PREFACIO
Los habitantes de las grandes ciudades rara vez miramos el cielo nocturno; por eso, cuando ocasionalmente lo hacemos en una noche despejada, nos emociona redescubrir la vastedad del Universo. A veces nos sorprende no habernos dado cuenta antes de que todo lo que observamos ha estado ahí desde siempre. Lo mismo ocurre cuando por azar se nos presenta la oportunidad de penetrar en una comunidad natural, como un bosque, una selva o un pantano, no alterados por la acción humana. Sentimos la misma emoción al descubrir ese otro universo de seres vivos, de colores, de movimiento, de sonidos, de olores y sensaciones mucho más hermosas de lo que imaginábamos, que es, para algunos de nosotros, mucho más bello que todo cuanto el hombre ha podido crear. Sin embargo, el mundo natural está siendo modificado: empobrecido o destruido a tan gran velocidad que cada vez menor número de personas tendrá la posibilidad de disfrutarlo. De eso trata este libro, de la destrucción de la naturaleza, de sus causas y de sus efectos probados y posibles.
No queremos ser pesimistas ni sombríos. Existe aún la posibilidad de hacer muchas cosas para salvar parte de la enorme riqueza viviente que las circunstancias geográficas y climáticas han originado en México. Esto se logrará sólo si nos acercamos a la naturaleza y aprendemos a disfrutar de su belleza y a respetar a los seres vivos de la misma manera que lo hacemos con otros valores que consideramos sagrados por nuestra tradición cultural antropocéntrica.
En las páginas siguientes se describe parte de la riqueza de comunidades naturales y de seres vivos que han existido en nuestro país, así como las causas de su empobrecimiento y desaparición y las consecuencias sobre el medio ambiente. Se comentan también algunas de las medidas que es posible tomar para detener este proceso de deterioro. Conscientemente hemos eludido los problemas de los conglomerados urbanos, como el Valle de México, pues la mayoría de la gente que vive en las ciudades los conoce y padece en carne propia.
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