VII. LAS PLANTAS QUE UTILIZAMOS

LAS plantas que son cultivadas o explotadas por el hombre constituyen un n�mero muy peque�o de especies en comparaci�n con las que existen en las comunidades naturales del mundo y su utilizaci�n disminuye a�n m�s cada d�a, pues se va perdiendo el conocimiento tradicional acerca del uso de muchas plantas, en tanto que la progresiva industrializaci�n de la agricultura y la forester�a y el desarrollo de la farmacolog�a hace que cada vez se vayan obteniendo mayor cantidad de productos a partir de un menor n�mero de especies, y se disminuye la necesidad de explotar otras plantas diferentes a las ya muy bien conocidas.

Queda en la Tierra un n�mero vast�simo de especies de plantas cuya utilidad potencial jam�s ha sido seriamente explorada y quiz� muchas de esas plantas lleguen a extinguirse antes de que eso ocurra; por eso es tan importante inventariar y conocer pronto toda la flora de los pa�ses que sufren destrucciones aceleradas de su vegetaci�n.

A grandes rasgos, podemos dividir las plantas �tiles al hombre en ocho grupos principales, de acuerdo con su importancia para diferentes ramas de la actividad humana. Estos grupos son: plantas alimenticias b�sicas, plantas para la industria alimentaria, plantas alimenticias secundarias, plantas forrajeras, plantas que son o producen materias primas para la industria no alimentaria, plantas de uso artesanal, plantas de ornato y de valor urban�stico, plantas medicinales y plantas de utilidad indirecta. Tambi�n es posible dividir a las plantas �tiles en dos grupos: plantas que se cultivan y plantas que crecen espont�neamente, sin la intervenci�n consciente del hombre; sin embargo, es preferible hacer esta distinci�n al hablar de cada grupo en particular.

Plantas alimenticias

Las plantas esenciales para la alimentaci�n humana se caracterizan por ser casi siempre herb�ceas, de corta vida, productoras de semillas o alg�n otro �rgano de perennaci�n como rizomas o tub�rculos, ricos en sustancias de reserva para la planta. La mayor�a de las veces la semilla es la parte utilizada. En muy pocos casos es el fruto. Casi siempre estas plantas se cultivan, aunque ciertos grupos humanos muy primitivos, de lo m�s profundo de algunas selvas del mundo, a�n utilizan plantas silvestres en su alimentaci�n b�sica; sin embargo, estos grupos son cada vez menos y forman, por su n�mero, una parte insignificante de la poblaci�n humana.

Las plantas que producen alimentos b�sicos pertenecen a unas pocas familias vegetales de las que destacan principalmente dos: las gram�neas y las leguminosas. Las gram�neas, cuya apariencia caracter�stica es la de un zacate, producen un tipo especial de semilla llamado "grano" que es rico principalmente en carbohidratos pero tambi�n suele contener algo de aceite y prote�nas. Su funci�n primordial para el organismo es proporcionar calor�as, o sea, energ�a. En cada regi�n del mundo se han originado una o varias gram�neas �tiles que formaron el "pan" local: ma�z, trigo, arroz, mijo, centeno, cebada, avena, etc. Actualmente los cultivos de estas plantas se encuentran en casi todas partes del mundo y no s�lo en las �reas en que se originaron.

Las leguminosas, gracias a su capacidad para captar el nitr�geno molecular gaseoso, producen semillas con una gran cantidad de prote�nas, que son los compuestos estructurales de las c�lulas vivas. Casi en cada regi�n del mundo existe alguna leguminosa de importancia b�sica en la dieta: frijol, haba, cacahuate, soya, lenteja, alubia, ch�charo, garbanzo, etc. Las leguminosas no son tan significativas en pa�ses pr�speros donde abundan la carne y los productos l�cteos o en aquellas regiones del mundo pobladas por pescadores y cazadores o por pastores que tienen a su disposici�n abundante prote�na animal, aunque en realidad estos grupos forman una parte peque�a de la poblaci�n mundial y la gran mayor�a de los seres humanos depende de alguna o varias leguminosas como fuente importante de prote�nas. En nuestro pa�s es el frijol la leguminosa primordial.

Los tallos y tub�rculos subterr�neos ricos en almid�n, son b�sicos para muchos pueblos del tr�pico, entre otros se encuentran: la yuca, la papa, el camote, el boniato, etc. La papa se ha extendido a todo el mundo y se consume en grandes cantidades, principalmente en pa�ses de Europa en donde compite con el trigo como alimento b�sico, aunque su cultivo se origin� en Sudam�rica.

