III. EL AGUA Y LA VIDA
E
L AGUA
no se encuentra en la naturaleza en su forma qu�micamente pura, compuesta solamente por mol�culas H2O, que s�lo se da en el laboratorio. Puesto que disuelve �vidamente a la mayor�a de los compuestos s�lidos, l�quidos o gaseosos, en su forma natural se encuentra normalmente impregnada de ellos. Esto en s� es bueno, pues es precisamente el ox�geno disuelto el que permite la vida acu�tica; los s�lidos en soluci�n modulan su actividad qu�mica y son aprovechados por los seres vivos. Es interesante hacer notar que el agua qu�micamente pura no es apropiada para la vida.Pero esta propiedad de disolver compuestos extra�os a ella es la que provoca serios problemas de contaminaci�n: los desechos dom�sticos o industriales incorporados a las masas de agua llegan a hacerla inadecuada y hasta peligrosa para la vida. Conocer los l�mites de impurezas que para cada uso pueden aceptarse y estudiar la manera de eliminarlas es una tarea de higiene extremadamente importante para conservar los recursos acu�ticos. En este cap�tulo veremos los peligros que se ocultan en el manejo descuidado del agua. Tomar conciencia del da�o que puede causarse es importante, pues una vez contaminada el agua el costo de purificaci�n es muy alto.
Tiempo atr�s, cuando la cantidad de agua parec�a ser ilimitada o su costo de abastecimiento muy bajo, poco importaba tirar un poco de agua sucia al mar. Hoy en d�a la amenaza de la escasez y la conciencia de los altos costos de suministro han llevado a establecer reglamentos estrictos de control para las descargas a r�os, mantos y mares. El problema no es lejano, ni la responsabilidad es solamente del vecino: todos debemos participar.
Los contaminantes del agua pueden ser de muy diversa �ndole: residuos s�lidos, l�quidos o gaseosos; s�lidos en suspensi�n; materia t�xica; microorganismos infecciosos; desechos radiactivos... Estas sustancias dan al agua propiedades indeseables, como corrosividad, incrustabilidad, toxicidad, mal olor, mal sabor y mala apariencia.
Los s�lidos en suspensi�n, cuando son excesivos, reducen la penetraci�n de la luz y por consiguiente limitan la fotos�ntesis de las plantas marinas, ocasionando su degradaci�n, lo que a su vez disminuye la aportaci�n que hacen de nutrientes al medio acu�tico. Cuando el da�o es excesivo, las plantas mueren y se provoca la corrupci�n del medio; el ox�geno disuelto pr�cticamente desaparece y con ello la posibilidad de sustentar vida. Éstas son las "aguas estancadas", de mal olor y apariencia.
Figura 26. El crecimiento excesivo de la vegetaci�n acu�tica provoca la reducci�n del ox�geno disuelto.
Los productos qu�micos causan alteraciones que pueden llegar a alcanzar gran peligrosidad. Por ejemplo, los plaguicidas tienen componentes de gran agresividad qu�mica cuya funci�n es precisamente eliminar formas nocivas de vida. Sin embargo, al ser arrastrados por la lluvia o por las aguas de riego actúan sobre formas de vida que tambi�n los resienten, aunque a ellas no estaban dirigidos. Inclusive pueden ser asimilados por los peces a los que causan da�o, así como tambi�n a los animales que los consumen, incluido el hombre.
Los fertilizantes contienen f�sforo, nitr�geno y potasio, todos ellos necesarios para el crecimiento sano de las cosechas. Pero al ser arrastrados a esteros y lagunas provocan un crecimiento desmedido de las especies acu�ticas, alterando el equilibrio ecol�gico. El medio acu�tico, al no poder soportar un excesivo crecimiento, se deteriora, mueren muchas plantas y causan descomposici�n, consumo de ox�geno disuelto en la putrefacci�n y afectan al ecosistema.
Los detergentes son unos de los peores enemigos del agua, pues en su estructura qu�mica contienen compuestos que no se degradan f�cilmente. Los fosfatos que los forman generan verdaderas monta�as de espuma que interfieren seriamente con la vida acu�tica, arruinan el valor est�tico de los cuerpos de agua y son un verdadero dolor de cabeza en los sistemas de tratamiento para su purificaci�n.
