INTRODUCCI�N

�Vivimos en un mundo de fluidos! Los fluidos nos rodean y son tan vitales y familiares en nuestra vida diaria que, a menudo, la fuerza de la costumbre disminuye o aniquila nuestra capacidad de maravillarnos ante sus diversas y fascinantes propiedades.

El aire, el agua, la sangre o la gasolina son ejemplos de fluidos y ponen de manifiesto que, efectivamente, de entre los diferentes estados de agregaci�n de la materia en nuestro planeta el estado l�quido es sin duda el m�s abundante. Mas, aunque representa un alto porcentaje de la composici�n de la Tierra, el estado l�quido es la fase de la materia menos estudiada y menos comprendida. Y, sin embargo, la riqueza y variedad de los fen�menos f�sicos que ocurren en los l�quidos es enorme y reviste gran importancia cient�fica y tecnol�gica. En este libro habremos de asomarnos al fascinante mundo de los fluidos y describiremos algunos fen�menos ex�ticos que se producen en ellos. Pero, �c�mo nos asomaremos a este mundo?

Dejemos volar la imaginaci�n. Asuma el lector el papel de espectador en un gran teatro en el que va a representarse una obra. Imaginemos que el teatro es nuestro laboratorio y que el grupo de actores que ocupa el escenario representa las mol�culas del sistema f�sico cuyo comportamiento queremos observar. Puesto que deseamos en este trabajo describir el comportamiento ex�tico de diversos l�quidos, la obra que presenciaremos requiere necesariamente de un elenco muy numeroso y de un libreto que demande continua interacci�n y gran actividad entre los actores.

Por supuesto, nuestra percepci�n de la obra ser� diferente dependiendo de la localizaci�n que tengamos en el teatro. As�, desde la primera fila de luneta observaremos una gran actividad y un movimiento incesante de los actores. Todos se mueven e interaccionan entre s�; ocasionalmente se detienen, pero r�pidamente vuelven a entrar en acci�n y contin�an su febril actividad. Aunque el n�mero de actores sea grande, desde nuestra butaca podemos seguir con relativa facilidad el movimiento detallado e individual de los actores. Sin embargo, desde esta posici�n carecemos de una visi�n de conjunto; el exceso de detalle nos impide apreciar los movimientos del elenco como un todo. Bueno, pero esto puede remediarse f�cilmente cambi�ndonos de sitio y sent�ndonos en la �ltima fila del �ltimo balc�n. Ahora nos encontramos tan lejos del escenario que ya no distinguimos claramente a los actores; ya no podemos seguir sus acciones individuales, �stas han "desaparecido". En cambio apreciamos claramente el movimiento colectivo del elenco. Desde nuestra nueva posici�n hemos sacrificado detalle en aras de lograr una visi�n global del conjunto de actores, esto es, del l�quido como un todo.

El espectador de la primera fila hace una descripci�n ''microsc�pica'' del fluido, mientras que el de la �ltima lo describe "macrosc�picamente". Claramente, no s�lo las escalas espaciales de ambos espectadores son diferentes, sino que tambi�n lo son las escalas temporales. En efecto, los cambios que ocurren entre acciones individuales pueden ser muy r�pidos y se dan en distancias cortas, en tanto que los movimientos del conjunto de actores son necesariamente m�s lentos.

En el presente trabajo no nos restringiremos s�lo al punto de vista de uno u otro espectador, m�s bien imitaremos al cr�tico teatral que debe rese�ar la obra desde ambos puntos de vista. En los primeros cuatro cap�tulos nos concentraremos en los aspectos puramente macrosc�picos del comportamiento de diversos l�quidos ex�ticos, pero en los dos �ltimos cap�tulos del libro veremos c�mo, al bajar la temperatura, podremos asomarnos al mundo de los �tomos y las mol�culas y veremos de qu� forma surgen caracter�sticas insospechadas y fascinantes en el comportamiento de los fluidos. As� que, �Arriba el tel�n y comience la funci�n!

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