El �nico fruto de importancia b�sica es el pl�tano en ciertas partes de Asia y el Caribe, y quiz� el "�rbol del pan" en islas del Oc�ano �ndico, cuyo fruto comestible es rico en almid�n.

Estos productos forman el alimento cotidiano m�s voluminoso, del que provienen la mayor parte de los nutrimentos que sostienen la vida. En algunas zonas privilegiadas del mundo y en ciertas capas sociales de todos los pa�ses, el alimento de origen animal tiene una contribuci�n importante en la dieta, pero gran parte de la humanidad no tiene f�cil acceso a este recurso por su alto costo.

Plantas para la industria alimentaria

Actualmente muchos de los cultivos enlistados entre las plantas alimenticias b�sicas, as� como muchas plantas alimenticias complementarias, sufren un proceso industrial que ha diversificado la cantidad de productos disponibles a partir de estas plantas y ha aumentado su importancia econ�mica. Posiblemente el ejemplo m�s notable es el ma�z, pues de �l se obtienen infinidad de ingredientes que se emplean en otras ramas de la industria de los alimentos y que le han restado importancia a otros cultivos; por ejemplo, muchos pa�ses ricos importan cada vez menos az�car de ca�a porque ahora se obtienen mieles de ma�z que se usan mucho en la fabricaci�n de dulces y reposter�a industrial. Del ma�z tambi�n se obtiene aceite, almidones, alcohol, celulosa y muchas otras cosas.

Aparte de los cultivos anteriores, podemos mencionar aqu� muchas otras plantas cuyos productos deben seguir un proceso industrial para llegar al nivel de consumo; tal es el caso de la ca�a de az�car y la remolacha para producir az�car, melazas, alcohol, etc.; todas las oleaginosas, de las que se obtienen aceites; la soya, de la que se derivan aceites, leche artificial y alimentos procesados ricos en prote�nas. Muchas otras plantas sufren complicados procesos industriales antes de ser �tiles.

Plantas alimenticias complementarias

Este grupo comprende un n�mero considerable de especies de muy diferentes familias, que son utilizadas como alimento complementario, principalmente en la estaci�n del a�o en que se producen. Incluyen plantas herb�ceas que se comen crudas o cocidas, ya sea el follaje verde, los tallos o las ra�ces, es decir, las llamadas com�nmente "verduras". Tambi�n hay entre ellas muchos rizomas, bulbos, frutos, semillas y germinados de hierbas, arbustos, trepadoras y �rboles de los m�s variados or�genes que generalmente se cultivan pero que tambi�n pueden provenir de poblaciones silvestres.

Estas plantas refuerzan la alimentaci�n con peque�as cantidades de sustancias b�sicas como carbohidratos, grasas y prote�nas y contribuyen en forma muy importante a mejorar la dieta, proporcionando vitaminas y minerales indispensables, as� como fibras que mejoran la digesti�n de los alimentos. Algunas tienen s�lo efectos estimulantes como el caf�, el t� y otras, pero carecen de valor alimentario.

Dos criterios muy importantes en la elecci�n de estas plantas como alimento, han sido el que tengan sabor agradable y que carezcan de cualquier tipo de efecto t�xico. Existen muchas plantas silvestres que pueden proporcionar frutas y verduras si son estudiadas y mejoradas para el cultivo. En la figura 30 hemos representado los diferentes grupos de plantas alimenticias.

 

Figura 30. Aqu� hemos representado los tres grandes grupos de vegetales que sirven de alimento al hombre. En la base se encuentran los alimentos b�sicos primordiales: gram�neas, tub�rculos y leguminosas. Despu�s encontramos los alimentos complementarios: frutas, verduras y bebidas y por �ltimo los alimentos que sufren un procesamiento industrial considerable para ser utilizados, los cuales deben consumirse en peque�as cantidades.


Plantas forrajeras

Los animales dom�sticos y el ganado se alimentan tambi�n de muy diversas plantas; sin embargo, las familias m�s utilizadas son tambi�n gram�neas y leguminosas que crecen silvestres o se cultivan. Actualmente las praderas para ganado cultivadas adquieren cada vez m�s relevancia, en comparaci�n con las praderas naturales, en el sostenimiento de poblaciones ganaderas. Tambi�n algunos granos cultivados como el sorgo y el ma�z tienen importancia b�sica en la alimentaci�n animal, principalmente en los pa�ses m�s adelantados, y a veces son complementados con harina de pescado y otros productos de origen animal.

Las praderas naturales y las sabanas proveen de una gran superficie para el desarrollo de hatos de ganado. Ahora son a�n m�s extensas las praderas inducidas en muchos pa�ses pobres o mal administrados. Desgraciadamente, las praderas artificiales cubren grandes extensiones de terreno que podr�an tener un mejor uso en la producci�n de alimentos b�sicos o en la industria forestal, ya que su productividad real suele ser baja.

