UN BARCO CON MUCHOS PASAJEROS
La agitaci�n de los preparativos para la boda se vieron salpicados por sucesos importantes en la vida de Charles. Por un lado su nombramiento como secretario de la Sociedad Geol�gica y su ingreso al Ateneo por recomendaci�n de Lord Shelburne, un antiguo amigo del doctor Darwin. Pero sin duda, el mejor regalo de bodas que desde el punto de vista acad�mico Charles pudo ofrecer a su futura esposa, fue su elecci�n como miembro de la Real Sociedad, en enero de 1839, a los 30 a�os de edad. Charles viaj� a Shrewsbury para la boda y el 28 de enero, en compa��a del doctor Darwin y de sus hermanas Catherine y Susan, lleg� a Maer Hall para pasar la noche. Un ej�rcito de parientes ya se encontraba alojado ah�, celebrando animadamente la v�spera de la boda. A las diez de la fr�a ma�ana del 29 de enero, Emma y Charles entraron a la sobria iglesia de Maer, cuyo vicario, el primo John Wedgwood, los cas� en una sencilla y familiar ceremonia que no concordaba con la pompa esperada para el nivel econ�mico de las familias Wedgwood y Darwin, particularmente de la primera. Esto fue en buena parte el reflejo de que ninguna de las dos familias profesaba el rito ortodoxo anglicano, sino el unitario y de que, adem�s, ninguno de los dos jefes de familia era un devoto practicante de su religi�n.
Despu�s de un sencillo banquete, en el que ni siquiera se incluy� el tradicional pastel de bodas, confecci�n pesad�sima que a�n se elabora con meses de anticipaci�n "para que madure adecuadamente", Charles y Emma fueron conducidos esa misma tarde en una calesa ligera a la estaci�n del ferrocarril, para viajar a su casa de Londres, donde pasar�an su luna de miel. La casa de la calle Upper Gower los esperaba, tibia con el vivo fuego de las chimeneas, iluminada y atendida por el mayordomo de la familia Darwin; el padre de Charles lo hab�a enviado en un gesto de gentileza para auxiliar a la nueva se�ora Darwin durante sus primeras semanas como ama de casa. Nuevamente, el lazo familiar se extend�a generoso y c�lido para proteger a sus miembros. A pesar de lo extenuante de la jornada, Charles pudo percibir en su fuero interno, al abrazar a Emma en su habitaci�n, que era un ser particularmente afortunado. Sent�a que el barco de su vida ten�a repentinamente una peculiar seguridad contra las tormentas y el mal tiempo que pudieran presentarse en el futuro. Y ciertamente, el barco de la vida familiar de Charles llevar�a muchos pasajeros, engendrados por una serena, cari�osa y paciente Emma.
La vida familiar de los Darwin, particularmente la de Charles, se desarroll� en medio de lo que, en balance, puede calificarse como armon�a y felicidad. Charles y Emma pasaron los dos primeros a�os de su vida familiar en Londres, en donde nacieron los dos primeros de un total de diez hijos, seis hombres y cuatro mujeres: William Erasmus, precisamente en el octavo aniversario del inicio del viaje en el Beagle, el 27 de diciembre de 1839 (+1914) y Anne, el 2 de marzo de 1841 (+185 l). Hacia el fin del verano de 1841, Charles decidi� que la vida de la ciudad no era compatible con su car�cter, su trabajo y su salud y compr� una casa en Down, un peque�o poblado rural en el condado de Kent, a una corta distancia de Londres, a donde se mudaron el 14 de septiembre para vivir ah� por el resto de sus vidas. Nueve d�as despu�s de la agitada mudanza, naci� Mary Eleanor, quien, despu�s de afanosos y vanos intentos de varios m�dicos contratados por sus padres, muri� consumida por una enfermedad desconocida antes de llegar a un mes de vida. Henrietta naci� en 1843 (+1929), George en 1845 (+1912), Elizabeth en 1847 (+1925), Francis en 1848 (+1925), Leonard en 1850 (+1943), Horace en 1851 (+1928) y finalmente Charles Waring en 1856 (+1858).