III. TECT�NICA ACTUAL DE M�XICO

LA GEOLOG�A de la Rep�blica Mexicana es el resultado de m�ltiples procesos tect�nicos que la han afectado durante toda su evoluci�n; para explicarlos se ha requerido de la paciencia y los conocimientos geol�gicos de los estudiosos de las ciencias de la Tierra.

La configuraci�n geogr�fica actual de M�xico es, asimismo, consecuencia de la interacci�n del bloque continental con las provincias oce�nicas que lo circundan. Es decir, en la regi�n del Pac�fico, la Pen�nsula de Baja California se est� separando del resto del continente con un movimiento hacia el noroeste; en el Pac�fico sur de M�xico, desde Cabo Corrientes en el estado de Jalisco hacia Centroam�rica, la placa oce�nica de Cocos es asimilada por el continente; tal subducci�n ocurre a lo largo de una fosa oce�nica a la que se conoce como Trinchera de Acapulco o Mesoamericana.

Por otro lado, en las provincias geol�gicas del Golfo de M�xico y del Caribe, se tienen esfuerzos tect�nicos de separaci�n cortical, identificados tambi�n como de tensi�n o distensivos, que est�n actuando en los m�rgenes continentales; �stos, a su vez, avanzan sobre los fondos m�s profundos de las cuencas oce�nicas, como consecuencia del desplazamiento de la placa tect�nica continental de Norteam�rica hacia el poniente, y de la del Caribe hacia el oriente (Figuras 10 y 11).

Los procesos geodin�micos que son a�n m�s complejos se pueden describir con relativa facilidad de una forma general. En t�rminos globales, su influencia es muy importante por la contribuci�n al conocimiento universal sobre el origen y evoluci�n de nuestro planeta. A su vez, este entendimiento es b�sico en la prospecci�n de recursos minerales, hidrotermales y petrol�feros que se generan y acumulan en el interior de la corteza de la Tierra, como consecuencia de su evoluci�n geotect�nica.

Figuras 10 y 11. La configuraci�n actual de M�xico se debe al movimiento simult�neo de las cuatro placas tect�nicas: a) la de Norteam�rica, con desplazamiento hacia el suroccidente; b) la del Pac�fico oriental, hacia el noroeste; c) la de Cocos, hacia el noreste, y d) la del Caribe, hacia el oriente franco.

En otro aspecto, la identificaci�n de las provincias geol�gicas y su caracterizaci�n son fundamentales cuando se planifican nuevos centros de poblaci�n, ya que para fundarlos es necesaria la disponibilidad de recursos como el agua y la ubicaci�n de los sectores de alto riesgo s�smico que afectan dr�sticamente a las porciones noroccidental y sur de M�xico, as� como a la zona intermedia conocida como Cintur�n Volc�nico Transmexicano (CVT), que cruza el pa�s desde el Oc�ano Pac�fico hasta el Golfo de M�xico. M�s adelante nos referiremos a �l (Figura 12) en el marco tect�nico de una cronolog�a de eventos geol�gicos en nuestro territorio.

La placa continental de Norteam�rica, en el transcurso de su migraci�n hacia el noroccidente y el occidente, asimil� progresivamente, en el pasado geol�gico, a las oce�nicas Farall�n y Kula, lo que dio como consecuencia que el arco magm�tico desarrollado durante el Jur�sico Superior migrara hacia el noreste en el interior del continente, seguido por otros arcos magm�ticos del Cret�cico.

JUR�SICO SUPERIOR-CRET�CICO SUPERIOR (HACE 140 A 70 MILLONES DE A�OS)

Durante este tiempo la velocidad de incidencia entre las placas oce�nica y continental, en el Pac�fico, se increment� de 6 a 7 cm/a�o. A la vez, la placa oce�nica de Farall�n sufri� un cambio en su inclinaci�n a menos de 10° y, como consecuencia, la actividad magm�tica migr� hacia el oriente. Dio inicio as� el evento tect�nico de deformaci�n y convergencia hacia el noreste que se conoce como Orogenia Laramide (Figura 13).