Otros contaminantes da�inos son los metales pesados, como el mercurio, el cadmio, el plomo, el ars�nico, el cromo, etc. que provocan graves anormalidades en la salud. El cadmio, por ejemplo, trae consigo enfermedades cardiovasculares; el mercurio, que por asimilaci�n de los peces se transforma en metilmercurio o mercurio org�nico, provoca la p�rdida de control en los movimientos, ceguera y, finalmente, la muerte. El ars�nico es cancer�geno en peque�as cantidades y letal en dosis medias, como lo son tambi�n el plomo y el cromo.
Hay que destacar también la contaminaci�n por microorganismos pat�genos (nocivos) que producen el c�lera, la hepatitis, la fiebre tifoidea y la diarrea, que f�cilmente pueden ser fatales, sobre todo en los ni�os. Microorganismos mayores como las amibas y la triquina tambi�n habitan en las aguas contaminadas. Una vez un amigo mío, bi�logo, tom� una muestra de agua de una fuente de esta ciudad y por curiosidad la observ� al microscopio: �ten�a ante sus ojos una colecci�n de bichos digna del mejor microzool�gico!
La actividad humana depende del agua para su sustentaci�n, pero es la principal causante de la inhabilitaci�n de este recurso, por ignorancia o negligencia.
Las aguas contaminadas pueden restaurarse a una condici�n de reuso. Al respecto es necesario identificar cu�l ha sido el da�o y dar as� al agua el tratamiento adecuado para la eliminaci�n de cada una de las caracter�sticas indeseables seg�n el destino que se pretenda dar. Estos tratamientos suelen ser muy complejos y costosos, as�, se ha encontrado que se ayuda en la econom�a del reuso del agua destinando aguas de diferente calidad seg�n vayan a ser empleadas en el riego, la industria o el consumo humano, aunque ciertamente menor será la complejidad y el costo si se parte de aguas menos deterioradas.
Con el fin de comprender mejor el problema de contaminaci�n y tratamiento de agua, veamos qu� calidad de �sta puede aceptarse para diferentes destinos: con fines recreativos, para la agricultura, la industria y el consumo humano. Ser� necesario introducir par�metros con los que se midan estos criterios con el objeto de dar medidas cuantitativas de la "calidad del agua"; ello podrá parecer un poco �rido, pero conf�o que el esfuerzo de comprenderlos dar� al lector una mejor sensibilidad de la magnitud del problema.
El agua que se usa con fines recreativos:
La vida humana se ha mantenido muy ligada al agua. Los artistas de las distintas civilizaciones han reflejado en la literatura y en el arte su fascinaci�n por este elemento.
La contemplaci�n del agua a�ade un placer est�tico a las experiencias humanas: es agradable o�rla, observarla, caminar o descansar junto a ella, tocarla y entrar en su contacto. Ciertamente aumenta la belleza del paisaje del que forma parte en las ciudades o en el campo.
Figura 27. No hay raz�n alguna para que la actividad humana deteriore el medio ambiente. En la fotograf�a se aprecia la armon�a entre el riachuelo corriendo por la ca�ada y el acueducto al fondo, obra del siglo
XVII
, en el lugar llamado El Sitio, Estado de M�xico.
Figura 28. En los acueductos se constru�an cajas de agua para que la gente pudiese aprovechar la obra de conducci�n. Esta caja de agua es parte del acueducto de Zempoala. (siglo
XVI
).
La presencia de contaminantes reduce el valor est�tico del agua hasta casi hacerlo desaparecer. M�s a�n, la conciencia del da�o que puede causar el agua sucia hace que el hombre la rehuya, perdiendo as� su valor recreativo. Esta contaminaci�n puede ser aparente cuando las aguas contienen desechos que la tornan desagradable a la vista, o estar oculta, cuando no se aprecia a simple vista pero se sabe que contiene elementos peligrosos para la salud, qu�micos o bacteriol�gicos.
