X. DISTRIBUCIÓN DEL PLANCTON EN LOS MARES DEL MUNDO
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A DISTRIBUCIÓN
de los organismos en el océano es más fácil de estudiar en el dominio bentónico, es decir, los organismos que viven en el fondo de los mares, ya que las características fisicoquímicas y biológicas que forman su cuadro ambiental son más o menos constantes, lo que hace que estos individuos desarrollen su estructura y realicen sus funciones de tal modo que les permitan adaptarse fácilmente al medio donde se encuentran.En cambio, el estudio de la distribución de los seres planctónicos es más difícil de discernir, ya que las extensiones de las masas de agua en el sentido horizontal hacen que las condiciones fisicoquímicas y biológicas varíen con las estaciones del año, modificando las características del agua, y trayendo como consecuencia que disminuyan las poblaciones de los organismos que flotan y que los que pueden nadar emigren hacia otras regiones; esto hace que se complique la distribución de los seres en el dominio pelágico.
La ciencia que se encarga de estudiar la distribución que presentan los seres vivos sobre la superficie del planeta, tanto en los continentes como en los océanos, es la biogeografía, la cual tiene como una de sus aspiraciones principales reunir una colección de mapas que señalen las localidades donde se ha registrado la presencia de determinada especie vegetal o animal. Estos mapas permitirán sistematizar, tipificar y explicar la distribución de las especies en las distintas regiones de la Tierra.
Se considera como el área de una especie determinada a la porción del planeta que ocupan los organismos que pertenecen a ella. Existen especies que viven en todos los puntos del Globo en donde encuentran características ambientales adecuadas; a éstos se les llama cosmopolitas. Su distribución se explica porque tienen condiciones de estructura y funcionamiento de su organismo que les permiten solucionar las limitaciones que pueden presentarles la temperatura, salinidad, concentración de sales, nutrientes, etcétera. En este caso se encuentran muchas especies del fitoplancton.
Las áreas que ocupan las especies pueden ser muy amplias; se denomina euricoras a los organismos que viven en estas condiciones. En otras ocasiones viven en áreas muy restringidas, llamándose entonces estenocoras. Cuando las especies ocupan áreas extremadamente estrechas, se les llama endémicas.
Las especies endémicas pueden ser de origen reciente y, por lo tanto, aún no han dispuesto de tiempo suficiente para extenderse y ocupar un área mayor; pero también pueden ser los residuos de especies antiguas que tuvieron una distribución más amplia y que, actualmente, han quedado reducidas a unas pocas localidades adecuadas.
En cada especie se puede considerar que los individuos presentan una presión de migración de los lugares en donde se encuentra la mayor densidad de población hacia los de menor densidad. La rapidez de este desplazamiento de los organismos de un lugar para establecerse en otro depende de la abundancia con que son producidas las unidades de dispersión (huevos, larvas e individuos juveniles), de sus características en relación con los medios que los transportan, y de sus cualidades de estructura y función para adaptarse a los nuevos lugares.
Las especies de ecosistemas menos integrados y considerados, por lo tanto, menos maduros, como el caso del plancton, se dispersan a mayor velocidad que las especies propias de ecosistemas maduros o mejor integrados como el bentos y, en especial, los arrecifes de coral.
El plancton produce un mayor número de unidades de dispersión y tiene una enorme difusión a través del movimiento de las aguas producidas por las corrientes, el oleaje, las mareas, etcétera; mientras que los organismos bentónicos del litoral se dispersan por medio de larvas planctónicas, o bien, unidos a algas u otros objetos que flotan a la deriva y por lenta progresión individual.
Debido a la manera en que se ha ido estructurando esta distribución a través del tiempo, los organismos planctónicos van a presentar diferentes características en los distintos océanos; por ejemplo, en el Atlántico se encuentran como representantes de los sifonóforos a Valella velella, mientras que en el Pacífico se localiza otra especie, la Velella lata: ambas presentan características especiales en su estructura que permiten diferenciarlas.
Por la relativa rapidez con que pueden ocurrir los cambios en la distribución de la flora y fauna planctónicas, se hace muy difícil construir una historia de la evolución de los organismos del plancton que permita explicar, de manera adecuada, las distribuciones que en la actualidad presentan. Por ello, los científicos han elaborado diferentes clasificaciones para las regiones biográficas del océano.
El Océano Antártico, con forma circular, posee ramificaciones que se adentran en los océanos contiguos: Atlántico, Pacífico e Índico. Es difícil marcarle un límite septentrional, y se considera, entonces, un océano abierto hacia el norte que pasa sin transición a los otros océanos. Sus aguas presentan las mayores turbulencias oceánicas, provocando grandes dificultades para la navegación y la pesca; a estas dificultades sólo osan exponerse los experimentados balleneros que van a buscar a gigantescas presas en sus aguas.
