V. SONIDO EN MEDICINA
SI CONSIDERAMOS
un conjunto de partículas, el movimiento de una está influido por el movimiento de las demás. Un caso importante de este tipo de fenómenos es el movimiento ondulatorio que se da por ejemplo en el agua generando las olas, en el aire generando los sonidos que percibimos, en la luz, etcétera.En general, las ondas se clasifican en dos tipos: ondas mecánicas que son movimientos oscilatorios de partículas materiales como las ondas de agua, el sonido, etc., y ondas electromagnéticas que son movimientos oscilatorios del campo electromagnético como las ondas de radio, de TV, de luz, calor, rayos X, etcétera.
Una onda se caracteriza por su periodo y su longitud. El periodo t es el tiempo que tarda en realizar una oscilación completa, mientras que la longitud de onda l es la distancia que recorre en un periodo, y tiene unidades de distancia; esto se ilustra en la figura 13.
La frecuencia n está relacionada con el periodo por medio de la ecuación:
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la frecuencia es el número de oscilaciones que ocurren en la unidad de tiempo. Como el periodo se mide en segundos, la frecuencia se mide en
, esta unidad se llama Hertz (Hz).
La velocidad de una onda viajando está dada por:
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Las ondas se llaman transversales cuando el movimiento oscilatorio se lleva a cabo en el plano perpendicular a la dirección de propagación de la onda, mientras que se llaman ondas longitudinales si la oscilación se realiza en la dirección de propagación. Un ejemplo de ondas transversales son las olas de agua, la oscilación de un corcho en la superficie del agua es de arriba a abajo mientras la onda pasa de atrás hacia adelante; un ejemplo de onda longitudinal son las ondas de compresión que pueden propagarse a lo largo de un resorte y las ondas sonoras que pueden propagarse a lo largo de un tubo de aire.
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Figura 13. Una onda de sonido se produce en un medio donde se pueden crear zonas de comprensión y de rarefacción, en el vacío no se propaga el sonido. Las ondas se caracterizan por su longitud de onda y su periodo.
Una onda sonora es una perturbación que se lleva a cabo en un gas, líquido o sólido (en el vacío no existe el sonido) y que viaja alejándose de la fuente que la genera con una velocidad definida que depende del medio en el que está viajando. Las vibraciones provocan incrementos locales de presión respecto a la presión atmósferica llamados compresiones, y decrementos locales llamados rarefacciones; los cambios de presión ocurren en la misma dirección en la que viaja la onda, pueden verse como cambios de densidad y como el desplazamiento de los átomos y moléculas de sus posiciones de equilibrio.
El rango de frecuencias del sonido audible es de 20 Hz a 25 000 Hz, cuando la frecuencia es mayor que los 25 000 Hz, se le define como ultrasonido.
La energía es transportada por la onda como energía potencial y cinética. La intensidad I de una onda sonora es la energía que pasa en un segundo en una área de 1 mñ, en otras palabras, es la cantidad de watts que pasan por metro cuadrado.
El oído humano tiene una tolerancia limitada para la intensidad del sonido, la cual depende de la frecuencia de la onda. La unidad de intensidad es el bel, pero ésta resulta ser muy grande, así, comúnmente se usa el decibel (dB) que es la décima parte del bel. La máxima intensidad que el oído puede tolerar sin dolor es de aproximadamente 120 dB.
Cuando una onda sonora golpea el cuerpo, una parte de ella se refleja y otra se trasmite en el cuerpo. La razón de la presión reflejada R respecto a la incidente A0 depende de las impedancias acústicas de los dos medios Z1 y Z2; la impedancia acústica podemos entenderla como la capacidad que tiene el cuerpo para impedir el paso de energía a través de él. La razón de R a A0 es:
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mientras que la razón de la amplitud de la presión trasmitida T a la incidente A0 es:
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Estas ecuaciones son válidas si la onda incide en forma normal a la superficie. Considerando que la onda pasa del aire al músculo:
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y las razones de las intensidades reflejada y trasmitida son:
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lo que nos indica que una parte muy pequeña del sonido es trasmitida al cuerpo.