Plantas productoras de materias primas

Las especies que producen materias primas para las industrias maderera, de los derivados de la madera, del papel, de la celulosa, del caucho, de las resinas y solventes, etc., crecen tanto en comunidades silvestres como en cultivos. Actualmente existe la tendencia a cultivar estas plantas y a depender, en la industria, de un menor n�mero de especies bien conocidas. Los bosques artificiales cubren cada vez mayores superficies en el mundo.

En las regiones templadas y fr�as se cultivan bosques artificiales de con�feras (pinos, abetos, etc.) con frecuencia formados por una sola especie de �rbol, que se cosecha despu�s de algunos a�os de crecimiento para producir cosas como pasta para papel, chapa de madera, conglomerados, resinas, etc. En el tr�pico se utilizan especies diferentes, como algunos pinos, eucaliptos y varias otras, cuya forma de cosecha y uso es similar. Hay una fuerte tendencia a favorecer los bosques artificiales pobres en especies sobre los bosques naturales ricos y diversos ya que estos �ltimos, sobre todo en los tr�picos, se explotan sin darles oportunidad de regenerarse, por lo que su superficie disminuye d�a a d�a.

Plantas de uso artesanal

Estas plantas generalmente se explotan en poblaciones naturales y se utilizan para la fabricaci�n de objetos a un nivel dom�stico o artesanal. Su uso se ha ido perdiendo por dos razones principales: la sustituci�n de los objetos artesanales por objetos industriales y la sobreexplotaci�n de las materias primas silvestres. Cuando las artesan�as se popularizan demasiado se da lugar a la sustituci�n de las materias primas originales por otras m�s abundantes y baratas, pero sin el valor que tiene lo tradicional.

Tambi�n aqu� se observa un empobrecimiento de la tradici�n y el uso gradual de un menor n�mero de especies.

Plantas de ornato y de valor urban�stico

Se tiene la tendencia a depender cada vez m�s de plantas de ornato muy manipuladas gen�ticamente, bien conocidas y casi exageradamente vistosas, pertenecientes a unas cuantas especies, que se cultivan en todo el mundo con prop�sitos decorativos. Basta recorrer cualquier expendio de plantas de ornato para darnos cuenta de que son pocas las especies utilizadas y que muchas de ellas son plantas ex�ticas. Se est� haciendo muy poco para incrementar el n�mero de plantas de ornato a partir de la flora local de cada regi�n, a pesar de que en muchos sitios la potencialidad es enorme.

Para reforestar las ciudades, los parques y las avenidas se utilizan pocas especies de �rboles muy tolerantes a las condiciones urbanas, cuyo crecimiento r�pido est� m�s o menos garantizado, pues se conocen bien sus requerimientos. Con frecuencia estos �rboles proceden de otras regiones del mundo distintas a aquellas en donde se encuentran las ciudades en que se utilizan. Estas plantas tienen las mismas posibilidades que las mencionadas para las de ornato.

Plantas medicinales

Cada d�a se emplean menos plantas medicinales en el mundo. El extraordinario desarrollo de los procesos qu�micos de s�ntesis, que permiten reproducir o crear casi cualquier tipo de mol�cula org�nica a nivel industrial, hacen muy improbable que las plantas recobren la importancia que antes ten�an en la industria farmac�utica.

La costumbre de usar plantas medicinales se va perdiendo en todas partes, como consecuencia del desarrollo de nuevas y mejores medicinas sint�ticas; sin embargo, las plantas silvestres encierran a�n infinidad de compuestos qu�micos desconocidos que podr�an llegar a tener gran valor terap�utico y medicinal. Vale la pena aumentar nuestro conocimiento acerca de ellos, aunque despu�s sea posible sintetizarlos en el laboratorio.

Ya se tiene un conocimiento muy profundo acerca de la anatom�a, la fisiolog�a y la ecolog�a de las plantas, aunque cada vez disminuya m�s la diversidad de especies que utilizamos como consecuencia de la industrializaci�n y el desarrollo econ�mico. Quedan a�n por explorar las potencialidades de todo tipo de un inmenso n�mero de especies silvestres. Las tendencias de la econom�a moderna han restado importancia a esta b�squeda, pero todos esperamos que muy pronto esta tendencia cambie y volvamos a darles a las plantas la importancia fundamental que tienen como sost�n de la vida del planeta y procedamos a estudiarlas, conocerlas y protegerlas en toda su diversidad y complejidad.

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