Se conoce poco de la distribución de los organismos planctónicos del Océano Antártico, pero se sabe que poseen caracteres propios que hacen suponer que tienen gran antigüedad y, con todo y las rigurosas condiciones de vida que soportan, presentan un mayor número de especies, de modo que constituyen una fauna más variada que la del Océano Glacial Ártico. Por ejemplo, en el plancton recolectado en el Antártico se han localizado larvas de equinodermos pertenecientes a 100 géneros con 252 especies, mientras que en el Ártico sólo existen 32 géneros y 52 especies.
Se puede observar además que existen mejores condiciones para producir alimento en el Antártico que en el Ártico, debido a la topografía del fondo, especialmente en la región que hace contacto con el Atlántico, la cual produce corrientes ascendentes que llevan nutrientes a las aguas superficiales, lo que, como ya hemos repetido, aumenta la producción del fitoplancton, incrementándose el número de diatomeas, cuyos ejemplares son grandes (llegan al milímetro de diámetro); también son abundantes los dinoflagelados.
Esta productividad que se deriva de la existencia de plancton en el Océano Antártico se puede considerar representada principalmente por la presencia de las ballenas en este océano, aunque también se encuentran merluzas, platijas, sardinas, arenques y caballas, significando la captura de estos peces el 15% del total de la pesca mundial.
El Océano Atlántico establece la comunicación entre los Océanos Ártico y Antártico y se encuentra limitado al este por Europa y África y al oeste por América, siendo el lazo de unión entre ambos grupos continentales lo que ha facilitado el intenso intercambio cultural y económico entre el Viejo y el Nuevo Mundo.
El Océano Atlántico se estrecha en la zona ecuatorial, quedando dividido en dos: el Atlántico Norte y el Atlántico Sur. La circulación de sus aguas es autónoma en cada uno de ellos, existiendo una diferencia esencial que consiste en que el Atlántico Norte se halla prácticamente cerrado por su parte septentrional, mientras que el Atlántico Sur comunica ampliamente, por su lado inferior, con el Océano Antártico, además de que no alimenta mares interiores ni marginales, por lo que la circulación de sus aguas es más simple.
En el Atlántico Norte existe gran cantidad de fitoplancton y la cantidad de sustancia órganica que producen los organismos vegetales del plancton es alta, llegando a 200 gramos por metro cuadrado por año. El peso húmedo de fitoplaucton que se ha estimado en esta región es de 1 200 millones de toneladas por año. Esta productividad del fitoplancton se refleja en el aumento de la cantidad de zooplancton y se ha considerado una producción anual de biomasa zooplanctónica de 100 millones de toneladas.
También en el Atlántico Norte existen especies de plancton que poseen una localización geográfica muy clara; por ejemplo, entre los copépodos se distinguen tres comunidades planctónicas superficiales: el plancton de las aguas del Mar del Norte caracterizado por la especie Sagitta setosa, el de la plataforma continental atlántica representado por Sagitta elegans y Calanus y el plancton de las aguas templadas cálidas de la gran deriva noratlántica que prolonga la Corriente del Golfo propiamente dicha en donde vive Sagitta lira.
Esta distribución de las comunidades de fito y zooplancton ejerce gran influencia sobre las pesquerías, y cuando las aguas son particularmente ricas en plancton y sobre todo en organismos que contienen grandes cantidades de proteínas y de grasas como diversos copépodos, eufáusidos, etcétera, abundan peces del tipo del arenque. En estas aguas del Océano Atlántico Norte se captura un 20% del total mundial, principalmente de merluza, bacalao, lenguados, arenques, sardinas, anchoas, peces sable, atún, bonitos, tiburón, rayas, etcétera.
El Océano Atlántico Sur, que se extiende desde el centro hasta el Antártico, tiene como principales áreas de fitoplancton las que están próximas a sus costas tanto orientales como occidentales, en donde se presentan corrientes oceánicas de surgencia; también en el área oceánica a lo largo del ecuador es donde, sobre todo en primavera, se encuentran grandes producciones de fitoplancton. Su productividad primaria tiene variaciones estacionales relacionadas con las corrientes de surgencia y la temporada de lluvias. Se ha calculado que el promedio de fitoplancton es de 50 a 100 gramos por metro cuadrado por año.
La distribución del zooplancton es similar a la del fitoplancton, es decir, cambia en las diferentes estaciones del año. En algunas áreas como el centro del Golfo de México y el Mar Caribe la producción y la cosecha de organismos son bajas, aumentando un poco hacia las costas del norte del Golfo, especialmente en la de Florida y en la boca del río Mississipi. También se encuentran altas densidades de zooplancton en el banco de Campeche, abundando principalmente copépodos. Como principales especies pesqueras se localizan: camarón, caballas, sierras, agujas y tiburón.
Las características de la distribución de los organismos en el Océano Atlántico se explican por el origen relativamente reciente de este océano y, por otra parte, los periodos glaciales han modificado intensa y rápidamente sus características ecológicas. Por estas razones, las poblaciones de organismos que se encuentran en él no son tan antiguas como las de otras áreas marinas y se comprende su relativa pobreza de especies.
