VII. LA VERDAD CIENT�FICA. (2)

A PRIMERA vista, la palabra "verdad" se antoja de significado sencillo y hasta obvio. El Diccionario de la Real Academia la define como "Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas se forma la mente. 2. Conformidad de lo que se dice con lo que se piensa o siente..." Se trata entonces de una forma de relaci�n entre dos t�rminos, que cuando coinciden se califica de "verdadera" y cuando no lo hacen se conoce como "falsa". Adem�s, uno de los dos t�rminos es objetivo ("las cosas" o "lo que se dice") y el otro es subjetivo y est� relacionado con el pensamiento y/o las emociones. De acuerdo con la definici�n ling��stica de la palabra "verdad", la definici�n filos�fica del concepto de "verdad" generalmente aceptada hoy es la propuesta por Alfred Tarski en 1933 con el nombre de "concepto sem�ntico de la verdad", pero que hoy se conoce como la teor�a de "la correspondencia con los hechos" de la verdad. La teor�a de Tarski puede resumirse como sigue: "La proposici�n 'el cisne es blanco', es verdadera s�lo si, en realidad, el cisne es blanco." En otras palabras, la propiedad designada como "verdad" es la medida en que las proposiciones corresponden a la realidad a la que se refieren. Nada m�s, pero tambi�n nada menos.

En vista de lo anterior, parecer�a aceptable que la polaridad "verdadero- falso" s�lo es relevante a las proposiciones cuyo contenido forma parte de la naturaleza, de la realidad emp�ricamente verificable. Es leg�timo discutir si la frase "el abuso del alcohol produce da�o hep�tico" es verdadera o falsa, ya que se refiere a fen�menos reales y objetivos que pueden detectarse, analizarse y hasta medirse por todos los interesados en determinar si es cierta o no; en cambio, la frase "el alcoholismo es �ticamente reprobable", con lo que casi todos estar�amos de acuerdo, no posee las propiedades necesarias para ser calificada como verdadera o falsa porque su contenido no se encuentra en la naturaleza, no forma parte del mundo exterior y de la realidad objetiva. Lo mismo ocurre con proposiciones como "Garc�a M�rquez es el Cervantes del siglo XX", o "la democracia es la base de la sociedad mexicana"; discutir si tales frases son verdaderas o falsas implica una violaci�n inaceptable de los conceptos ling��stico y filos�fico de la idea de "verdad". Es obvio que esta violaci�n se comete entre nosotros con tal frecuencia que ya parece costumbre, pero sigue siendo una violaci�n. El punto que me interesa subrayar es que de todo lo que los seres humanos nos decimos unos a otros cada d�a, s�lo una peque�a fracci�n cae dentro de la jurisdicci�n de la polaridad verdadero-falso; el resto puede ser inspirado, pat�tico, torpe, emotivo, optimista, profundo, inquisitivo y hasta fant�stico, pero no tiene (ni puede tener) relaci�n alguna con la verdad.

Los p�rrafos anteriores pudieran haber irritado a m�s de un amable lector de estas l�neas. Una protesta posible ser�a: "�C�mo se atreve este tipo a restringir el concepto de verdad a la correspondencia de lo que decimos con los hechos a los que nos referimos? El concepto de verdad es mucho m�s amplio y generoso que eso; debe tratarse de un anarquista o quiz� hasta de un comunista, pero en cualquier caso, de un ateo irredento..." Otra protesta ser�a: "La verdad de una proposici�n no es una propiedad absoluta sino relativa; depende del grado en que incorpore a la verdad universal, caracterizada por..." Y aqu� puede continuar de distintas maneras, desde citando a los evangelistas hasta mencionando la lucha de clases. Pero a pesar de tales protestas, creo que se gana mucho en claridad conceptual cuando se acepta que lo verdadero es solamente aquella fracci�n de lo que decimos que corresponde a la realidad y que el contenido de verdad de una proposici�n es precisamente el grado en que coincide con los hechos.

La resistencia a aceptar este concepto restringido de verdad proviene de las �reas del pensamiento humano que excluye, que son todas aquellas cuyo contenido no tiene contacto con la realidad de la naturaleza, como la filosof�a, la religi�n, la demagogia y ciertos tipos de literatura fant�stica y de poes�a. Seg�n algunos fil�sofos, su disciplina ocupa un sitio intermedio entre la ciencia y la religi�n: la filosof�a se refiere a cuestiones sobre las que no ha sido posible obtener conocimientos definitivos, como ocurre en la religi�n, pero se apoya en la raz�n en lugar de la autoridad, como lo hace la ciencia. La demagogia se opone fieramente al concepto de verdad como correspondencia con la realidad porque la ataca en su misma esencia, que es precisamente la deformaci�n y sustituci�n de la realidad por un modelo mucho m�s simple y totalmente falso de ella. La literatura fant�stica y la poes�a frecuentemente rechazan el concepto restringido de verdad por razones existenciales; si lo aceptaran, estar�an firmando su sentencia de muerte.

En mi opini�n, la idea de la verdad como el sumum bonum del pensamiento humano es consecuencia de una visi�n parcial de nuestras potencialidades. Mientras escribo estas l�neas escucho el Tr�o en la menor, opus 50, de Tchaikovsky ("A la memoria de un gran artista"); al final del tercer movimiento surge por �ltima vez el tema central de la obra, ahora con un contenido conmovedoramente tr�gico; en ese momento dejo de escribir y concentro toda mi atenci�n en la m�sica. La experiencia y la emoci�n est�ticas son intensas e indescriptibles, y yo las he disfrutado (una vez m�s) plenamente. En este breve episodio personal no ha participado para nada el concepto de verdad; si alguien me hubiera preguntado si mi emoci�n era verdadera o falsa, mi respuesta hubiera sido agitar negativamente la cabeza y encogerme de hombros, indicando no s�lo la irrelevancia de la pregunta sino la inutilidad de la respuesta. Lo que quiero decir es que la polaridad verdadero- falso no consume la totalidad de las vivencias humanas y que afortunadamente existen muchas otras aperturas para canalizar la enorme riqueza de la existencia del H. sapiens.

De todos modos, si aceptamos que el concepto de verdad se refiere a la correspondencia de nuestras proposiciones con el mundo real, estamos obligados a aceptar tambi�n que entre todas nuestras actividades, la ciencia es la que deber�a utilizar tal concepto en primer lugar y en su m�xima expresi�n. Si no fuera por algunas frases estelares de la humanidad, yo dir�a que el calificativo de "verdadero" s�lo deber�a aplicarse a las proposiciones que describen o refieren con fidelidad fen�menos naturales espec�ficos. Y como �ste es el oficio espec�fico de la ciencia, mi conclusi�n es que la polaridad verdadero-falso s�lo puede aplicarse al conocimiento cient�fico.

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