II. LA ECONOMÍA DEL OCÉANO
DURANTE
miles de años la humanidad sólo aprovechó una pequeña parte de la riqueza que el océano le podía proporcionar, representada por los seres vivos de aguas costeras y superficiales y por las vías de navegación; y no fue sino hasta mediados del presente siglo cuando se inició una explotación integral de los recursos marinos.Sin embargo, con excepción de los recursos pesqueros, se sigue utilizando una parte insignificante de la riqueza que el océano posee; por esta razón se considera a la economía marina como la "economía del porvenir", y se espera que en el futuro todos los países, hasta los que no tienen litoral, se beneficien con esta riqueza.
La economía marina es el resultado de una serie de actividades que el hombre realiza para explotar los recursos naturales renovables y no renovables del océano y que aportan ganancias. La explotación de petróleo y gas, el transporte comercial y la pesca, son los tres tipos de aprovechamiento que producen el mayor ingreso para el hombre, quedando después la extracción de minerales, la explotación de compuestos químicos, la utilización de la energía del oleaje y las mareas, la obtención del agua dulce, el uso de la energía solar que absorbe, y las actividades turísticas y recreativas.
Los programas de exploración y prospección para localizar el petróleo y el gas en los fondos marinos se intensificaron a partir de los años 60, lo que permitió poder empezar su explotación en la plataforma continental; algunos países como Estados Unidos, Japón, México, Venezuela y los de Europa Occidental han aumentado los trabajos de explotación. Se considera que en el año 2000 la tercera parte del petróleo que la humanidad esté utilizando, será extraída de los fondos oceánicos.
![]()
Figura 5. Extracción de petróleo en el mar.
sEl transporte marítimo comercial es uno de los medios más usados para el traslado internacional de cargas, y más del 80% de las mercancías que se mueven en el mundo lo hacen por vía marítima. Esta actividad económica es considerada como una de las que más desarrollo presentará en un futuro, debido a que se construyen barcos de mayor tamaño y capacidad de bodega, además de que cada día éstos son más veloces y su diseño es cada vez más especializado, lo que les da mayor eficiencia; asimismo, se ha incrementado el número de puertos de altura para que puedan atracar embarcaciones de gran calado y que cuentan con equipos automatizados para realizar los trabajos de carga y descarga que permiten obtener óptimos resultados. Con estos adelantos, el transporte marítimo comercial se ha transformado en una de las ramas más dinámicas de la economía mundial y produce vínculos entre los países, además de elevar sus posibilidades de desarrollo y hacer progresar la cooperación internacional.
En los países desarrollados como Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Unión Soviética, Francia y Alemania, el comercio es de excepcional importancia por utilizar las vías marítimas, mientras que a los países en vías de desarrollo este medio todavía no les proporciona beneficios, debido a que siguen siendo compradores de artículos industriales caros y sólo exportan materias primas baratas y productos semifacturados.
En un principio el transporte marítimo comercial marcó una rivalidad entre los mercados mundiales, pero poco a poco los países han fomentado las relaciones cordiales estableciendo conferencias y convenios internacionales como la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo, con su Comité para la Navegación; y la Organización Intergubernamental Consultiva Marítima, así como el Comité Marítimo Internacional, que se encargan de mejorar las condiciones de la navegación internacional, sobre todo de los países en desarrollo y, con esto, de intensificar la cooperación universal en dicha actividad. En estas conferencias sobre las líneas mundiales del transporte marítimo, el principio básico es evitar la discriminación de los países y sus compañías navieras, así como cuidar que no se establezcan monopolios en estas líneas y estimular la cooperación en la navegación marítima mercante.
El desarrollo de la pesca marítima está viviendo, en la actualidad, una nueva etapa, debido a que el potencial biológico de los recursos pesqueros tradicionales se está acercando a la utilización máxima; esto ha originado un incremento en la colaboración internacional, para tratar de aprovechar esos recursos sin poner en peligro su existencia, y así resolver la creciente demanda de alimento que tiene la población mundial.
Esta colaboración entre los países es indispensable, sobre todo porque algunos recursos, como el arenque, el bacalao en el Atlántico norte, las anchoas en el sureste del Pacífico y varias especies de atún, en diferentes áreas de captura, se encuentran en peligro de agotamiento por sobrepesca; además el problema se ha complicado por el aumento de la contaminación en el océano.
Es también importante considerar que, en la actualidad, los países en desarrollo de América Latina, Asia y África están incrementando sus capturas, lo que les permite utilizar los recursos pesqueros para alimentar a parte de su población. Asimismo, en la segunda mitad de los años 70, el establecimiento de las zonas económicas exclusivas de 200 millas ha sido significativo para la utilización de los recursos vivos del mar.
