EL VEREDICTO FINAL

No fue sino hasta que John Gould termin� de identificar en el Museo Brit�nico las especies de pinzones colectadas en las Gal�pagos, cuando Charles empez� a darse cuenta del fen�meno que ten�a frente a s�. Y s�lo en el momento en que adquiri� m�s informaci�n acerca de las plantas y los animales que viven en las islas oce�nicas empez� a deducir las causas de la variaci�n entre los organismos. Sus descubrimientos no fueron repentinos sino resultaron de la acumulaci�n lenta de informaci�n y de la digesti�n por largo tiempo de hechos y pruebas. La primera edici�n del libro sobre el viaje del Beagle apenas menciona en forma pasajera a este fascinante grupo de aves.

Como resultado del trabajo fundamental de Gould con la taxonom�a de los pinzones, es decir, de su identificaci�n y catalogaci�n cient�fica, Charles supo que en las Gal�pagos hab�a 13 especies pertenecientes a tres diferentes g�neros. Seis de ellas eran aves de h�bitos terrestres que se alimentaban de semillas y viv�an en las partes m�s �ridas, y de ellas cuatro cohabitaban en la mayor�a de las islas; de �stas, tres se alimentaban de frutos m�s o menos grandes, seg�n el tama�o de sus picos, y la cuarta, con un pico m�s largo y agudo, se alimentaba de tunas. Las otras dos especies de pinzones terrestres se encontraban exclusivamente en las islas m�s externas del archipi�lago y se alimentaban de una mezcla de semillas y tunas, por lo que el tama�o de sus picos era intermedio entre los que mostraban los dos grupos anteriores.

Otras seis especies eran de h�bitos arb�reos; la mayor�a se alimentaba de insectos y se encontraba en las partes m�s h�medas de las islas. De �stas, una se alimentaba exclusivamente de frutos y su pico era muy similar al de un perico. Tres especies eran muy parecidas entre s�, y s�lo se pod�an distinguir por el tama�o del cuerpo y el pico, y se alimentaban de insectos m�s o menos grandes, dependiendo del tama�o de su pico. Otra m�s estaba restringida en su distribuci�n a los manglares de las islas y tambi�n se alimentaba de insectos. La �ltima era una especie en verdad excepcional: al igual que un p�jaro carpintero, trepaba troncos en busca de insectos, o sus larvas, debajo de la corteza de los �rboles y presentaba un pico largo y agudo con el que pod�a picotear y romper la corteza. La gran diferencia era que, a pesar de haber desarrollado un pico adecuado para buscar su alimento, no ten�a una lengua larga y fuerte como la que los carpinteros poseen para escarbar y extraer los insectos. Sin embargo, y en esto resid�a la maravillosa adaptaci�n, esta especie de pinz�n utilizaba espinas de los nopales o peque�as ramas para extraer su alimento por debajo de la corteza. Este es uno de los muy pocos ejemplos conocidos de uso de una herramienta por un animal, aparte de los primates.

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El pico de las aves es su principal herramienta de adquisici�n de alimentos, y su variaci�n es una respuesta adaptativa a la utilizaci�n de diferentes recursos alimenticios.

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Pinz�n extrayendo insectos de debajo de la corteza con la ayuda de una espina.

Una especie m�s, extremadamente parecida en rasgos externos y h�bitos a un cerrojillo o reinita, se alimentaba de insectos y viv�a sobre arbustos, tanto en la parte seca como en la h�meda de las islas. La similitud entre las 13 especies de pinzones suger�a a Charles que la diferenciaci�n de estas aves no hab�a ocurrido hac�a demasiado tiempo, y que muy probablemente se originaban de una sola especie que coloniz� las islas. Pero hab�a otro hecho que le llamaba la atenci�n y era que varias especies conviv�an en una sola isla y manten�an su identidad. La explicaci�n de porqu� esto ocurr�a ten�a mucho que ver con la forma en que esas especies se originaron.

Charles especulaba que cuando uno o varios miembros de una especie llegan a un ambiente nuevo, pueden desarrollar ciertos comportamientos de adaptaci�n a las nuevas condiciones. El sab�a que esto ocurr�a, ya que pudo ir acumulando pruebas provenientes de diversas partes acerca de la variaci�n geogr�fica entre los organismos, los cuales presentan diversas formas, razas o variedades en diferentes partes de su �rea de distribuci�n. El mismo fen�meno se presentaba en las Gal�pagos, en las cuales, por ejemplo, cada isla presentaba una sola forma de tortugas, lo cual orient� la atenci�n de Charles hacia dicho fen�meno durante su visita a las islas. Ninguna de estas formas es en realidad una especie distinta, ya que si se unen pueden tener progenie f�rtil. Sin embargo, esas diferencias no son accidentales, sino heredadas.

Las mismas variaciones geogr�ficas se presentan en los pinzones. Tres de las especies terrestres se encuentran en casi todas las islas y se diferencian por el tama�o del pico (peque�o, mediano y grande) y, consecuentemente, por el tama�o de los frutos con que se alimentan. En dos de las islas m�s sure�as, la especie grande est� ausente y la especie de pico mediano lo tiene bastante m�s grande que en el resto de las islas, donde convive con la especie de pico grande. Charles interpretaba este hecho como una adaptaci�n tendiente a utilizar tambi�n los frutos mayores disponibles debido a la ausencia de la especie de pico m�s grande. En otra isla, la especie con el pico m�s peque�o es la ausente y la que lo tiene mediano llena el nicho dejado por la primera, al tener formas m�s peque�as que en las islas donde las tres conviven. Finalmente, en otras islas la especie de pico mediano es la que est� ausente, por lo que la especie de pico m�s peque�o resulta notablemente mayor que en cualquier otra isla.