No sucede así cuando las impedancias de los dos medios son muy parecidas, por ejemplo si el medio 1 es agua y el 2 es un músculo
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Cuando una onda sonora pasa a través de la piel, hay pérdida de energía debido a los efectos de fricción. La absorción de energía en la piel causa una reducción en la amplitud de la onda sonora. La amplitud A decrece con la profundidad por cm en el medio, respecto a la amplitud inicial A0 (X = 0) y está dada por:
A = A0 e -ax a es el coeficiente de absorción del medio, se mide en cm-' y es función de la frecuencia de la orden para el caso de hueso, en particular del cráneo. Se tiene:
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Como la intensidad es proporcional a la amplitud elevada al cuadrado, se tiene:
I = I0e-2ax Si reflexionamos un poco, podremos darnos cuenta de la importancia de lo anterior: muchos médicos pueden diagnosticar la enfermedad del paciente oyendo cómo se propaga el sonido en diferentes partes del cuerpo, ya que éste se comporta como un instrumento de percusión, como un tambor. El sonido cambia al cambiar las condiciones del cuerpo.
Los diferentes órganos del cuerpo producen, al trabajar, sonidos característicos, de manera que si el trabajo se ve alterado por alguna causa, el sonido que produce obviamente es diferente al normal. El médico se ayuda con el estetoscopio para detectar estos sonidos, lo que se conoce como auscultación.
El estetoscopio consta de una campana que está abierta o cerrada por un diafragma delgado, un tubo y las salidas para los oídos del médico. La campana abierta acumula los sonidos del área de contacto, la piel que abarca hace las veces del diafragma. La frecuencia de resonancia es aquella que permite la mejor trasmisión de los sonidos y depende, en este caso, del tipo de piel, del material de la campana y de la forma y medidas de ella. Una campana cerrada tiene una frecuencia de resonancia determinada, conocida, generalmente alta, que entona sonidos de baja frecuencia. La frecuencia de resonancia se controla presionando el estetoscopio sobre la piel.
Podría creerse que un estetoscopio es fácil de hacer; sin embargo, uno de buena calidad tiene su secreto: la campana debe ser de un material tal que permita oír nítidamente los sonidos captados; la longitud de los tubos es importante ya que su actividad dependerá de la frecuencia del sonido; el diámetro del tubo también es importante, en general se usan de 25 cm de longitud y 0.3 cm de diámetro; las piezas que se introducen en los oídos deben sellar perfectamente ya que de otra forma penetra el aire en el oído provocando mucho ruido del fondo, por último, la membrana es de un material especial que amplifica los sonidos provenientes del cuerpo.
Actualmente, el ultrasonido es una técnica que ha sido desarrollada para el diagnóstico. Esta técnica es muy simple: se produce un sonido con una frecuencia entre 1 y 5 MHz que se dirige al interior del cuerpo, esta onda, al encontrar un obstáculo, va a reflejarse en parte y la parte que penetra lo hará hasta el siguiente obstáculo. El tiempo que requieren los pulsos de sonido para ser reflejados nos da información sobre la distancia a la que se encuentran los obstáculos que producen la reflexión, que en este caso serán los órganos u otro tipo de estructuras que se encuentren en el interior del cuerpo. Es claro que cada tipo de tejido tiene propiedades acústicas diferentes, por lo que la cantidad de reflexión depende de la diferencia entre las impedancias acústicas de los dos materiales y de la orientación de la superficie con respecto al haz.
El ultrasonido puede generarse de diversas formas, sin embargo, la más usual es por medio de un cristal piezoeléctrico, es decir, un cristal que tiene la propiedad de convertir un voltaje eléctrico que se le aplica en un movimiento que produce zonas de compresión y de rarefacción, la frecuencia del sonido producido dependerá de las dimensiones y la naturaleza del cristal (véase Figura 14).
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Figura 14. Producción de ondas sonoras, (a) usando un cristal de cuarzo alimentado con corriente alterna; (b) el cristal montado en un sostén produce un haz ultrasónico, se puede producir un haz enfocado usando lentes acústicas.
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Figura 15. Uso del ultrasonido. Las ondas sonoras reflejadas por las diferentes partes del útero de una mujer preñada son distintas dependiendo del tejido con el que se encuentran.
Un dispositivo que convierte energía eléctrica en energía mecánica o viceversa se llama transductor, de modo que un generador de ultrasonido es simplemente un transductor.