Un objetivo fundamental de los programas de conservaci�n de los recursos acu�ticos es la preservaci�n de sus valores est�ticos y de la calidad del agua, as� como el reconocimiento e identificaci�n de los niveles de contaminaci�n que pueden deteriorarla. El agua que no es adecuada para la recreaci�n no lo es para ning�n otro fin.
Para que el agua alcance valor est�tico debe estar libre, al menos, de sustancias ajenas (basura, espuma), malos olores y exceso de vegetaci�n acu�tica. Pero al ver el agua uno desea tocarla, entrar en su contacto, así que, en el caso de la que persigue fines recreativos, debe ser adecuada al menos para lo que se llama un contacto secundario, esto es, que puedan realizarse con ella actividades que no signifiquen un riesgo alto de ingesti�n: pescar, mojarse los pies... El criterio establecido dicta que las especies marinas que se extraigan de ella deben ser adecuadas para el consumo humano y que adem�s haya un l�mite m�ximo de microorganismos de 400 bacterias coliformes fecales por 100 mililitros de agua.4
Para un contacto primario, es decir, cuando existe la posibilidad de inmersi�n y por tanto de ingesti�n accidental, cuando se pasea en bote por ejemplo, el contenido de bacterias coliformes debe ser cuando más de una cuarta parte de lo anterior (100 bacterias por 100 mililitros) para que no exista un riesgo para la salud. Para actividades de nataci�n, en las que es pr�cticamente inevitable la ingesti�n, la norma dicta que el contenido de bacterias coliformes sea a lo sumo de 200 por 100 mililitros (ml).
Pero no es �ste el �nico factor: la acidez es importante tambi�n. Los l�quidos tienen esta propiedad que se mide en una escala llamada pH y var�a de 0 en los l�quidos extremadamente �cidos hasta 14 en los m�s b�sicos; el valor de 7 corresponde a un l�quido neutral, como la saliva. Las l�grimas sirven para reducir el efecto del contacto de part�culas extra�as al ojo y tienen un valor de pH de 7.4. Aun cuando las l�grimas tienen asombrosa capacidad de amortiguamiento, una variaci�n de pH de tan s�lo 0.1 unidades causa molestias, as� que para el contacto prolongado se recomienda que el pH del agua no sea inferior a 6.3 ni menor que 8.3.
Otro par�metro importante es la temperatura. El agua caliente es m�s peligrosa que la fr�a por ser m�s agradable al contacto; as�, se ha encontrado que para un nadador corriente, que no gasta mucha energ�a, la m�xima temperatura recomendable es de 30 grados Celsius. En las aguas termales, m�s calientes que este valor, deben controlarse cuidadosamente los movimientos y el tiempo de inmersi�n y por ning�n motivo realizar ejercicios vigorosos.
El agua que se emplea en el campo en la producci�n de buenas cosechas y como bebida del ganado debe ser de tal calidad que no provoque da�o o enfermedades, y en esto la presencia de sustancias extra�as tiene mucho que ver.
Aparte de las lluvias, en el campo las tres cuartas partes del abastecimiento del agua provienen de corrientes y la otra cuarta parte de pozos, por lo que el hombre, para hacer un mejor uso del recurso, ha construido presas y sistemas de distribuci�n. As� es posible establecer un proceso productivo continuo a lo largo del a�o sin depender exclusivamente de las lluvias de temporal. Los costos, no obstante, son grandes, por lo cual todav�a la mayor parte de la poblaci�n agr�cola queda a expensas de las lluvias.
En cualquier caso, para el adecuado funcionamiento de las labores del campo es necesario vigilar la calidad del agua; al respecto se han establecido criterios que rigen los principales factores que deben controlarse, especialmente el contenido de sales (o salinidad) incrementado por la irrigaci�n r�o arriba o los lavados de terrenos y los microorganismos presentes introducidos a las aguas de riego por las descargas de los drenajes.
Desde tiempos remotos los agricultores han sabido que las aguas con gran contenido de sales son inadecuadas para plantas y animales. La salinidad afecta el crecimiento de las cosechas y el desarrollo del ganado, pues en grado excesivo los envenena. Cada tipo de planta y de animal tiene un grado de tolerancia, aunque el de las plantas es de hasta 5 000 miligramos por litro (mg/l) y para los animales de 10 000 mg/l.
