CONTRAPORTADA

Entre los siglos XVI y XVII, la porcelana china fue llevada a Europa donde cre� una pasi�n casi enfermiza. Los grandes nobles se peleaban la posesi�n de piezas tan valiosas. Los chinos las llamaban Ling Lung, que significa "trabajo del Diablo", para indicar que iban m�s all� de la habilidad humana. En uno de los centros de fabricaci�n en China trabajaban 180 mil familias en 3 mil hornos, y algunos trabajos especiales pasaban de una generaci�n a otra para ser terminados. Destreza sobrehumana, un caol�n muy cristalino y paciencia infinita empleaba el artesano chino, m�s otros secretos revelados en este libro. Por supuesto, la materia b�sica era la arcilla, como lo es de toda la cer�mica que fabrica el hombre.

Las arcillas son definidas como cualquier sedimento o dep�sito mineral que es pl�stico cuando se humedece y que consta de un material granuloso muy fino, formado por part�culas cuyo tama�o es inferior a cuatro micras —la dimensi�n aproximada de un microbio com�n. La arcilla es un material ampliamente conocido: el barro natural ha sido utilizado por el hombre en la construcci�n de habitaciones y, por supuesto, en la alfarer�a, pero, mediante la lectura de este libro, veremos c�mo, mediante la ingenier�a molecular, se la transforma en arcilla pilareada y en un reactor molecular donde se alojan y reaccionan las mol�culas de petr�leo para convertirse en gasolina. Se observar� tambi�n el papel que, consideran los cientif�cos, las arcillas desempe�aron como protagonistas en el origen de la vida sobre la Tierra.

El prop�sito de este libro, seg�n sus autores, es demostrar c�mo es este polvo tan familiar, la manera c�mo es posible conocerlo a�n m�s y modificarlo en provecho del hombre y, en especial, c�mo est� relacionado con nuestra vida cotidiana. Pese a su cotidianeidad, las arcillas son minerales que se formaron hace millones de a�os y que re�nen las caracter�sticas peculiares de composici�n y formaci�n relacionadas con el curso de la evoluci�n de la Tierra.

El doctor J. M. Dom�nguez es f�sico egresado de la UNAM y en la actualidad es presidente de la Sociedad de Superficies. El doctor I. Schifter es qu�mico de la misma instituci�n. Ambos se doctoraron en la Universidad Claude Bernard de Lyon, Francia. Dedicados al desarrollo de materiales nuevos y catalizadores, trabajan en el Instituto Mexicano del Petr�leo.

Diseño: Carlos Haces / Fotografía: Carlos Franco

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