VI. ANIMALES MARINOS CARN�VOROS O DEPREDADORES

LOS organismos que persiguen activamente y atrapan a sus presas, generalmente tambi�n m�viles, para despu�s engullirlas enteras o despedazarlas para comer sus fragmentos, reciben el nombre de depredadores, carn�voros o macr�fagos.

En la comunidad marina existen animales especializados en filtrar continuamente el agua para devorar el plancton y que sirven, a su vez, de presa de los depredadores. Comer y ser comido en las verdes praderas del mar ha exigido una continua selecci�n en favor de los mejor adaptados para defenderse y escapar de los depredadores, lo que a su vez exigi� de �stos el perfeccionamiento de los m�todos de detecci�n y captura de las presas.

Los animales depredadores son aquellos de r�gimen carn�voro y capaces de perseguir a sus presas para capturarlas, por lo que tienen que desarrollar una serie de adaptaciones que les permitan hacerlo, como: la condici�n de buenos nadadores, la existencia de �rganos visuales y olfativos bien estructurados, el desarrollo de denticiones apropiadas y de bocas especiales.

En un ser marino, el car�cter de depredador va unido casi siempre a la posesi�n de tallas grandes, macrosc�picas tanto en �l como en la presa perseguida, aunque se presentan muchos casos, en los que el tama�o tanto del depredador como de la presa es peque�o, pudiendo considerarse dentro de este grupo a organismos del plancton que se alimentan de otros formadores del mismo plancton, utilizando la persecuci�n activa de la presa.

Tambi�n se toma en cuenta que pueden existir depredadores que lleven vida s�sil, por lo que tienen que elaborar m�todos especiales para la captura de sus presas como por ejemplo los organismos que viven fijos del grupo de los cnidaria o celenterados, poseen c�lulas urticantes, peque�os �rganos muy complicados utilizados para la captura de las presas, los que presentan diversas modalidades seg�n la forma como act�an: enlazantes, adhesivos y punzantes.

Las c�lulas enlazantes emiten filamentos que sujetan a la presa; las adhesivas y las punzantes disparan p�as que se clavan en la presa inyectando en ella un t�xico paralizante. De este modo, p�lipos diminutos pueden dominar organismos de su mismo tama�o.

Los depredadores s�siles de los cnidaria se reducen fundamentalmente a unas pocas especies que presentan la forma p�lipo, cuyas c�lulas urticantes arponean a sus peque�as presas caus�ndoles la muerte por envenenamiento. Entre ellos se encuentran las "an�monas", cuya vistosa ornamentaci�n y apariencia de organismos vegetales enmascara su aut�ntica dimensi�n de animales depredadores en postura de acecho.

Las an�monas se alimentan de peque�os peces, aunque no desde�an presas mayores como sucedi� en el acuario Niagara Falls en Nueva York, en donde un tibur�n leopardo de 75 cent�metros de longitud roz� el tent�culo de una an�mona, que inmediatamente descarg� sus t�xicas bacterias contra �l. Otros tent�culos entraron en acci�n, y poco despu�s el tibur�n colgaba inm�vil de la an�mona, que sin m�s empez� a engullirlo. A pesar de no tener m�s de 20 cent�metros de di�metro, la an�mona se trag� en seguida la cabeza del tibur�n para digerirla con sus poderosos jugos, quedando el resto del pez fuera, para despu�s ingerir m�s y m�s la presa dentro de su cuerpo en forma de saco dilatado al m�ximo.


Figura 13. An�mona, celenterado carn�voro.

Un tipo de an�mona, la Cerea, posee hasta 200 mort�feros tent�culos en torno a la boca, que de noche proyecta sin cesar y como es incapaz de perseguir a sus presas, s�lo puede atrapar incautos. En general las an�monas, a pesar de su apariencia inm�vil, excepci�n hecha de los tent�culos, pueden reptar sobre su disco basal carnoso en busca de los lugares m�s favorables para realizar las capturas de alimento.

La forma libre nadadora de �stos cnidaria es la medusa, y resulta la m�s peligrosa "la avispa de mar", caracter�stica de los mares c�lidos, que posee el t�xico m�s potente de todos los celenterados, capaz de matar a un hombre.

