aparece inicialmente durante las primeras misiones interplanetarias de sondas espaciales no tripuladas, a bordo de las cuales se instalaron c�maras de televisi�n para la captura y env�o a la tierra de im�genes correspondientes a regiones selectas de la superficie de otros planetas. El desarrollo de esta ciencia, por su aplicaci�n novedosa a la geolog�a y a la geof�sica, se ha visto involucrado tradicionalmente al estudio de la superficie planetaria terrestre. De ah� que la percepci�n remota se haya definido en su desarrollo hist�rico como la obtenci�n de informaci�n acerca de una superficie o escena, utilizando luz visible e invisible, por medio del an�lisis automatizado de datos obtenidos a distancia por un sensor remoto. Esto se ha hecho, en general, con el fin de evaluar el medio ambiente y, en muchas ocasiones, con el objeto de apoyar las labores de prospecci�n de los recursos terrestres, lo que la ha convertido en una herramienta valiosa para el bienestar de la humanidad. De hecho, el avance tan grande que ha tenido la tecnolog�a asociada a la percepci�n remota ha tra�do como consecuencia que el m�todo propio de esta moderna ciencia sea aplicable a una gran variedad de escenas y paisajes, y que la evaluaci�n ya no se restrinja solamente al medio ambiente, sino que se pueda realizar en una gran diversidad de sistemas f�sicos.

NOTAS

1 Entendemos por objeto aqu� todo ente f�sico (material) formado, en general, por una gran variedad de elementos qu�micos y f�sicos.

2 Por resoluci�n se entiende aqu� la capacidad de un sistema sensor para separar los elementos de un objeto bien definido como una sucesi�n de l�neas equidistantes.

3 Un algoritmo es una sucesi�n l�gica de instrucciones que, traducidas por medio de un lenguaje de computadora como el FORTRAN, proporciona al sistema computacional las �rdenes necesarias para ejecutar una tarea espec�fica.

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