El mismo transductor que produce los pulsos sirve como detector. Ahora el cristal recibe un sonido y lo que hace es generar un voltaje (lo inverso de lo que ocurre en la produción de ultrasonido), las señales se amplifican y se muestran en un osciloscopio (instrumento que nos sirve para mostrarnos la variación del voltaje en el tiempo).
El ultrasonido es una herramienta útil para diagnosticar diversas enfermedades de los ojos, para observar el estado de los fetos, en la detección de tumores cerebrales (ecoencefalografía) y en otras partes del cuerpo, etcétera (véase Figura 15).
Cuando pasan ondas ultrasónicas a través del cuerpo se producen varios efectos tanto físicos como químicos que pueden tener consecuencias fisiológicas, la magnitud de estas consecuencias depende de la frecuencia y amplitud de la onda. A niveles de intensidad muy bajos usados para el diagnóstico (0.01 W/cmñ potencia promedio y 20 W/cmñ potencia pico), estas consecuencias no son observables. Cuando aumentamos la potencia, el ultrasonido se convierte en una herramienta útil en la terapia: se usa para calentamientos profundos con una potencia del orden de 1 W/cmñ y como un agente destructor de la piel cuando la intensidad es del orden de 10ñ W/cmñ.
El aumento en la temperatura es muy importante en terapia. Cuando se produce en los músculos profundos causando apenas un leve incremento a nivel superficial, esta técnica es conocida como diatermia y también se puede lograr usando microondas. Se usa principalmente en enfermedades óseas para remover depósitos de calcio o ayudar en dolores reumáticos, o bien en la rigidez de coyunturas.
El estudio especializado de las ondas sonoras se llama acústica, abarca frecuencias que van desde pocos Hz hasta10ññ (1 000 000 000 000) Hz; audiología es el estudio del funcionamiento del oído y todo lo referente al mecanismo de la audición.
El oído es el órgano que convierte a las ondas sonoras en pulsos nerviosos. Para su estudio se divide en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno, que se muestran en la figura 16.
El oído externo está constituido por el pabellón y el canal auditivo. La forma del pabellón sirve para recibir las ondas sonoras y ayuda en la localización de la fuente sonora. Desde el pabellón, el sonido viaja por el canal auditivo, que es un pasaje cilíndrico que actúa como resonador acústico con una frecuencia de resonancia entre los 3 200 y 4 000 Hz, este canal ayuda a conservar la temperatura y la humedad del tímpano.
El oído medio consta del tímpano, que es una membrana con forma cónica, y de una cadena de huesecillos, la cual consiste en tres huesos pequeñitos: martillo, yunque y estribo, que conectan el tímpano con el oído interno. La trompa de Eustaquio conecta la cavidad del oído medio a la atmósfera por la parte alta de la garganta, esto iguala la presión del oído medio con la presión externa. La función primordial del oído medio es acoplar eficientemente las ondas de presión en el aire con el líquido que llena el oído interno, llamado perilinfa. La onda de sonido llega al tímpano y éste comienza a vibrar, pasando la vibración al martillo, de éste al yunque y finalmente al estribo que la comunica a la perilinfa a través de la ventana oval.
Los receptores biológicos de la audición y del equilibrio se encuentran en el oído interno, en una cavidad llamada laberinto. El oído interno se compone de tres canales semicirculares, el vestíbulo, la cóclea y aproximadamente 30 000 fibras nerviosas que conforman el nervio auditivo. Dentro de la cóclea se encuentra el órgano de Corti. Células en forma de fibras convierten las vibraciones de las ondas sonoras que golpean el tímpano en pulsos nerviosos que viajan al cerebro llevando la información de estas ondas sonoras.
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Figura 16. Diagrama que muestra los diferentes componentes del oído humano.El oído no es sensible de igual manera a todos los sonidos, su mayor sensibilidad está en la región de 2 a 5 KHz, además, la sensibilidad cambia con la edad: a medida que se envejece decrece la frecuencia más alta que puede oírse y para escuchar un sonido la intensidad debe aumentar. Esta pérdida de la audición en general no es impedimento para la mayor parte de las actividades que desempeña un individuo, sin embargo, puede llegar a ser un problema muy fuerte si la pérdida del oído es grande. Afortunadamente en la actualidad existen innumerables aparatos electrónicos que ayudan a recuperar, al menos en parte, la audición.
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