El Océano Índico ocupa el cuarto lugar entre los océanos por su extensión. Está limitado por las costas de Asia, África y Oceanía y al sur queda ampliamente abierto a la Antártida.
Cerca de la línea de costa oeste índica se ha encontrado la mayor producción primaria del fitoplancton, en donde alcanza dos millones de toneladas de peso húmedo por año; sin embargo, los estudios realizados muestran otra riqueza en el zooplancton, siendo su valor de 200 miligramos por metro cúbico de agua por año y sólo se hace abundante en las áreas de surgencia que forman una banda estrecha a lo largo de la península índica y en las costas de Arabia Meridional.
El Océano Pacífico es el más grande de los océanos, limitado al este por el ininterrumpido continente americano, y por el Oeste, por las costas de Asia y Australia. Está dividido en tres zonas: sur, norte y región ecuatorial o Pacífico Central. Los organismos que se encuentran en este océano se consideran los más antiguos.
La mayor antigñedad de la fauna del Pacífico ha sido probada no sólo por existir la más abundante diversidad de especies en dicho océano, sino porque las que viven en sus profundidades son encontradas en aguas superficiales de otros océanos. Se piensa que una parte considerable de la biota ártica y de la biota del Atlántico Norte derivan de la del Pacífico Norte, que es más rica y variada.
Las comunidades planctónicas en el Océano Pacifico se pueden separar muy claramente en dos grandes grupos, el de las aguas neríticas frías, que desciende hasta los 50 grados de latitud norte frente a las costas del Japón y del Canadá; y el de las aguas centrales, de carácter subtropical, que asciende hasta los 40 grados de latitud norte en la costa de California. Estos dos grandes conjuntos están separados por 10 grados de latitud, y constituyen regiones en donde el plancton posee caracteres muy especiales según la zona.
En el Pacífico Norte la productividad primaria del fitoplancton es en promedio de 150 gramos por metro cuadrado por año, con un total en peso húmedo de estos vegetales planctónicos de 54 millones de toneladas por año. El zooplancton es cualitativa y cuantitativamente considerable y está formado por gran cantidad de especies, principalmente copépodos, quetognatos, anfípodos y eufáusidos.
Se calcula que existen en promedio 20 gramos por metro cuadrado por año de zooplancton, o sea un 20% de la cantidad de fitoplancton. Este océano tiene, por lo tanto, gran productividad y es rico en pesca, abundando la merluza, bacalao, arenque, sardina, anchoa, lenguado, platija, atún, etcétera; más o menos se pesca el 30% del total de la captura mundial.
En el Pacífico Central la productividad es alta en la mayoría de las zonas costeras y más baja en las áreas oceánicas lejanas a la costa, excepto para una banda a lo largo del ecuador. En las zonas en donde se localizan corrientes de surgencia la productividad aumenta, alcanzando un promedio de 180 gramos por metro cuadrado por año y 30 millones de toneladas de peso húmedo de fitoplancton por año. El zooplancton tiene una distribución similar, encontrándose las mayores poblaciones en las zonas de surgencia, las cuales están formadas por copépodos. Su producción pesquera es baja y las especies que se capturan son: atunes, bonitos, agujas, sierras, caballas, peces sable, gallinetas, etcétera.
En el Pacífico Sur la productividad primaria es alta en ciertas regiones costeras de América Central y de América del Sur; también lo es en algunas áreas de surgencias, en donde se estima una producción anual mayor a 200 gramos por metro cuadrado y 155 millones de toneladas de peso húmedo de plancton. El zooplancton presenta una abundancia según las estaciones del año muy relacionada con la aparición del fitoplancton.
Una de las zonas de surgencia más productivas del mundo es la Corriente de Humboldt o Corriente de Perú, donde se ha llegado a capturar, en un año, 12 millones de toneladas de anchoas. También se pescan en este océano arenques, sardinas, merluzas, caballas, tiburones, rayas y quimeras.
El Océano Ártico está en relación con la región norte de los Océanos Atlántico y Pacífico, por lo que sus poblaciones planctónicas tienen características semejantes a las de estos océanos. El Pacífico hace contacto con el Ártico a través del Mar de Behring y las características de sus aguas son parecidas, encontrándose una diversidad de especies planctónicas y una productividad alta. Las principales pesquerías son las de ballena, bacalao, lenguado y merluza, entre otras.
La biogeografía dispone de una información muy fragmentaria para reconstruir los hechos que han conducido a las distribuciones actuales de los organismos en el planeta. Es un reto interpretar cómo se distribuyen los organismos en un ambiente en constante movimiento como lo es el océano. El número de problemas que se derivan del comportamiento del plancton marino en relación con su distribución y con la de los organismos que de él dependen, es un desafío estimulante para los científicos que se han propuesto comprender al océano.
Estudiar la distribución de los organismos en los mares, y en particular, la del plancton, permite conocer las características de producción de las distintas regiones oceánicas y, con esto, se aprovecharán mejor los recursos de los océanos, así como se resolverán problemas científicos de gran interés.
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