CONTRAPORTADA

La primera fuente de energía que logró dominar el hombre fue el fuego, y la madera y residuos vegetales constituyeron su principal combustible. En nuestra época, y especialmente en este último siglo del segundo milenio, se ha recurrido, de manera cada vez más vertiginosa, al uso de los combustibles fósiles: carbón y sobre todo petróleo; este último posiblemente se agote en menos de un siglo y las reservas de carbón durarán unos 450 años.

Aparte de la escasez, que amenaza todo el estilo de nuestra civilización actual, los dos combustibles principales presentan un peligro no menor, el de la contaminación ambiental, la acumulación de compuestos de carbono y petróleo en la atmósfera que como se ve a diario en los medios de información pone en riesgo la vida sobre la Tierra.

Fuente alterna de energía es la nuclear cuya potencialidad para satisfacer las necesidades del hombre es prácticamente infinita, mas cuyo manejo presenta infinidad de riesgos como la explosión de las plantas termonucleares o la producción de desechos radiactivos que tardan centenares de siglos en desactivarse y representan un peligro grave.

Los prometeos modernos presenta al lector el estado en que se encuentran las investigaciones científicas sobre la energía producida por fusión nuclear, que es un proceso de unión entre dos núcleos atómicos para formar uno solo y liberando su energía de enlace que es un millón de veces mayor que la liberada en las reacciones químicas, como la combustión del carbón y, todavía mejor, sin producir radiactividad. El planteamiento es sencillo mas no así la manera de lograr la fusión nuclear: el autor señala dos formas distintas de lograrla, en frío y en caliente. Y en el desarrollo de la explicación conduce al o lector por caminos que llevan a los tokamaks, al estado de la materia en que se convierte en plasma y otros problemas y maquinarias extraordinarias que prometen a los prometeos modernos el dominio del nuevo fuego.

Julio Martinell Benito hizo su licenciatura y maestría en física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y obtuvo su doctorado en el MIT (Estados Unidos) en 1986. Es investigador del Instituto de Ciencias Nucleares y maestro de la Facultad de Ciencias, instituciones ambas de la UNAM. También es miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Diseño: Carlos Haces / Fotografía de Prometeo: Carlos Franco.

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