Charles lleg� a la conclusi�n de que el tama�o del pico de los pinzones era una caracter�stica adaptativa de las aves, y que algunas de esas diferencias pod�an ser tan notables como las que distinguen a las verdaderas especies entre s�. Se hizo entonces otra pregunta: �qu� ocurrir�a si una subespecie o una forma se desarrollase en completo aislamiento en una isla y despu�s se trasladara a otra, ya ocupada por una forma diferente de la misma especie? Su respuesta especulativa fue que si el aislamiento no era muy largo y las diferencias eran de orden menor, se podr�an entrecruzar libremente y producir formas h�bridas que se adicionar�an a las ya existentes. Pero si el aislamiento era suficientemente largo como para producir diferencias notables entre las formas, entonces podr�an no ser capaces de entrecruzarse y tener progenie f�rtil. Lo anterior establecer�a permanentemente dos formas bien aisladas, que con el tiempo se constituir�an en dos especies del todo diferenciadas, ya que los caracteres que las separan ser�an reforzados por los mecanismos de selecci�n.

El aislamiento geogr�fico era entonces una pieza clave en el pensamiento de Charles acerca de los mecanismos de especiaci�n. Al estudiar los pinzones arbor�colas e insect�voros, Charles encontr� pruebas de lo anterior. En una de las islas m�s sure�as del archipi�lago habita una forma del pinz�n de cuerpo peque�o, de plumaje oscuro y pico corto, mientras que en una del noroeste vive una forma de mayor tama�o, con el pico m�s grande; finalmente, en las islas centrales del archipi�lago hay una forma aun mayor, con el plumaje claro y el pico m�s ancho y fuerte. Sin duda, pens� Charles, estas tres formas tienen un ancestro com�n y desarrollaron esas diferencias debido al aislamiento geogr�fico. Las diferencias no parecen ser de orden mayor como para distinguirlas en tres especies. Sin embargo, en la isla sure�a las dos formas extremas, la peque�a de plumaje oscuro y la m�s grande de plumaje claro, conviven sin entrecruzarse, ya que Charles no pudo capturar ninguna forma intermedia. Charles especulaba que las formas hab�an evolucionado en islas diferentes y luego la m�s grande de plumaje claro se dispers� a la sure�a.

Dos elementos le parec�an a Charles centrales en este proceso de diferenciaci�n de formas y de creaci�n de nuevas especies. Primero, deber�a haber barreras para el cruzamiento de las formas y, en el caso de las aves, las diferencias en plumaje podr�an determinar lo anterior. Segundo, las formas deber�an depender de alimentos diferentes; si ambas formas utilizaban un solo recurso alimenticio, la m�s exitosa de las dos formas en obtener alimento desplazar�a a la otra y la har�a extinguirse. Resultaba entonces claro que las formas de los picos de los pinzones era una prueba de la especializaci�n desarrollada entre las especies para obtener alimentos diferentes sin competir entre s�.

La suposici�n de Charles de que el aislamiento geogr�fico deb�a tener un papel muy importante en la formaci�n de nuevas especies tambi�n est� bellamente ilustrada con otra especie de pinz�n que Charles no conoci�, ya que es exclusiva de la isla Coco, que est� situada frente a las costas de Centroam�rica y a unas 600 millas n�uticas de las Gal�pagos. Esta especie de pinz�n es muy distinta de cualquiera de las que viven en las Gal�pagos. El famoso ec�logo y ornit�logo ingl�s David Lack encontr� que, aunque la isla Coco tiene gran cantidad de ambientes y fuentes de alimentaci�n y no hay una gran variedad de aves, la especie de esta isla no se ha diferenciado en otras. La causa de esto es que todas las poblaciones de esta ave pueden cruzarse constantemente, ya que no hay forma de que alguna de ellas permanezca aislada, a diferencia de lo que ocurri� con los pinzones en las Gal�pagos. El �nico otro ejemplo en el mundo de especiaci�n tan marcada en un grupo de aves ocurre en el archipi�lago de Hawaii.

Hasta que Darwin public� y discuti� los resultados de su viaje alrededor del mundo, en especial los referentes a las islas que visit�, se ten�a la visi�n de que la biota (la flora y la fauna) de las islas, especialmente las oce�nicas, era una versi�n aislada de una antigua conexi�n con las correspondientes floras y faunas continentales. Darwin hizo ver que en las islas continentales faltaban numerosos grupos de organismos, como serpientes e insectos no voladores, que algunas especies herb�ceas del continente adoptaban formas arb�reas en las islas, y que las contrapartes de los animales isle�os en el continente eran notablemente diferentes de los primeros.

3 Ruth Moore et al., Evolución, México, Lito Offset Latina (Colección de la naturaleza de Time-Life, 1997.

15 Charles Darwin, El origen de las especies, México, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, 1982.

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