III. LAS C�LULAS DEL SISTEMA NERVIOSO
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L CEREBRO
, la m�dula espinal, los ventr�culos cerebrales, los vasos nerviosos y los m�sculos que podemos mover a voluntad est�n formados por c�lulas. Se trata de peque�as sociedades de sistemas qu�micos que interact�an unos con otros para ayudarse y comunicarse. Si el cerebro y el ri��n son diferentes es porque sus c�lulas son diferentes. La evoluci�n celular, desde las bacterias hasta las c�lulas nerviosas (neuronas), ha provocado la aparici�n de "bloques" funcionales al interior de cada miembro. As�, las neuronas son c�lulas que, a diferencia de todas las otras c�lulas del organismo (a excepci�n de los �vulos), han perdido la capacidad de dividirse, de formar otras neuronas. En cambio, han desarrollado su capacidad de expresi�n de mol�culas ligadas a la comunicaci�n, de sustancias que median la interconversi�n de energ�as el�ctrica y qu�mica.Hablemos un poco de las principales c�lulas que constituyen el sistema nervioso, al menos desde el punto de vista neurol�gico: las neuronas y la gl�a.
A pesar de que existe gran variedad de tipos neuronales (por su tama�o, forma y organizaci�n), las c�lulas nerviosas comparten una serie de caracter�sticas generales.
Estas c�lulas conducen se�ales a trav�s del ax�n, una prolongaci�n que se extiende desde el cuerpo de la neurona hacia afuera, y reciben informaci�n a trav�s de las dendritas, otras ramas de la c�lula que se dirigen hacia el soma o cuerpo neuronal. La capacidad del ax�n para conducir impulsos nerviosos aumenta significativamente por la mielina, capa formada por c�lulas especializadas que producen una membrana adiposa que envuelve al ax�n varias veces, en forma conc�ntrica. La mielina de estas membranas protege el impulso nervioso de las interferencias del medio, disminuyendo la p�rdida de corriente el�ctrica y aumentando la velocidad con la que �sta se conduce por la fibra nerviosa. En el sistema nervioso las neuronas se organizan por medio de c�mulos de c�lulas en sitios relativamente circunscritos. Esta acumulaci�n de cuerpos neuronales, a diferencia del aspecto que tienen los haces de fibras, constituye la sustancia gris (que en el tejido fresco es m�s bien rosa gris�ceo) y se organiza frecuentemente en n�cleos. Las �reas de fibras o tractos nerviosos, particularmente mielinizados, constituyen la sustancia blanca.
En la actualidad podemos distinguir mucho mejor estos grupos de cuerpos neuronales (los n�cleos, de los que hablamos antes), gracias a tinciones especiales y al uso de anticuerpos que nos se�alan su posici�n en las diferentes partes de la c�lula. Esta t�cnica, llamada inmunocitoqu�mica, ha servido para identificar subgrupos de neuronas, al interior de n�cleos de sustancia gris.
Adem�s de marcar las neuronas con anticuerpos, se pueden estudiar te�idas con colorantes de plata que nos muestran toda la arquitectura de la c�lula. De hecho, estas t�cnicas de plata (llamadas de impregnaci�n arg�ntica) fueron las que permitieron estudiar en detalle el sistema nervioso. Como vimos, los trabajos de Golgi en Italia, y de Santiago Ram�n y Cajal en Espa�a, a finales del siglo pasado y principios de �ste, significaron un avance cualitativo en el estudio del sistema nervioso. Nunca antes el hombre se hab�a asomado tan profundamente al interior de su materia pensante.
Actualmente, la microscop�a electr�nica nos ofrece paisajes cerebrales a una escala mucho m�s peque�a, para darnos cuenta de que la complejidad ya aparente a nivel celular, se acrecienta a nivel subcelular.
Una de las propiedades fundamentales del tejido nervioso es la excitabilidad. Tanto la producci�n del impulso nervioso como su conducci�n a trav�s de los nervios o de las fibras musculares se deben a las caracter�sticas especiales de la membrana neuronal. En particular, a su capacidad de filtrar en forma selectiva las peque�as mol�culas cargadas que existen en el medio: los iones. Las c�lulas excitables tienen la propiedad de poder mantener diferentes concentraciones de iones a uno y otro lado de su membrana plasm�tica. Gracias a esta diferencia de concentraci�n i�nica existe una diferencia de potencial (es decir, de voltaje) a ambos lados de esta membrana. Esta diferencia de potencial est� dada por una acumulaci�n de iones de sodio (Na+) en el exterior de la c�lula y de iones de potasio (K+) en el interior. Si ponemos un electrodo en el exterior de la neurona y otro en el interior, veremos que el interior de la c�lula es m�s negativo [aproximadamente -70 milivoltios (mV)] en relaci�n con el exterior. (Hablaremos m�s en detalle de estos mecanismos i�nicos en el capítulo IV, secci�n "La transmisi�n neurohumoral".)