CRET�CICO SUPERIOR-PALEOCENO (HACE 70 A 58 MILLONES DE A�OS)

Del Cret�cico Superior al Paleoceno en M�xico (Figura 14), el arco magm�tico del margen pac�fico continu� su migraci�n hacia el oriente. En la zona que actualmente ocupan la Pen�nsula de Baja California y las costas de Sonora y Sinaloa se inici� un periodo de quietud volc�nica que perdur� hasta el Eoceno Superior. Al mismo tiempo, desde Cabo Corrientes, en el estado de Jalisco, hasta el actual Golfo de Tehuantepec en Oaxaca y Chiapas, una porci�n del margen continental sur comenz� a desplazarse hacia el sureste en forma intermitente, a lo largo del borde actual del Pac�fico, coincidente a su vez con el desplazamiento hacia el noreste de la placa oce�nica Protocaribe�a, que se mov�a a medida que se separaban las placas de Norteam�rica y de Sudam�rica.

Figura 12. El Cintur�n Volc�nico Transmexicano (CVT) es un sistema de fisuras corticales por donde son expulsadas a la superficie las rocas volc�nicas provenientes de la fusi�n de la corteza oce�nica de la Placa de Cocos.

Figura 13. Durante el Jur�sico Superior (140 m. a.) y el Cret�cico Superior (70 m. a.) el continente asimil� la placa oce�nica de Farall�n, gener�ndose as� el Arco Volc�nico Marginal en el borde occidental de M�xico y del noroeste de Sudam�rica; la corteza oce�nica del antiguo Oc�ano Pac�fico tambi�n estaba en colisi�n con el fondo oce�nico del ancestral Oc�ano Atl�ntico, y en su uni�n se formaron los arcos volc�nicos insulares de la regi�n caribe�a.

El fragmento continental desplazado constituye ahora el basamento paleozoico del sur de Guatemala y del norte de Honduras; la traza del desplazamiento es la falla que corresponde a la actual Trinchera del Pac�fico de M�xico, y su prolongaci�n hacia el noreste corresponde al sistema de fallas y fracturas que han migrado hacia el oriente como consecuencia del movimiento de la Placa Protocaribe�a en esa misma direcci�n.

Figura 14. Durante el Cret�cico Superior (70 m. a.) y el Paleoceno (58 m. a.) la placa continental estaba pr�xima a asimilar una cordillera oce�nica, y el arco volc�nico marginal migraba hacia el interior del continente en M�xico. En la porci�n sur del pa�s se iniciaba un rompimiento y su desplazamiento hacia el noreste.

Ese fragmento continental del sur de M�xico desplazado hacia la actual Am�rica Central es motivo de controversia. Mientras algunos ge�logos aceptan esta hip�tesis, otros opinan que el truncamiento continental del sur de M�xico es producto de un proceso de asimilaci�n del fondo oce�nico por el continente, que habr�a ocurrido durante el impacto tect�nico entre la placa oce�nica con la continental y posterior a una reorganizaci�n. Otra opini�n que intenta conciliar las dos anteriores, es aquella que postula la ruptura del margen continental, el cual se transport� lateralmente a lo largo de la falla de transcurrencia durante la subducci�n o asimilaci�n de la placa oce�nica en forma oblicua al continente. Esto debi� ocurrir antes del Mioceno, ya que, con base en estudios geof�sicos, en la Trinchera del Pac�fico, en las cercan�as del puerto de Acapulco, no se encontraron evidencias de que los sedimentos del Mioceno al Reciente estuvieran sujetos a procesos de deformaci�n por esfuerzos de compresi�n.

Por otro lado, en el margen continental de la provincia del Golfo de M�xico, la Sierra Madre Oriental sigui� emergiendo por plegamiento y fallamiento, y al pie de la misma se formaban una serie de cuencas y subcuencas debido al rompimiento del basamento que subsid�a hacia el Golfo de M�xico. Estas depresiones marginales se hund�an intermitentemente y se rellenaban con sedimentos provenientes de la Sierra Madre Oriental, deposit�ndose en ambientes que variaban desde litorales hasta marinos someros y profundos, dependiendo de la actividad tect�nica local dentro de un mismo patr�n regional de deformaci�n.

En particular al sur del Golfo de M�xico, en las cuencas terciarias de Veracruz, Tabasco y Campeche, subsidieron en forma discontinua los bloques del basamento, a partir del Cret�cico Superior y principios del Terciario. El mismo fen�meno ocurri� en el margen occidental del Banco de Campeche durante la migraci�n del bloque de Yucat�n hacia el noreste, lo cual es evidente en las secuencias estratigr�ficas y por el estilo de fallamiento normal en bloques que se observa en el subsuelo.

