PRÓLOGO
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Dentro de esta misma colección, la problemática de la corrosión ha sido tratada en dos libros precedentes. En el primero se presentaron las bases y conocimientos fundamentales necesarios para la buena comprensión de los procesos de corrosión. El segundo estaba dedicado al método más empleado en la práctica ingenieril de lucha contra la corrosión, la protección catódica.
El tercer libro de esta serie, Más allá de la herrumbre. III. Corrosión y medio ambiente, como su título lo indica, trata el binomio corrosión y medio ambiente y los efectos de uno sobre el otro, siendo la atmósfera el medio cuyos efectos van a ser considerados principalmente.
Se denomina con el término general de corrosión la alteración de los materiales provocada por el medio que los rodea. Cuando se trata de metales, se habla de corrosión metálica. De acuerdo con la naturaleza del medio corrosivo, la corrosión metálica comprende la corrosión química y la corrosión electroquímica.
La corrosión química comprende el ataque por sistemas no electrolíticos, tales como gases y vapores a temperaturas que impiden su condensación sobre la superficie metálica o por líquidos no conductores de la corriente eléctrica.
La corrosión electroquímica comprende la corrosión atmosférica en aire húmedo, la producida en suelos, y la provocada por medios electrolíticos (agua de mar, soluciones ácidas, sales y álcalis) y por sales fundidas.
Este libro trata fundamentalmente de problemas de corrosión electroquímica y dentro de ésta, por su creciente importancia e incidencia, de corrosión atmosférica. La corrosión atmosférica de metales incluye su ataque a la intemperie y en el interior tanto de edificios como de equipos y maquinarias. El proceso de corrosión depende de los contaminantes presentes en el aire y de la humedad relativa del ambiente. Entre los contaminantes, se presenta principalmente el efecto del dióxido de azufre, SO2, típico de las atmósferas industriales y urbanas, y el efecto de los iones cloruro, Cl, característico de las atmósferas marinas. Aunque los contaminantes presentes en el aire son más numerosos, se limita el presente libro a los dos citados, ya que contamos con amplias muestras de su efecto sobre los materiales metálicos más comúnmente empleados por el hombre.
En las páginas que siguen se refleja el trabajo realizado dentro del proyecto "Corrosión Atmosférica", en el cual participaron muchos estudiantes, realizando su servicio social y su tesis de licenciatura, en el Laboratorio de Corrosión de la Facultad de Química. A todos ellos, mi agradecimiento por su dedicación y por contribuir tan decisivamente y con tan pocos medios a su alcance en la bueña marcha del proyecto.
Por último, este libro es un pequeño homenaje a uno de los investigadores que más ha contribuido con sus trabajos al conocimiento de los mecanismos que controlan los procesos de corrosión atmosférica, el doctor Sebastián Felíu Matas. Su enorme generosidad, su humildad, fruto de largos años de estudio, su paciencia con los jóvenes que se inician en la investigación, su disposición constante de ayudar, su ánimo abierto a discusión y su enorme experiencia serán siempre un ejemplo y muestra de lo que debe ser un maestro universitario. Con motivo de su jubilación quiero dejar testimonio del sincero respeto y admiración de uno de sus discípulos.
De forma directa o indirecta han participado y participan en el proyecto "Corrosión Atmosférica" las siguientes personas: doctor Jorge Uruchurtu, doctor Luis S. Hernández, doctor Javier Ávila, ingeniera química Patricia Rodríguez, ingeniera química Martha Vásquez, ingeniero químico metalúrgico Carlos Rodríguez, ingeniero químico Francisco J. Rodríguez, ingeniero químico metalúrgico Saúl Ortiz, ingeniera química metalúrgica Andrea Jiménez.
Ciudad Universitaria, D. F, noviembre de 1990
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