Se trata de, al menos, la otra mitad de las c�lulas del sistema nervioso. La gl�a agrupa a por lo menos tres familias principales de c�lulas (los astrocitos, la microglia y la oligodendroglia), y es la encargada de "sostener" a las neuronas, no s�lo desde el punto de vista espacial, sino tambi�n metab�lico, endocrino e inmunol�gico.
La gl�a tambi�n tiene relaci�n con el desarrollo cerebral. Se ha visto que existen c�lulas gliales que orientan a los axones en su camino hacia el establecimiento de conexiones a larga distancia. Estas c�lulas proveen al ax�n de sustancias de adhesi�n celular y de factores tr�ficos, que le sirven a la terminaci�n nerviosa para aumentar su superficie en direcciones espec�ficas, para as� ir avanzando hacia su blanco. Estas se�ales son cr�ticas para el establecimiento de los circuitos funcionales que organizan m�s tarde secuencias complejas de reacciones. Si no, �c�mo podr�a una neurona localizada en la corteza cerebral saber a qu� motoneurona, en la m�dula espinal, debe conectarse? Aqu� estamos hablando de distancias enormes, en relaci�n con el tama�o de la neurona, que se deben recorrer en busca de un blanco preciso. Tambi�n nos referimos a una programaci�n gen�tica que se encuentra en la base del cableado original del sistema nervioso, de las interconexiones con las que nacemos y que esculpimos a lo largo de la vida en nuestra interacci�n con el medio. Estos cambios se ubican tanto a nivel de las neuronas como al de la gl�a. Las c�lulas gliales, que no han mostrado a�n su complejidad real, se especializan tanto como las neuronas. Las t�cnicas inmunocitoqu�micas muestran que los astrocitos de un n�cleo nervioso dado no son los mismos que los de otro, aun situados en la vecindad del sitio.
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IGURA
III.I
. Esquema de una neurona. Se ilustran las principales partes de una neurona: el cuerpo celular o soma, las dendritas, que reciben la informaci�n desde otras neuronas, el ax�n, por donde el impulso nervioso viaja hacia otras c�lulas. El ax�n de esta neurona en particular est� mielinizado. La mielina est� formada por c�lulas gliales que envuelven el ax�n para favorecer la conducci�n de la se�al nerviosa. El ax�n se ramifica hacia terminales o botones sin�pticos.
Por otra parte, existen c�lulas gliales que forman parte de la
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. Algunos astrocitos emiten prolongaciones que envuelven los vasos sangu�neos (pies gliales) casi completamente. De esta manera, una sustancia que se quiera introducir al sistema nervioso tendr� que atravesar no s�lo la barrera capilar (formada por las c�lulas endoteliales) sino tambi�n la membrana astrocitaria. Finalmente, los pies gliales tienen capacidades contr�ctiles que les permiten establecer un paso de regulaci�n del flujo sangu�neo cerebral a este nivel.Las c�lulas gliales tienen tambi�n la capacidad de controlar la composici�n del medio extracelular. Las sustancias metab�licamente activas o los productos de este metabolismo no se acumulan en este espacio extracelular porque la gl�a se encarga de procesar estos productos. Lo mismo en el caso de los iones, hormonas, drogas, etc�tera.
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IGURA
III.2
. Tipos de c�lulas gliales. Las c�lulas gliales, que no se consideran nerviosas, son m�s numerosas que las neuronas. A diferencia de ellas, se dividen de acuerdo con sus funciones, y en parte, por su morfolog�a. Existen dos familias principales de astrocitos (por su forma estrellada): los fibrosos y los protopl�smicos. La microglia forma parte del sistema de defensa del cerebro, con funciones inmunol�gicas, mientras que la oligodendroglia interviene en la formaci�n de vainas de mielina; por lo tanto, son predominantes en la sustancia blanca.