El mecanismo de desplazamiento del bloque de Yucat�n no est� del todo entendido; sin embargo, se postula un movimiento del bloque yucateco hacia el norte para explicar los procesos distensivos que dieron lugar a la formaci�n de las cuencas marginales del Terciario y a la formaci�n y evoluci�n del ca��n de Campeche.

Por otro lado, geol�gicamente se propone un modelo tect�nico para la subplaca chiapaneca, que explica el plegamiento de la Sierra Madre de Chiapas como un desplazamiento de la Plataforma de Yucat�n del noreste al sureste, durante el Mioceno Medio, a lo largo del sistema de fallas Motagua-Polochic. Este desplazamiento tuvo la particularidad, hasta ahora conocida, de que el movimiento tect�nico de la plataforma de Yucat�n se manifest� en la porci�n sur del Golfo de M�xico a partir del Cret�cico Superior y principios del Terciario, dando lugar al rompimiento del basamento en bloques y a la subsidencia diferencial de los mismos. Estos movimientos se intensificaron durante el Mioceno.

El desplazamiento hacia el oriente de la Placa del Protocaribe produjo el movimiento distensivo del borde oriental del bloque yucateco, lo que dio origen a la formaci�n de la cuenca de Yucat�n y a la Trinchera del Caim�n en el mar Caribe. Por otro lado, la trinchera oce�nica de la porci�n occidental de la isla de Cuba se desactiv�, provocando que esta isla se separara del bloque Honduras-Nicaragua y que, tras su migraci�n, dejara fallas y fracturas inactivas (Figura 14). Simult�neamente a estos movimientos tambi�n disminuy� el dinamismo de la Placa de Am�rica del Sur hacia el noroeste, por lo que la subducci�n de la Placa del Caribe en la Trinchera de Venezuela comenz� a desactivarse.

Figura 15. Desde el Eoceno Superior (42 m. a.) hasta el Mioceno Inferior (18 m. a.), el arco magm�tico marginal continental de M�xico iniciaba su retroceso hacia el Pac�fico. La porci�n sur del continente se sigui� desplazando hacia el noreste y la Pen�nsula de Yucat�n giraba en el sentido del movimiento de las manecillas del reloj.

EOCENO SUPERIOR-OLIGOCENO-MIOCENO INFERIOR (HACE 42 A 18 MILLONES DE A�OS)

En el Eoceno Superior, el arco magm�tico tuvo su m�ximo avance hacia el interior de M�xico; desde el Oligoceno Inferior al Mioceno Inferior la actividad volc�nica retrograd� hacia las costas del Pac�fico, y tuvo su m�xima manifestaci�n durante el Oligoceno Medio (Figura 15). Al evento magm�tico se le conoce como Orogenia del Terciario Medio.

Esta gran manifestaci�n volc�nica del Oligoceno Medio pudo ser consecuencia del traslape del margen continental occidental de M�xico con alguna dorsal activa situada al este de la actual Dorsal del Pac�fico oriental, ya que las fallas geol�gicas y fracturas de transformaci�n que inciden en el borde continental —incluyendo las de Orozco y de Tehuantepec, que est�n orientadas aproximadamente al norte 50°, este 50° noreste— no corresponden al sistema actual de la Dorsal del Pac�fico oriental, cuya orientaci�n en general var�a de este-oeste a noreste-sureste (Figura 11).

Al occidente de esta dorsal oce�nica se localiza otra, denominada del Matem�tico, en la que se observan las fallas de transformaci�n orientadas suroeste 75° noreste; es decir, diferentes en posici�n a los otros dos sistemas estructurales de las dorsales oce�nicas mencionadas anteriormente (Figura 10).

De la dorsal inferida y posiblemente asimilada en el Oligoceno Medio, quedaron como remanentes las fracturas que inciden casi perpendicularmente al borde continental del Pac�fico, desde la fosa de Colima hasta la porci�n meridional de Am�rica del Sur, en el margen continental de Chile (Figura 16).