En las tablas siguientes se muestran los l�mites de tolerancia en plantas y animales:
Efecto de la salinidad en las plantas
Salinidad (mg/1) Efecto
<500 Ningún efecto apreciable 500 a 1 000 Efectos adversos en cultivos sensibles 1 000 a 2 000 Efectos adversos en la mayoría de los cultivos 2 000 a 5 000 Sólo puede utilizarse en plantas tolerantes
Tolerancia de contaminantes por los animales
Característica Recomendación
Salinidad <10 000 mg/1, dependiendo del animal y del contenido de sales en el agua Elementos peligrosos arsénico <0.05 mg/1 cadmio <0.01 mg/1 cromo <0.05 mg/1 flúor <2.40 mg/1 plomo <0.05 mg/1 selenio <0.01 mg/1
La salinidad del agua es m�s agresiva en las regiones �ridas y semi�ridas que en las h�medas, pues en �stas no suele haber acumulaci�n de sales y los efectos nocivos normalmente desaparecen.
Hay dos compuestos que deben tomarse en cuenta: el sodio y los cloruros. El primero puede ser un elemento perjudicial sobre todo en los terrenos arcillosos, pues reduce su permeabilidad; aguas con poca salinidad pero ricas en bicarbonatos pueden acarrear este problema. Los cloruros son particularmente malos para los plant�os de frutales, aunque inocuos para las dem�s cosechas.
La contaminaci�n por microorganismos puede acarrear graves problemas no solamente a la salud de las plantas y animales sino tambi�n a la del hombre, consumidor de ellos. Las descargas de drenajes en aguas de riego o mantos fre�ticos ha causado la inhabilitaci�n de extensas zonas para la agricultura.
La presencia de microorganismos debe vigilarse particularmente en los cultivos en que las ra�ces o las extremidades de los vegetales son consumidas por el hombre o los animales. Un l�mite aceptable parece ser de 5 000 coliformes por 100 ml (de los cuales hasta 1000 sean coliformes fecales) en un promedio mensual.
Debe mencionarse que hay otros par�metros que es recomendable vigilar, por ejemplo la acidez del agua cuyo pH debe estar entre 4.5 y 9.0; los pesticidas que frecuentemente se emplean para controlar las plagas son arrastrados a las corrientes de aguas de riego; en el uso normal no causan problemas, aunque deben controlarse los derrames. El problema de las aguas contaminadas por residuos industriales es materia de consideraci�n aparte, pues normalmente estas descargas son extremadamente agresivas y por tanto deben eliminarse por completo.
El agua es tambi�n en la industria uno de los insumos m�s importantes. Interviene en un sinn�mero de procesos: para enfriar, para diluir o para lavar otros ingredientes en la transformaci�n de los productos. La pureza del agua requiere cuidado especial, cuando interviene directa o indirectamente. La limpieza del agua industrial ha dado lugar a una importante industria de productos: en 1988 la industria de productos para el tratamiento de aguas tuvo ventas en los Estados Unidos por m�s de 2 400 millones de d�lares, y la tendencia en los siguientes a�os fue marcadamente creciente.
Figura 29. La industria es una gran consumidora de agua; en algunos procesos la calidad del agua debe ser controlada cuidadosamente.
Por ejemplo, muchos procesos industriales generan una gran cantidad de calor que es necesario eliminar para proteger los productos que se manufacturan; el agua, con su gran capacidad calor�fica, es un refrigerante ideal, f�cilmente accesible y barato. En estos casos se ponen en contacto el producto que se pretende enfriar con un serpent�n dentro del que circula agua. Ésta, a su vez, es llevada a unos dispositivos que son, en esencia, equivalentes a los radiadores de los autom�viles (aunque no necesariamente tengan la misma forma) donde el agua cede su calor a la atm�sfera. En estos casos el agua debe estar libre de sales disueltas, pues por efecto de la temperatura �stas se desprenden del l�quido y se depositan en las paredes de los tubos provocando oclusiones.