Otros cnidaria presentan formas coloniales que flotan libremente como es el caso del g�nero Physalia, llamada com�nmente "fragata portuguesa", que figura entre los seres m�s fascinantes y conocidos de la fauna marina. Aunque su aspecto es de medusa son en realidad colonias libres, integradas por cientos de individuos unidos entre s� y distribuidos en grupos con diferente funci�n. Bajo el llamativo flotador de la colonia est�n los p�lipos encargados de la caza y nutrici�n de la comunidad, conocidos como gastrozoides y que tienen, a manera de serpientes, unos mort�feros tent�culo provistos de millares de filamentos urticantes, cuyas toxinas son casi tan activas como las de la cobra; llegan a medir hasta 20 metros de longitud y cuelgan alarg�ndose en direcci�n al fondo del mar en espera de presas adecuadas.

Basta que un pez haga contacto con un tent�culo para que �ste dispare inmediatamente infinidad de dardos paralizantes, luego los tent�culos cazadores elevan la presa paralizada hasta el nivel de los p�lipos comedores, que la digieren con sus fermentos. El alimento digerido se distribuye despu�s entre todos los miembros de la colonia.

Otro grupo de invertebrados, los nemertinos son enteramente carn�voros; se alimentan primariamente de an�lidos aunque comen tambi�n otros invertebrados peque�os, vivos o muertos, como moluscos y crust�ceos. Capturan a su presa por la proboscis o trompa que lanzan fuera de su cuerpo, que a veces es dos veces m�s larga que �l y que puede estar armada con dientes o ganchos, y la degluten entera, pas�ndola r�pidamente a la boca y de ah� al intestino, donde la digieren.

Estudios experimentales en nemertinos han demostrado que la inanici�n produce gran disminuci�n de tama�o y regresi�n estructural a un estado parecido al de larva.

Los crust�ceos utilizan una gama muy amplia de dietas y mecanismos para la captura de su alimento. Muchos de ellos son carn�voros, modific�ndose la parte anterior del tronco o los ap�ndices tor�cicos para atrapar a sus presas, y las maxilas y mand�bulas funcionan para sostenerlas, morderlas y macerarlas.

Esta alimentaci�n de tipo rapaz est� m�s desarrollada en los grandes crust�ceos como los cangrejos, y con frecuencia algunos ap�ndices han experimentado modificaciones para atrapar o aplastar al organismo capturado.

Entre los crust�ceos, la mayor�a de los dec�podos son rapaces o comedores de carro�a, los cuales inmovilizan a sus presas con las pinzas o quelas pas�ndolas posteriormente a los maxil�pedos, que las empujan entre las dem�s partes de la boca. Mientras una parte es mordida por la mand�bula el resto es arrancado por las maxilas y los maxil�pedos. La pieza arrancada es llevada luego hacia la faringe y al intestino y nuevamente el animal toma otro mordisco.

El cangrejo ermita�o, cuyo abdomen es blando y desprovisto de caparaz�n, constituye un apetitoso bocado para gran n�mero de depredadores que se encuentran en las costas.

Los moluscos presentan todos los tipos de h�bitos alimenticios de los carn�voros mayores, los gaster�podos habitantes del fondo del mar, se alimentan de moluscos m�s peque�os como bivalvos, de otros gaster�podos y de equinodermos. Algunas especies asfixian a sus v�ctimas con el pie. Los buccinios como los g�neros Murex y Busycon, pueden atrapar al bivalvo con el pie y separar las dos valvas tirando de ellas o formando una cu�a con el borde de la concha.

Unos de los animales carn�voros m�s notables son los del g�nero Conus, que se alimentan, ante todo, de gusanos poliquetos, de otros moluscos y de peces, a los que capturan inyect�ndoles veneno con los dientes de su r�dula. �sta se compone de muchas filas de dientecitos contiguos que adquieren la forma de peque�os arpones huecos y son capaces de lanzarlos repentinamente hacia afuera para clavarlos en la presa, que de este modo recibe la inyecci�n de su veneno que la paraliza o mata.

