XLIII. �POR QU� ES TAN COMPLICADA LA VIDA?

EL TITULO de estas l�neas se refiere a una caracter�stica de los seres vivos que los distingue claramente de la materia inanimada; de hecho, la distinci�n es tan precisa que en la inmensa mayor�a de los casos (o sea, en todo el Universo) puede considerarse como cualitativa, aunque en �ltima instancia s�lo se trata de una diferencia cuantitativa. Esta propiedad de los seres vivos es su complejidad. Sin embargo, como algunos estudiantes de secundaria (los menos inteligentes) podr�an considerar al sistema planetario o a la tabla peri�dica de los elementos at�micos como complejos, conviene referirse a la propiedad mencionada como un elevado nivel de complejidad; por eso digo que, en realidad, la diferencia se�alada entre la materia viva y la inanimada es cuantitativa.

El hecho de que todos los seres vivos, desde el orgulloso H. sapiens hasta el insecto m�s humilde o la planta m�s modesta, sean much�simo m�s complejos que la piedra m�s dura o el agua del mar m�s tempestuoso, puede explicar varios aspectos aparentemente inconexos del estado actual de las ciencias. En primer lugar, las llamadas "ciencias exactas", como la f�sica y la astronom�a, est�n mucho m�s desarrolladas que las ciencias biol�gicas (en aras de la simetr�a, a estas �ltimas se antoja denominarlas "ciencias inexactas", pero la verdad es que no hay tales ciencias exactas; todas son m�s o menos aproximadas o inexactas). La raz�n de su mayor desarrollo actual no es que la f�sica y la astronom�a hayan iniciado sus trabajos antes que las ciencias biol�gicas y por eso les lleven ventaja; Galileo, el iniciador de la mec�nica y la astronom�a modernas, y Harvey, el padre de la biolog�a experimental, fueron contempor�neos durante la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. La raz�n del mayor adelanto actual de las ciencias que estudian la materia inanimada sobre las que se ocupan de los seres vivos es que las primeras se enfrentan a fen�menos esencialmente simples, sobre todo cuando se comparan con los que examinan las segundas, que entonces aparecen como infinitamente complejos. Si los meros mortales desmayamos frente a la mec�nica cu�ntica, �cu�l podr� ser nuestra reacci�n ante la incre�ble urdidumbre de un citoesqueleto, o al contemplar el milagro de una mitosis celular? No se trata de otorgar un premio al investigador que trabaje en el campo m�s dif�cil, sino simplemente de reconocer un hecho real y objetivo: el mundo inanimado es mucho m�s sencillo y f�cil de explorar que el mundo vivo.

Otra diferencia significativa entre los fen�menos estudiados por f�sicos y astr�nomos, por un lado, y por bi�logos, por el otro, es la total independencia hist�rica de los primeros. En efecto, el hecho de que el �tomo de carbono tenga cuatro valencias no depende del transcurso del tiempo: as� ha sido siempre y as� seguir� siendo, hasta el fin de todos los tiempos. En cambio, los hechos biol�gicos incluyen a la duraci�n entre sus dimensiones esenciales, al grado que es imposible entenderlos al margen de la temporalidad. Desde antes de Darwin, pero especialmente a partir de la publicaci�n de sus varios estudios y de la aceptaci�n progresiva de la teor�a de la evoluci�n (en cualquiera de sus variantes, pasadas o presentes), se acepta que el tiempo es un factor determinante no s�lo de la forma general adoptada por la materia viva sino tambi�n de la mayor�a de sus expresiones individuales. Desde luego, otro factor decisivo en tal determinaci�n es la naturaleza del nicho ecol�gico en donde se desarrollan y expresan las distintas poblaciones sujetas al juicio implacable de la selecci�n natural. En cambio, la materia inanimada es, por necesidad y por definici�n, totalmente impermeable a los fen�menos temporales: por ejemplo, la gravitaci�n universal ha sido, es, y seguir� siendo siempre la misma, per secula seculorum.

En lugar de multiplicar los ejemplos, aceptemos que una de las diferencias m�s importantes entre el mundo inerte y el vivo es el mucho mayor grado de complejidad de este �ltimo. Al margen de definiciones m�s precisas de este concepto, vale la pena explorar (aunque s�lo sea preliminarmente) la raz�n o razones de que las cosas sean as� y no de otro modo. La respuesta profesional a la pregunta que nos sirvi� de t�tulo, �por qu� es tan compleja la vida?, es mucho m�s elaborada, pero puede simplificarse sin concesiones como sigue: la vida es compleja porque su existencia es una excepci�n a las reglas que prevalecen en el universo inerte. Una peque�ita y casi invisible hoja de pasto, y el humilde insecto que la par�sita, son estructuras termodin�micamente casi imposibles. Para enfrentarse con �xito (temporal) a la entrop�a, requieren una enorme inversi�n de energ�a, toda la necesaria para transformar un evento improbable en una realidad continua. Esto significa que la mayor parte de la estructura y de las funciones de los seres vivos son la inversi�n necesaria para existir, para simple y llanamente alcanzar y sostener esa situaci�n �nica y privilegiada de la materia que representa la vida. La complejidad de la maquinaria permite ejercer una serie enorme de controles en la adquisici�n, la transformaci�n y el uso que se le da a la energ�a obtenida, en �ltima instancia, del Sol. Los l�mites dentro de los cuales existen y funcionan los seres vivos est�n determinados por el programa contenido en su material gen�tico y emergen c�mo consecuencia de la interacci�n con el medio ambiente. Pero si no alcanzan un nivel cr�tico de complejidad estructural y funcional no son capaces de combatir a la entrop�a lo suficiente para poder surgir a la vida.

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