Hacia el Pac�fico sur de M�xico y en el Caribe, durante el Eoceno y el Oligoceno Inferior, el bloque Honduras-Nicaragua se sigui� desplazando hacia el noreste, a lo largo de las trazas de las fallas del Sistema Motagua-Polochic. Por otro lado, la fosa o trinchera oce�nica del Oc�ano Pac�fico en M�xico se prolong� hacia el sureste y, a la vez, se extendi� el arco magm�tico insular de Centroam�rica.

En las costas de Venezuela, como ya se mencion�, se desactiv� totalmente la trinchera oce�nica y se form� la falla geol�gica de transcurrencia denominada Oca, para determinar el l�mite sur de la Placa del Caribe.

Hacia el norte, las trincheras de Cuba y de Puerto Rico se reactivaron y las fallas de Bartlett y de Puerto Rico conformaron, en conjunto, el l�mite norte de la Placa del Caribe durante el desplazamiento de �sta hacia el oriente, form�ndose las Antillas Menores.

Figura 16. La antigua dorsal o cordillera oce�nica inferida aparentemente fue asimilada por el continente durante el Oligoceno Medio (30 m. a.), y quedan como testigos las fracturas que inciden en el borde continental del Pac�fico. El arco volc�nico sigui� en retroceso desde el interior del continente hacia el occidente, y la Dorsal o Cordillera del Pac�fico oriental estaba pr�xima al continente.

En la provincia del Golfo de M�xico, las cuencas terciarias siguieron evolucionando con subsidencias continuas durante el Oligoceno y el Mioceno Inferior. Hacia la provincia de la actual Am�rica Central no se manifest� ninguna actividad magm�tica durante este tiempo, debido al cambio en la direcci�n de la Placa del Caribe, o bien a la disminuci�n del �ngulo de subducci�n de la placa oce�nica al ser asimilada la dorsal inferida en el noroeste de M�xico durante el Oligoceno Medio, o quiz� debido a otras causas, a�n en proceso de investigaci�n.

MIOCENO MEDIO-PLIOCENO TEMPRANO (HACE 13 A 4.5 MILLONES DE A�OS)

Durante el Mioceno Medio el margen occidental de la Placa de Norteam�rica traslap� a la Dorsal Oce�nica del Pac�fico oriental, y dio origen a un sistema estructural complejo con dos juntas triples de fracturas y fallas geol�gicas de transformaci�n que, posteriormente, facilitaron el desplazamiento del margen noroccidental de M�xico (Figura 17). Este traslape se manifest� en el continente como un sistema de fosas y pilares elongados y paralelos al margen occidental de M�xico. La evoluci�n de las fosas distensivas permiti� las efusiones de lavas y piroclastos de composici�n andes�tica. La actual Pen�nsula de Baja California fue afectada por las fallas de transcurrencia con movimiento lateral del Sistema San Andr�s. �stas son, evidentemente, la proyecci�n en superficie de las fallas de transformaci�n de la dorsal oce�nica asimilada por el continente.

Hacia el sur, la provincia del Istmo de Tehuantepec alcanz� su m�xima actividad tect�nica a partir del Mioceno, lo cual se refleja en la presencia de rocas volc�nicas y en el r�pido hundimiento del basamento, que a su vez se manifiesta en la formaci�n del Golfo de Tehuantepec. La evoluci�n de esta gran provincia geol�gica es consecuencia de la reactivaci�n del bloqne Honduras-Nicaragua, que se desplazaba a lo largo del sistema de fallas geol�gicas conocido como Motagua-Polochic. Esto provoc� el m�ximo desarrollo del sistema de fallamiento lateral en el Macizo Gran�tico de Chiapas.

Hacia el noreste, en la subplaca chiapaneca, la secuencia estratigr�fica del Mesozoico tambi�n fue afectada por los sistemas de fallas transcurrentes ya mencionados, con orientaci�n noroeste 55° sureste, y a la vez gener� pliegues en forma abanicada.

Figura 17. Durante el Mioceno Medio (13 m. a.) al Plioceno temprano (4.5 m. a.) el borde noroccidental de M�xico traslap� a la Dorsal o Cordillera del Pac�fico oriental, asimilando a la vez a la trinchera oce�nica en esa porci�n. Hacia el sur, la trinchera sigui� activa, lo que se manifest� por el Arco Volc�nico Marginal.