Los moluscos nudibranquios son carn�voros, ya que se alimentan de animales s�siles, tales como hidrozoarios y an�monas; su rasgo m�s notable es que utilizan los nematocistos o c�lulas urticantes de su presa para defenderse de sus enemigos, es decir integran estas c�lulas en sus sacos dorsales y las mantienen listas para ser descargadas por el molusco.

Entre los equinodermos, "las estrellas de mar" son las m�s carn�voras: se alimentan de caracoles, bivalvos, crust�ceos, poliquetos e incluso peces y consumen tambi�n los cuerpos de animales muertos que hallan en las profundidades marinas.


Figura 14. Conus, molusco venenoso.

 

Las estrellas se encuentran casi inm�viles en los fondos, de pronto, se ponen en movimiento y uno de sus brazos lo dirigen hacia adelante para localizar a su presa, por ejemplo una almeja, mientras los otros cuatro empujan desde atr�s, alcanz�ndola, la estrella llega hasta su v�ctima la cual se apresura a cerrar las valvas, ante la presencia del enemigo, mientras el depredador sube sobre la concha y la cubre; desplegando su extra�o y silencioso ataque, adhiere fuertemente las ventosas de sus brazos a las valvas del molusco e intenta abrirlas, al mismo tiempo que �ste contrae sus m�sculos.

Este proceso no dura mucho tiempo, debido a que el bivalvo se ve obligado finalmente a entreabrir su concha para dar entrada al agua que le permite respirar, pues de otro modo se asfixiar�a. La estrella aprovecha la pasajera relajaci�n del m�sculo de cierre, e implacable, separa las dos valvas y lanza su propio est�mago en el interior del blando cuerpo del molusco, donde sus jugos digestivos se derraman, lo matan y lo digieren dentro de su misma concha.

Algunas estrellas tienen unas dietas muy estrictas, por ejemplo la Solaster s�lo come a otros equinodermos, los pepinos de mar, y la Acanthaster a los corales p�treos.

Los tipos m�s caracter�sticos de animales depredadores que viven en el mar son indudablemente, los peces, los reptiles, como las tortugas y los mam�feros, como algunos cet�ceos.

Entre los peces cartilaginosos se encuentran los t�picos depredadores: los escualos como los "tiburones", "peces martillo", "tintoreras" etc�tera: lo cl�sico en ellos son las denticiones muy desarrolladas formadas por dientes agudos y cortantes dispuestos en varias series, que constantemente se renuevan, siendo capaces de descuartizar, en breves minutos, las presas m�s voluminosas.

Existen tiburones que se alimentan casi exclusivamente de plancton; pero muchos encuentran la base de su dieta en los peces, otros en los moluscos y algunos dan caza a reptiles y mam�feros marinos. Los tiburones figuran entre los m�s poderosos depredadores del mar y sus ataques no son una ciega embestida sobre la presa, sino que antes de intentar morderla por primera vez presentan un comportamiento caracter�stico a su alrededor llamado "ronda del miedo". Como si fueran conscientes de su gran poder, toman toda una serie de precauciones antes de lanzar el ataque final, pero cuando �ste se produce, nada ni nadie es capaz de parar la tremenda embestida.


Figura 15. Mand�bula de tibur�n mostrando la dentici�n especial que poseen.

Durante un tiempo m�s o menos prolongado, los tiburones describen lentos c�rculos en torno a su presa, sin realizar un solo movimiento brusco y sin perderla de vista ni un solo instante. Con sus fr�os ojos la examina detenidamente mientras la ronda se hace cada vez m�s estrecha y aumenta el n�mero de animales hambrientos, hasta que uno de ellos, se dirige hacia el animal y roza contra �l, la rugosa piel de su lomo o sus costados. Esta maniobra tiene por objeto realizar una �ltima prueba antes de lanzar el ataque final.

No tratan de comprobar la vitalidad, la peligrosidad o la capacidad de defensa de la presa, sino de determinar si es de su agrado, si constituye un bocado apetitoso o si el sabor resulta desagradable. Para ello, los tiburones no necesitan que su boca entre en contacto con la carne del otro organismo; basta con que lo haga la piel, pues debajo de los dent�culos d�rmicos que la cubren y que le confieren un tacto de papel de lija, existen criptas gustativas capaces de detectar el sabor de cualquier objeto.