En su fase vapor, el agua se utiliza con diversos fines: generar electricidad, aprovechando su poca compresibilidad, para mover turbinas generadoras; para calentar procesos que requieren operaci�n a temperaturas de hasta 100 grados cent�grados (y un poco m�s si se "sobrecalienta" el vapor manteni�ndolo a presi�n); o en la extracci�n de productos, pues el vapor es un buen disolvente. En estos casos el agua, para la formaci�n de vapor, suele primero limpiarse de sales, en particular bicarbonatos y d�rsele una acidez moderada (entre 8.0 y 10.0 de pH) para reducir el efecto de ataque a los metales.
El agua para diluci�n es muy importante en la industria textil, que la emplea como excipiente en los tintes, uso que requiere agua extremadamente limpia, pr�cticamente agua destilada (menos de 150 mg/1 de s�lidos totales disueltos), pues de lo contrario pueden estropearse los tintes.
En los procesos qu�micos el costo del agua es mucho menor que el de los dem�s insumos, por lo que se le da un especial cuidado a su tratamiento sin que los costos representen una contribución significante. Lo malo es que cuando el agua se descarga, ya contaminada, los costos se vuelven prohibitivos en opinión de muchos industriales. Vale decir que la legislaci�n actual ha puesto particular �nfasis en controlar el rengl�n de la contaminaci�n, aunque el da�o hecho hasta ahora ya es enorme y tomar� muchos a�os de esfuerzo sostenido eliminarlo.
En la industria enlatadora de alimentos, la primera operaci�n importante es el lavado de los productos que ser�n enlatados, para eliminar cualquier traza de tierra, insectos y otras impurezas, lo que se hace con un lavado a fondo con chorros de agua o de vapor, ambos de calidad potable (sin bacterias pat�genas y un contenido de sales no superior a 1 500 mg/l). Esta industria utiliza muchos sistemas de tratamiento, incluyendo la desinfecci�n y la filtraci�n.
El agua para el abastecimiento p�blico
El agua interviene tan �ntimamente en los procesos vitales que los contaminantes que contiene son incorporados de manera profunda por los seres vivos. Un caso espectacular y bien conocido es el del mercurio, que los peces asimilan y transforman en el temible metilmercurio o mercurio org�nico. Cualquier ser que consuma tales peces lo incorpora f�cilmente a su cuerpo, provoc�ndose un da�o progresivo y letal.
Las autoridades sanitarias cuidan que el tratamiento de las aguas para abastecimiento p�blico pase por diferentes procesos de limpieza que aseguren un consumo seguro. Al respecto se han establecido par�metros que deben vigilarse; enseguida describir� los m�s representativos. Existen procesos de tratamiento espec�fico que ser�n tratados en el cap�tulo IV.
El color indica la presencia de materia disuelta, ya sea org�nica o inorg�nica, que puede ser nociva; el olor se debe a la materia org�nica. Uno y otro pueden y deben eliminarse por completo. Relacionada con estos par�metros est� la turbidez o medida de la cantidad de part�culas s�lidas disueltas; un contenido de s�lidos totales disueltos mayor que 500 mg/l, especialmente de cloruros y de sulfatos, da un sabor desagradable y hace aguas corrosivas. Es muy importante que el agua destinada al consumo p�blico est� libre de aceites y grasas, pues estas sustancias son muy arom�ticas y le confieren p�simo olor y sabor. El remedio a estos problemas lo ofrecen los procesos de coagulaci�n, sedimentaci�n y filtraci�n.
La temperatura del agua var�a seg�n la regi�n geogr�fica y el clima. En general, mientras no exceda los 30�C no representa un problema mayor.
