VIII. EL ZOOPLANCTON Y LAS CADENAS DE ALIMENTACIÓN
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A TRAMA
de alimentación de los océanos presenta una serie de interacciones entre organismos tanto vegetales como animales. El fitoplancton es el encargado de producir el alimento en forma de azúcares, grasas y proteínas, de modo que forma el primer eslabón de la cadena de alimentación.El segundo nivel está formado por animales herbívoros del zooplancton relativamente pequeños, y está representado por los copépodos en los mares tropicales, mientras que en las aguas frías del Ártico y del Antártico se encuentran, además de ellos, algunos crustáceos de mayor tamaño como son los "eufáusidos" animales estrictamente del plancton profundo.
Existen muchos tipos diferentes de copépodos, pero los más abundantes son los pertenecientes al género Calanus, que representan las tres cuartas partes de los crustáceos del plancton del océano. Los biólogos consideran que existen más copépodos en el mundo entero que todos los demás animales reunidos.
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Figura 19. Calanus, copépodo.
Los copépodos son los mayores devoradores del mundo: se ha calculado que cada uno consume diariamente la mitad de su propio peso. Un solo copépodo puede comer hasta 120 mil diatomeas en un día, lo que proporciona una idea de la cantidad de diatomeas que contiene el mar y de las actividades nutritivas de que son capaces estos animales.
Calanus se encuentra en todo lo largo del Atlántico Norte, existiendo también en el Mediterráneo, Atlántico Sur y Océano Antártico. En el Pacífico abunda en las costas de California, así como en las de América del Sur. También se ha localizado al sureste de Australia, en Nueva Zelanda y en el Mar de la China. Por esta razón se le ha considerado el grupo más importante del segundo nivel trófico con distribución cosmopolita.
Para comer, este pequeño organismo desarrolla una lenta natación formando una serie de remolinos de agua, por medio de movimientos de sus dos pares de antenas que están colocadas en la parte anterior de su cuerpo; después, con el movimiento de sus patas, lleva la corriente de agua hasta su boca, por donde penetra con pequeñas partículas que van suspendidas en ella. Los apéndices de la boca están provistos de gran cantidad de cerdas que se entrecruzan formando un filtro. Las partículas orgánicas concentradas del agua que se filtra pasan al interior de su aparato digestivo para ser aprovechadas como alimento.
El mecanismo de filtración desarrollado por los copépodos es muy eficaz para retener organismos alimenticios que midan entre 10 y 40 micras; sin embargo, algunos pueden consumir diatomeas de mayor tamaño. En ocasiones, individuos adultos de Calanus capturan y comen algunos de los animales planctónicos más pequeños, incluso estados juveniles de otros copépodos, siendo, por lo tanto, carnívoros.
La nutrición de estos abundantes crustáceos del plancton marino está íntimamente ligada con los procesos reproductores. En el grupo de los Calanus la hembra expulsa sus huevos en puestas de 50 por día y con intervalos de 10 a 14 días entre cada puesta, llegando a producir un total de 200 a 300 huevecillos, siempre y cuando su alimentación esté bien balanceada.
En una población de Calanus la producción de huevos requiere que, además de encontrarse en su estado de madurez, las hembras cuenten con adecuadas disponibilidades alimenticias. Esto tiene consecuencias ecológicas muy importantes, ya que se incrementarán todos los niveles de producción de los océanos.
El ciclo vital de los copépodos, en especial de Calanus, permite conocer la productividad del océano con posibilidades de explotación en condiciones características durante las estaciones del año, desde el Mediterráneo hasta el Ártico, en Groenlandia o en el Mar de Barentz, por la relación que establecen, como parte del zooplancton, con las cantidades de fitoplancton.
Integrando el tercer eslabón de las cadenas de alimentación marina están, además de algunos copépodos, otros grupos animales holoplanctónicos que presentan adaptaciones para comer animales microscópicos. Entre estos organismos se encuentran varios tipos de medusas, así como ctenóforos de gran belleza. Sus tamaños son muy variados y van desde pocos milímetros hasta varios centímetros.
