III. EL MAGNETISMO HASTA EL A�O 1800

EN EL caso del magnetismo, al igual que en el de la electricidad, desde tiempos remotos el hombre se dio cuenta de que el mineral magnetita o im�n (un �xido de hierro) ten�a la propiedad peculiar de atraer el hierro. Tanto Tales de Mileto como Plat�n y S�crates escribieron acerca de este hecho.

En el periodo comprendido entre los a�os 1000-1200 d.C. se hizo la primera aplicaci�n pr�ctica del im�n. Un matem�tico chino, Shen Kua (1030-1090) fue el primero que escribi� acerca del uso de una aguja magn�tica para indicar direcciones, que fue el antecedente de la br�jula. Este instrumento se basa en el principio de que si se suspende un im�n en forma de aguja, de tal manera que pueda girar libremente, uno de sus extremos siempre apuntar� hacia el norte. M�s tarde, despu�s del a�o 1100, Chu Yu inform� que la br�jula se utilizaba tambi�n para la navegaci�n entre Cant�n y Sumatra.

La primera menci�n europea acerca de la br�jula fue dada por un ingl�s, Alexander Neckham (1157-1217). Hacia 1269 Petrus Peregrinus de Maricourt, un cruzado franc�s, hizo una descripci�n detallada de la br�jula corno instrumento de navegaci�n.

En el a�o 1600 el ingl�s William Gilbert (1544-1603), m�dico de la reina Isabel I, public� un famoso tratado, De magnete, en el que compendi� el conocimiento que se ten�a en su �poca sobre los fen�menos magn�ticos. Analiz� las diferentes posiciones de la br�jula y propuso que la Tierra es un enorme im�n, lo que constituy� su gran contribuci�n. De esta forma pudo explicar la atracci�n que ejerce el polo norte sobre el extremo de una aguja imantada. Asimismo, Gilbert se dio cuenta de que cada im�n tiene dos polos, el norte (N) y el sur (S), que se dirigen hacia los respectivos polos terrestres. Descubri� que polos iguales se repelen, mientras que polos distintos se atraen, y que si un im�n se calienta pierde sus propiedades magn�ticas, las cuales vuelve a recuperar si se le enfr�a a la temperatura ambiente.

El cient�fico franc�s Coulomb, el que hab�a medido las fuerzas entre cargas el�ctricas (v�ase el cap�tulo II), midi� con su balanza las fuerzas entre los polos de dos imanes. Descubri� que la magnitud de esta fuerza var�a con la distancia entre los polos. Mientras mayor sea la distancia, menor es la fuerza: si la distancia aumenta al doble, la fuerza disminuye a la cuarta parte; si la distancia aumenta al triple, la fuerza disminuye a la novena parte y as� sucesivamente, �igual que en el caso de las cargas el�ctricas que �l mismo hab�a descubierto!

InicioAnteriorPrevioSiguiente