En Guatemala, Burkart (1978) tambi�n detect� e interpret� la deformaci�n de la columna estratigr�fica en t�rminos de la actividad del Sistema Motagua-Polochic, y para ello utiliz� im�genes del sat�lite LANDSAT. El autor explica que desde el Mioceno Medio hasta el Plioceno el movimiento lateral entre los bloques fue de 130 kil�metros. Simult�neamente a la actividad del sistema mencionado, tambi�n actuaban esfuerzos compresivos generados por el desplazamiento de la Placa de Cocos hacia el noreste. Estos provocaron la ruptura del Macizo Gran�tico de Chiapas con sistemas de fractura orientados en esa direcci�n, y la formaci�n de los bloques del basamento limitados por escarpes de fallas que definen al l�mite occidental del Golfo de Tehuantepec.

El frente norte del Macizo Gran�tico pleg� y fall� a las secuencias estratigr�ficas del Mesozoico y, a su vez, el borde sur del macizo fue cabalgado por la secuencia al�ctona sedimentaria ya metamorfizada del Cret�cico Medio y Superior.

La actividad tect�nica mioc�nica en M�xico, en Am�rica Central y el Caribe fue muy importante, particularmente durante el Mioceno Medio. En la zona centromeridional de M�xico existe una gran superficie de traslape de las secuencias estratigr�ficas del Mesozoico sobre las del Terciario. Hacia la provincia del Golfo de M�xico, desde el norte hasta el sur, el basamento del margen continental subsidi� r�pida y simult�neamente con la emersi�n de la Sierra Madre Oriental y de la Sierra de Chiapas. Los sedimentos mioc�nicos de las cuencas del Terciario est�n constituidos por part�culas provenientes de las zonas orog�nicas expuestas y se depositaron conjuntamente con las arcillas y los limos de origen marino. El borde occidental del Banco de Campeche estuvo afectado por fallamientos distensivos, y los sedimentos marinos se acumularon y subsidieron r�pidamente en forma diferencial, con franca tendencia de engrosamiento hacia las porciones occidental y suroccidental del mismo banco. La sal de los mantos jur�sicos subyacentes se inyect� entre los sistemas de fallas y fracturas de los bloques sobreyacentes, migr� hacia la superficie y produjo plegamientos y fallas en los estratos del Terciario.

La r�pida subsidencia secuencial del basamento durante el Mioceno Medio, tanto en las costas de Veracruz, Tabasco y Campeche, como en la parte suroccidental del Banco de Campeche y en la parte occidental de la Pen�nsula de Yucat�n, induce a interpretar un desplazamiento r�pido de esta �ltima provincia geol�gica. Esta secuencia de pulsaciones tect�nicas es a la vez coincidente con la reactivaci�n del sur del Sistema Motagua-Polochic, la cual fue consecuencia del desplazamiento de la Placa del Caribe hacia el oriente franco. Por tal motivo, qued� bien definido el desplazamiento a lo largo de la Falla Oca en el margen continental de Venezuela. Es decir, el movimiento de la Placa del Caribe hacia el oriente reactiv� la Falla Motagua-Polochic, lo que provoc� a su vez que el bloque Maya (Banco de Campeche-Yucat�n) girara en el sentido del movimiento de las manecillas del reloj. De este modo se generaron los sistemas de fallas de transcurrencia que deformaron las rocas del Mesozoico y del Terciario Inferior, y que edificaron la Sierra de Chiapas.

La interpretaci�n que se ha hecho sobre la rotaci�n del bloque de la Pen�nsula de Yucat�n y Campeche tambi�n se apoya en los datos paleomagn�ticos de las rocas volc�nicas en la regi�n de Siguatepeque, en Honduras. Para ello se determin� un �ngulo de rotaci�n de 30° entre los bloques norte y sur del Sistema Motagua-Polochic, lo cual ocurri� desde el Terciario Medio.

La zona de ruptura y de separaci�n con la porci�n sur del Golfo de M�xico, o sea en la Bah�a y Sonda de Campeche (Figura 13), tambi�n se manifiesta en el continente por el cauce del r�o Usumacinta, que separa a la provincia fisiogr�fica plana del Pet�n, en contraste con las monta�as Maya en Guatemala y su continuaci�n hacia el norte, que corresponde al frente de la Sierra de Chiapas en M�xico.