También existen moluscos planctónicos en este tercer nivel, como las "mariposas marinas", que tienen su pie musculoso ensanchado lateralmente formando un par de grandes aletas que mueven para su locomoción y para capturar su alimento.
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Figura 20. "Mariposa marina", pterópodo.
Otros organismos consumidores de copépodos de este tercer eslabón de la cadena son las llamadas "sagitas" (véase figura 18), que pertenecen al grupo de los quetognatos. Tienen su cuerpo en forma de torpedo y su boca rodeada de garfios con los que capturan a sus presas, a las que persiguen con movimientos extraordinariamente rápidos. Abundan en ciertas áreas restringidas del océano, frecuentemente con efectos significativos en la economía pues, además de comer copépodos, ingieren gran cantidad de huevos y larvas de peces de importancia comercial.
Otro grupo integrante del holoplancton del tercer eslabón son las "salpas": tienen su cuerpo en forma de barril y rodeado por bandas musculares que les sirven para realizar movimientos de contracción, permitiendo la entrada y salida de agua a través de su intestino para alimentarse y respirar.
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Figura 21. Salpa.
En este eslabón se encuentran también representantes de los organismos meroplanctónicos, como por ejemplo larvas de gusanos, de crustáceos mayores como la langosta o algunos cangrejos, y de muchos moluscos, y equinodermos como las estrellas y erizos de mar. Además se localizan las larvas de peces, algunas de las cuales se alimentan de sus propias sustancias nutritivas que constituyen el llamado vitelo; otras son activas comedoras y consumen gran cantidad de copépodos.
Las cadenas de alimentación lineales que abarcan unos pocos niveles tróficos son sencillas de estudiar y cuantificar, pero, generalmente, en el ambiente marino las cosas no se dan de manera tan simple. Una de las cadenas sencillas es el caso del arenque, uno de los peces de mayor importancia alimenticia para el hombre: estudiándola en el Mar del Norte se ha observado que está formada por tres niveles, representados por diatomeas del fitoplancton, como primer eslabón; copépodos del género Calanus, como segundo, y los arenques, como tercero.
Sin embargo, se ha podido comprobar que si entra un nivel más se incrementan las disponibilidades alimenticias de los arenques. Quedando la cadena con: diatomeas, copépodos y el nivel adicional formado por una anguila que vive en los fondos arenosos, pero que se alimenta ávidamente de Calanus, de modo que el arenque ocupa un cuarto eslabón, con la ventaja de que cuando su dieta está formada por copépodos sólo aprovecha el 21% del segundo nivel trófico, mientras que cuando se alimenta de la anguila aprovecha el 40%.
En las aguas costeras de Nueva Inglaterra se forman también cadenas de cuatro niveles, pero en lugar de la anguila interviene otro pez pelágico, el sábalo, cuyas formas juveniles se alimentan de los copépodos y, a su vez, son comidas ferozmente por los arenques.
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Figura 22. Cadena de alimentación del arenque.
Otras cadenas de alimentación del océano, como la de los atunes, suelen ser mucho más complejas por la tendencia que tienen algunos organismos de los niveles tróficos superiores a comer, alternativamente, diversos seres que no pertenecen al mismo nivel. De este hecho resulta que las relaciones entre los niveles dan lugar a la formación de redes de alimentación muy complejas.
El adulto de un arenque se puede alimentar de los juveniles de un atún, y éste cuando llegue a su estado adulto se comerá el arenque que se aumentó de sus juveniles.
Las cadenas de alimentación se complican por el hecho de que algunos organismos viven sólo de restos orgánicos llamados detritus. En el océano abierto, muchos animales de las profundidades marinas tienen sólo como alimento los restos del plancton que caen de las aguas superficiales, siendo consumidores del segundo nivel trófico, pero como "detritófagos", es decir, comedores de restos orgánicos. Sin embargo, esta "lluvia" de materia de la superficie tiene gran importancia para la economía del mar.