Los organismos coliformes y los coliformes fecales, que ya han sido mencionados, constituyen malas especies. De hecho �ste fue el primer par�metro sobre el que se puso atenci�n (en 1880) para dictaminar la calidad sanitaria del agua. Aquellos bichos son habitantes normales de las descargas fecales de los animales de sangre caliente (los coliformes fecales) o de materia org�nica en descomposici�n (los coliformes a secas) y responsables de las enfermedades que se asocian con el agua. En general, la presencia de organismos coliformes fecales indica contaminaci�n reciente y potencialmente peligrosa. Otros coliformes indican focos m�s distantes de contaminaci�n o menos recientes de origen no fecal (insectos, plantas o drenajes lejanos). Los l�mites fueron explicados al principio de este cap�tulo y se recordar� que 400 coliformes por 100 ml es la m�xima cantidad permisible. Este contaminante se elimina por desinfecci�n con cloro.
La alcalinidad del agua se debe a los bicarbonatos, carbonatos y otros iones en ella disueltos. La alta alcalinidad causa corrosi�n e incrustaciones, dentro de los l�mites tolerables. Puede eliminarse por coagulaci�n. El contenido aceptable de estas especies qu�micas debe ser menos de 30 mg/l.
Un producto de cuidado es el amoniaco, pues reacciona vivamente con el cloro que se a�ade para desinfectar el agua y reduce por lo mismo su eficiencia. Adem�s, indica la probable contaminaci�n por descargas de drenaje en la fuente de agua (el amoniaco es componente de la orina).
Los metales pesados (ars�nico, bario, cadmio, cobre, fierro, plomo y mercurio entre otros) son extremadamente venenosos y por desgracia poco puede hacerse en las plantas normales de tratamiento de aguas para eliminarlos. Lo mismo puede decirse de especies qu�micas como los fenoles, cianuros, metilos o sustancias radiactivas. El control de estos efluentes debe realizarse en las plantas industriales donde se generan.
La dureza del agua se la confiere su paso por las distintas formaciones geol�gicas que le ceden sales, especialmente carbonato de calcio. La tolerancia que a ella tienen los humanos es muy variable: m�s de 500 mg/l de carbonato de calcio es una cantidad excesiva y un valor deseable es de menos de 150 mg/l. En regiones como Zacatecas la dureza es muy alta y causa una desagradable coloraci�n en la dentadura adem�s de un excesivo consumo de jab�n y costosas incrustaciones en las tuber�as. Hay otros par�metros que deben vigilarse, como el ox�geno disuelto: �ste en s� no tiene mayor efecto en la calidad potable del agua, pero una sustancial reducci�n de �l puede indicar fuentes de contaminaci�n por desechos org�nicos.
El agua es constituyente necesario de todas las c�lulas, animales y vegetales y la vida no puede existir en su ausencia ni siquiera por un periodo limitado. El agua que contienen los organismos vivos var�a entre los extremos de 97% en los invertebrados marinos hasta 50% en las esporas.
El hombre adulto contiene en su organismo 70% en promedio, distribuido de la siguiente manera:
tejido nervioso 84% hígado 73% músculos 77% piel 71% tejido conectivo 60% tejido adiposo 30%
En los fluidos biol�gicos, tales como la saliva, plasma y jugos g�stricos, el contenido de agua es hasta de 99.5 por ciento.
Figura 30. Los seres vivos participan en el ciclo hidrol�gico global del planeta. En la figura se ilustra de qu� manera las plantas y los animales contribuyen al movimiento del agua.
Aproximadamente el 50% del contenido de agua en los organismos se encuentra en las c�lulas, 35% en materia no acuosa, 5% en el plasma y el 10% restante distribuido en el cuerpo. Es el agua la que da la turgencia a las c�lulas.
El agua es el solvente que promueve la digesti�n, en la que se rompen los carbohidratos y las prote�nas. Los l�pidos, aunque no cambian qu�micamente, se solubilizan en el medio acuoso para su asimilaci�n.
Otro papel muy importante que desempe�a el agua es el control de la temperatura del cuerpo mediante el aprovechamiento del calor latente del agua. Este proceso impide que existan zonas demasiado calientes o demasiado fr�as. La reserva de un humano adulto es de unos 45 kg, de los que se pierden entre 300 y 400 gramos por la respiraci�n y entre 600 y 800 gramos por la evaporaci�n cut�nea. Ello disipa un 20% del calor producido por el cuerpo.
