PRÓLOGO
No hace mucho tiempo una joven de 15 años me preguntó: ¿por qué morimos de cáncer?, impresionada por la muerte reciente de una compañera de escuela de la misma edad por esa enfermedad. Es posible que al responderle retomara algunos conceptos expresados por Richard Doll y Richard Peto en su artículo sobre las "Causas del cáncer".1
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En él, estos autores comentan que algunas personas mueren de cáncer y otras no, merced a tres tipos de circunstancias:
La primera corresponde a la "naturaleza" o constitución genética de los individuos.
La segunda se refiere a las condiciones "ambientales" en las que se desenvuelve la vida de los mismos.
La tercera a lo que ellos llaman "suerte".
Ya que el cáncer es una enfermedad que puede ser ocasionada por múltiples factores, dependería de la suerte o del azar que los factores mencionados ejerzan su acción en un momento preciso para que se desencadene el largo proceso que lleva al desarrollo del padecimiento.
Es probable que mi respuesta no aclarara las dudas de la joven. En todo caso, la inquietud que suscitó en mí su pregunta me llevó a aceptar la invitación de mi querida amiga Alejandra Jáidar para escribir este libro. Hoy Alejandra ha dejado de existir como consecuencia de esta aún misteriosa enfermedad, que numerosos científicos en el mundo se afanan en descifrar y vencer.
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