La zona eufótica, o sea aquella área de los mares en donde penetra la luz y se realiza la fotosíntesis, ocupa una pequeña fracción del volumen oceánico, de tal modo que la fuente productora primaria de alimento para los animales, ya sean herbívoros o detritófagos, y luego para sus depredadores carnívoros, es pequeño; mientras que las zonas oceánicas profundas son muy grandes, y no se pueden llevar a cabo cadenas de alimentación muy complejas.
Sin embargo, para conocer la acción del zooplancton en las cadenas de alimentación se establecen algunas generalidades: en primer lugar, se encuentran los animales que se alimentan del fitoplancton, y que, por lo tanto, no pueden alejarse de las zonas de producción fitoplanctónica.
En segundo lugar, están los animales carnívoros que se alimentan de estos herbívoros; en tercero, cuarto y así sucesivamente, los animales carnívoros de niveles superiores, y, en un nivel intermedio, los animales que viven de restos orgánicos que caen desde la superficie.
No se debe olvidar, por último, la acción de las bacterias que están desintegrando a los restos orgánicos y sustancias de desecho, y que liberan la sustancia inorgánica que necesitan los vegetales para iniciar nuevamente el ciclo alimenticio en el océano.
En todas estas tramas de alimentación existen sustancias que se pueden seguir por toda la cadena; tal es el caso de la vitamina D, que se forma gracias a la acción de los vegetales del fitoplancton al aprovechar los rayos ultravioletas del Sol, que sólo penetran pocos metros en la zona eufótica. Los peces que comen los vegetales, directa o indirectamente, como el bacalao y el hipogloso, peces que viven principalmente en los fondos oceánicos, tienen aceites ricos en esa vitamina, que como se sabe es importante para el hombre por ser antirraquítica, ya que interviene en la fijación del calcio por los huesos.
En el zooplancton tiene lugar la formación de nuevas proteínas animales a partir del alimento vegetal, siendo la cantidad producida cinco veces mayor que la que se elabora en la Tierra. Las tres cuartas partes de la producción total de esta proteína animal se forman en el segundo nivel trófico de las cadenas de alimentación marinas.
El zooplancton puede, en ocasiones, llegar a alimentar directamente a verdaderos gigantes del mar como algunos tiburones y ballenas cuya dieta alimenticia se basa en la filtración de grandes cantidades de zooplancton. Se han llegado a sacar del intestino de un tiburón varios cientos de kilogramos de pequeños crustáceos zooplanctónicos.
Se consumen grandes cantidades de zooplancton en la alimentación que depende de él; por ejemplo, un arenque joven que mide 18 centímetros de longitud contiene alrededor de 2 000 individuos de copépodos en su región intestinal y el consumo diario de estos arenques puede ser de 4 000 copépodos por día, ya que la duración de su digestión, aunque variable, suele ser menor de 12 horas.
Cuando el hombre, principalmente por razones de tipo económico, modifica estas cadenas de alimentación agregando niveles tróficos que no existían, el proceso resulta marcadamente antieconómico desde el punto de vista del aprovechamiento de la energía.
Un ejemplo de lo anterior ocurre en la transformación que se hace de algunos peces, como la harina de pescado a partir de la anchoa, que se utiliza para alimentar cerdos y pollos, y que estos, a su vez, sólo pueden ser adquiridos por clases económicamente acomodadas; en este proceso, la energía que se incorpora es menos de la diezmilésima parte de la energía original que el fitoplancton fijó del Sol, y para hacer un kilogramo de harina se quemarán un mínimo de tres pescados, por lo que se provoca un desperdicio enorme de proteínas que no se debe permitir. La humanidad tiene que comprender este hecho para poder alimentar a una población que cada año aumenta más, aunque algunas clases sociales, las poderosas, dejen de ganar dinero.
Al estudiar la acción del zooplancton dentro de la trama de alimentación, se observa que este plancton animal está formado por el conjunto de animales más amplio y diverso que se pueda hallar dentro de las comunidades vivientes. Los biólogos deben experimentar más para entender las interacciones planctónicas en la mecánica alimenticia del océano, ya que esto será de gran provecho para utilizar adecuadamente las poblaciones marinas ya explotadas o para cultivar nuevas. Todo ello en beneficio de una comunidad humana cada vez más necesitada de alimento.
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