Los organismos vivos no pueden sobrevivir sin una alimentaci�n m�nima de agua, aunque �sta var�a grandemente en los reinos animal y vegetal. Un humano adulto ingiere aproximadamente 2.5 litros de agua diariamente por medio de los l�quidos y s�lidos que toma. En la tabla se muestra la cantidad de agua que adquiere un adulto por cada 1.5 kg de comida "s�lida" (que contiene 57% de agua).
Peso ( en g ) Cantidad de agua (en g )
Pan 300 100Leche 200 175Carne 100 76Papas 300 225Verduras 150 133Fruta 50 40Queso 60 21Pescado 60 49Embutidos 80 9.5Grasa 40 0Azúcar 40 0
Adem�s, un adulto genera diariamente cerca de 350 gramos de agua acompa�ados por la liberaci�n de 1.31 kilocalor�as de energ�a por la combusti�n de la comida. Esta combusti�n se produce por medio de una serie de reacciones qu�micas en las que se forman prote�nas de los amino�cidos y glic�geno de la glucosa y en las que resultan hidr�geno y ox�geno que se recombinan en agua.
El agua sirve para irrigar, distribuir nutrientes y remover desechos. La circulaci�n del agua procede por la absorci�n intestinal, el flujo de la sangre y la diuresis. Las enfermedades relacionadas con el agua est�n conectadas con las irregularidades en la distribuci�n sangu�nea, la composici�n del agua intracelular y extracelular y la deshidrataci�n.
La ingesti�n de agua y su generaci�n interna por medio de reacciones qu�micas se acopla con la p�rdida del agua por la excreci�n, transpiraci�n y p�rdida de vapor por la respiraci�n para dar lugar al ciclo hidrol�gico propio de los organismos. Éste, a su vez, se acopla al ciclo hidrol�gico de la naturaleza.
El subciclo relacionado con las plantas se completa con el proceso de la fotos�ntesis, en el cual se asimilan el vapor de agua y el bi�xido de carbono. Los estudios que se han hecho con is�topos trazadores han demostrado que el ox�geno liberado se reconvierte en agua.
Esta breve descripci�n muestra las diferentes formas en las que el agua se liga con la vida, actuando como solvente, dispersante y lubricante. Es adem�s un insumo y producto de las reacciones bioqu�micas.
Por lo tanto no es de sorprender que un cambio en las propiedades del agua afecte, en algunos casos fatalmente, a los seres vivos. Por ejemplo, cada especie tiene un l�mite de temperatura del agua arriba del cual le es peligrosa. En los mam�feros, esta temperatura es de aproximadamente 40 grados cent�grados.
La pureza del agua es fundamental: algunas especies qu�micas son nocivas, y la tolerancia var�a seg�n su efecto sobre la vida. Puesto que el agua es tan buen solvente, los contaminantes f�cilmente se incorporan a ella y por tanto son llevados a los organismos y asimilados por ellos.
El agua qu�micamente pura es inadecuada para la vida por varios motivos. En primer lugar, es extremadamente reactiva y ataca los delicados procesos vitales. Existe adem�s un equilibrio de sales en las c�lulas, que el agua qu�micamente pura romper�a con consecuencias fatales, pues tender�a a asimilar los s�lidos disueltos, rob�ndolos a las c�lulas. En el otro extremo, un agua con demasiadas sales tiene un efecto similar por la misma raz�n. As�, el Mar Muerto tiene una salinidad tan alta que no existe la vida en su seno.
Ser�an necesarios muchos estudios m�s para conocer con mayor precisi�n el papel del agua en la vida. Por ejemplo, sobre la manera como el agua participa en la organizaci�n de las estructuras moleculares biol�gicas, estabilizando los biopol�meros. Se sabe que se requiere 30% de agua para mantener la estructura de estas cadenas moleculares, que se derrumban por la deshidrataci�n. Se supone que las fuertes interacciones el�ctricas que provocan las ligaduras de hidr�geno contribuyen a esta estabilizaci�n e inclusive se han caracterizado algunas de ellas en los elementos constituyentes. Empero, el panorama para los cient�ficos es todav�a incompleto.