Los investigadores han señalado que la captura anual que se puede obtener del océano, sin poner en peligro a los recursos tradicionales, es de 130 a 150 millones de toneladas, pero ésta podría ser mayor si se utilizaran otros organismos que en la actualidad no se aprovechan, como el krill, los peces de fondo y los peces pelágicos pequeños; también ayudaría el explotar otras zonas del océano poco utilizadas para la pesca, así como la reproducción de individuos por medio de las técnicas de acuicultura.
Para sostener y elevar la productividad del océano, es indispensable que los países apliquen una serie de medidas basadas en la investigación conjunta de los recursos biológicos que se encuentran en ellos, y que permitan aprovecharlos racionalmente, regulando la captura, protegiendo las áreas de pesca, desarrollando equilibradamente la industria pesquera de cada uno de ellos con base en las demandas de pescados y mariscos de la población, y prestando asesoría técnico-científica a aquellos que la necesiten.
A partir de los años 70, los convenios multilaterales y los bilaterales para la pesca han originado más de 100 tratados y convenciones, fundándose cerca de 40 organismos internacionales. Esta cooperación trata de establecer bases científico-tecnológicas firmes para utilizar óptimamente los recursos de los mares y para prestar asesoría a los países en desarrollo que no están, por el momento, en condiciones de utilizarlos adecuadamente y así evitar la pérdida de pesca y mariscos debido a la mortalidad natural.
En estos convenios se debe formalizar el compromiso del intercambio de datos científicos y estadísticos, y de los resultados de las investigaciones pesqueras, con el fin de que sean aprovechados por todos los países; también es importante la formación de los cuadros científico-tecnológicos que se necesiten, sobre todo en los países en desarrollo, en los cuales también es importante establecer programas que aumenten la ocupación de la población, la entrada de divisas extranjeras por la venta de los productos y la transferencia de tecnología.
La conservación y la utilización racional de los recursos biológicos del océano mundial es una tarea de nivel internacional que sólo puede ser cumplida si todos los países pesqueros colaboran de manera eficiente y responsable.
La extracción de sustancias minerales de los fondos oceánicos, así como la obtención de compuestos químicos a partir del agua del mar, no han alcanzado el mismo desarrollo que las actividades anteriores y por el momento se encuentran en la etapa de investigación: sólo en algunos países desarrollados como Estados Unidos, Japón, y Unión Soviética se encuentran en las primeras etapas de utilización industrial; por ejemplo, el aprovechamiento de los nódulos de ferromanganeso, ricos en níquel, cobre, cobalto y manganeso, localizados en el fondo oceánico y de los que se espera que en los próximos años representen una de las industrias más importantes en la economía universal.
En la actualidad, la utilización de estos minerales y productos químicos del mar se lleva a cabo a nivel local, por lo que la participación internacional es incipiente; sin embargo, se están dando los primeros pasos y desde el año de 1980 se elaboró un proyecto por cerca de 150 países sobre "el régimen jurídico de explotación de recursos minerales de la zona internacional del fondo marino", dentro del marco de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Derecho del Mar, y se espera que en un futuro cercano se llegue a los acuerdos que permitan aprovechar estos recursos en beneficio de la humanidad.
La utilización de la energía del oleaje y de las mareas, así como el uso de la energía solar que absorbe el océano y la obtención de agua dulce se encuentran, por el momento, en la etapa experimental; y los países se están coordinando a través de varios organismos internacionales, como la Comisión Oceanográfica Intergubernamental y el Consejo Internacional para la Investigación del Mar, entre otras, para lograr el éxito en este campo, y los científicos de Unión Soviética, Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Francia, Alemania y Canadá están obteniendo resultados muy importantes.
Las actividades turísticas y recreativas relacionadas con el océano se han incrementado notablemente y son muchos los lugares del mundo en donde existe la infraestructura para realizar estas actividades, como en el puerto de Acapulco y Zihuatanejo en Guerrero, y Cancún en Quintana Roo, en México, o la Costa Azul en Europa. Los cruceros a través de los diferentes mares son cada vez más numerosos y llamativos; esto también sucede con los deportes, y las competencias se multiplican, tanto a nivel nacional como internacional.
La inversión en la infraestructura para atender estas actividades, ha alcanzado cifras enormes; el dinero aplicado a puertos, hoteles, embarcaciones, restaurantes, tiendas comerciales, yates, veleros, equipos de buceo, etc., llega a billones de dólares, y el número de personas que dependen de ellas es muy grande, y día a día se incrementa. El turismo y la recreación relacionados con el mar presentan inmejorable futuro.
![]()
La economía del océano cambia cada año de acuerdo con las necesidades de la humanidad, la cual necesita aprovechar mejor los recursos del océano mundial; para ello estudia más a fondo estos mares y diseña mejores métodos para utilizar sus riquezas; todos los estados, independientemente del sistema socioeconómico que desarrollen, están interesados en la cooperación internacional para lograr que se utilice al océano y sus recursos de manera razonable, cuidadosa, eficaz y conjunta.
![]()