Al comprobar que la presa es comestible, se lanza hacia ella con la boca abierta clava los dientes y sacude su cuerpo para arrancar el mayor trozo de carne posible. Su acci�n desencadena el ataque de todos los dem�s tiburones, y durante unos instantes el mar sirve de escenario a una de las m�s violentas y sobrecogedoras formas de depredaci�n que puedan darse en el planeta; una avalancha de hambrientos tiburones mordiendo enloquecidamente todo lo que encuentran a su paso. En poco tiempo la presa es devorada y la calma retorna al oc�ano, que al fin recobra su habitual aspecto.

En experimentos realizados por investigadores australianos para medir la potencia de la mordedura de los tiburones, se ha comprobado que un ejemplar de 3 metros de longitud puede ejercer una presi�n de hasta 7 toneladas y media por cent�metro cuadrado, lo que explica perfectamente la limpieza y la terrible potencia de la mordedura de tan formidables depredadores marinos.

Entre los peces �seos conocidos como tele�steos de vida pel�gica, son perfectos depredadores los atunes, bonitos, alb�coras, etc�tera, devoradores de enormes cantidades de sardinas, boquerones y otros peces de menor tama�o; tambi�n lo son las peligros�simas barracudas.


Figura 16. Cachalote, mam�fero marino depredador.

Existen peces bent�nicos depredadores que se alimentan de moluscos y crust�ceos de cuerpo protegido por fuertes conchas y caparazones. Para ello la dentici�n de los peces se modifica, apareciendo series de poderosos dientes anchos y aplanados denominados "molariformes", con los que trituran con facilidad las conchas de las ostras, por lo que constituyen una verdadera plaga para los bancos los cultivos de estos moluscos.

En los peces de los abismos, el r�gimen carn�voro depredador es el �nico que puede existir, ya que la falta de luz obliga a procurar capturar el alimento con el m�ximo de seguridad. Para poder hacerlo se adaptan y forman las enormes bocas y los cuerpos muy dilatables que permiten la ingesti�n de presas mayores que el animal que las ingiere.

Tambi�n como animales depredadores se encuentran ciertos mam�feros del grupo de los cet�ceos como los cachalotes, delfines, marsopas, orcas, etc�tera que est�n provistos de enormes denticiones, exclusivamente caniniformes, y que se alimentan de peces y cefal�podos.

Los cachalotes s�lo tienen dientes en la mand�bula inferior, todos iguales, puntiagudos, formados por un marfil de calidad y su n�mero var�a entre 18 y 30 en cada lado.

La dieta principal de este gigante dentado son los pulpos y calamares gigantes, con los que, al parecer, sostiene terribles luchas, de las que dan fe las heridas y cicatrices que cubren la piel de algunos ejemplares; con cierta frecuencia el cet�ceo debe conformarse con devorar alg�n tent�culo de la presa. Sin embargo, la talla media de los pulpos y calamares consumidos es de uno a dos metros, de los que en el est�mago de grandes cachalotes se han encontrado cien.

Otro cet�ceo, la orca, es tan peligroso y voraz como un tibur�n, pero al mismo tiempo tan inteligente y h�bil como un delf�n; estas dos cualidades unidas lo convierten en uno de los m�s temibles depredadores.

Con frecuencia este animal utiliza varios trucos a fin de conseguir su alimento; sus m�s constantes presas son los peces aunque tambi�n devora focas, ping�inos, morsas e incluso toninas; se ha llegado a encontrar en el est�mago de una orca restos de 13 toninas y 14 focas.

Se ha visto nadar a las orcas bajo los trozos de hielo sobre los que viven las focas, levant�ndolos por un lado para que �stas caigan al mar, y dar cuenta de ellas en poco tiempo con sus temibles dientes.

Es importante conocer m�s y m�s a los animales carn�voros, ya que de ellos depende el equilibrio ecol�gico existente en los oc�anos, adem�s de la aportaci�n alimenticia que representan para el hombre.

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