Por ello, el r�o Usumacinta desemboca en la llanura costera del Golfo de M�xico, conservando la misma direcci�n, es decir, hacia el noroeste. En su desembocadura en el Golfo de M�xico, existe una fosa delimitada por los r�os San Pedro-San Pablo y Grijalva en Punta Buey, y San Pedro en Nuevo Campechito. La fosa contin�a hacia la plataforma continental con el mismo rumbo (noroeste) hasta la is�bata de 2600 m b.n.m., en la provincia del Cintur�n de Domos Salinos, entre los ca�ones de Veracruz y de Campeche (Figura 20).

Por otro lado, durante el Mioceno Medio en Am�rica Central continu� el vulcanismo, el arco magm�tico casi se uni� con Am�rica del Sur, y la subplaca del Pac�fico que conformaba a la Protocaribe�a se separ� de la oce�nica de Farall�n. Esta nueva Placa del Caribe se movi� independientemente de la de Farall�n, que se desplazaba hacia el noreste, y la del Caribe, en tr�nsito hacia el oriente franco.

Al borde de la Placa de Am�rica del Sur, en su parte noroccidental, la trinchera oce�nica empez� a desactivarse, y la de Gal�pagos entr� en actividad aparentemente desde el Oligoceno Superior (Figura 18). Esta fractura estaba inicialmente orientada este-noreste, pero adquiri� su orientaci�n franca este-oeste con el cambio en el movimiento de la Placa del Caribe hacia el oriente durante el Mioceno tard�o y el Plioceno temprano. As� se definieron los l�mites de las placas oce�nicas de Cocos y de Nazca, presentes hasta la actualidad.

En el noroeste de M�xico, durante el Mioceno tard�o y el Plioceno temprano, el extremo suroriental de la actual Pen�nsula de Baja California se empez� a separar del resto del continente, y las aguas del Oc�ano Pac�fico penetraron por esta abertura, conform�ndose el protogolfo de California (Figura 18).

Figura 18. En una etapa tect�nica posterior, la porci�n sur de la actual Pen�nsula de Baja California se separ� del resto del continente y las aguas oce�nicas del Pac�fico inundaron esa porci�n. La parte meridional del pa�s se levantaba y se fracturaba, facilit�ndose as� la formaci�n de la Cadena Volc�nica Transversal, desde el Oc�ano Pac�fico hasta el Golfo de M�xico. En el Pac�fico se form� otra cordillera o dorsal conocida como Gal�pagos, que se uni� con la del Pac�fico oriental y dio l�mites a la Placa de Cocos.

Figura 19. Durante el Plioceno y el Cuaternario la actual configuraci�n de M�xico sigui� gobernada por los desplazamientos continuos del continente y de las placas oce�nicas. La Pen�nsula de Baja California se mueve hacia el noroccidente, gobernada por las fallas del Sistema San Andr�s; los m�rgenes meridional y sur del continente, en el Pac�fico, asimilan la corteza oce�nica de la Placa de Cocos. La Pen�nsula de Yucat�n se desplaza en sentido de las manecillas del reloj y el Cintur�n Volc�nico Transmexicano, sigue en actividad desde el Pac�fico hasta el Golfo de M�xico.

PLIOCENO-CUATERNARIO (HACE 4.5 MILLONES DE A�OS A LA �POCA ACTUAL)

A partir del Plioceno (4.5 m. a. ± 0.5), el margen continental se sigui� desplazando hacia el noroeste hasta separarse casi totalmente del resto de M�xico, y dio como resultado la actual Pen�nsula de Baja California (Figura 19) y su mar interior.

El rompimiento y el desplazamiento de la pen�nsula se debieron al movimiento de la Placa de Norteam�rica hacia el occidente, que asimil� a la Dorsal del Pac�fico oriental. Una vez en el interior, los esfuerzos distensivos formaron el Golfo de California. En el fondo centro-meridional del golfo afloran rocas �gneas de composici�n de corteza oce�nica t�pica. Por otro lado, durante los desplazamientos de la Pen�nsula de Baja California hacia el noroeste, de la Placa de Norteam�rica hacia el occidente, de la de Cocos hacia el noreste y la del Caribe hacia el oriente, la porci�n media de M�xico se convirti� en una zona de debilidad cortical con una expresi�n estructural conocida como Cintur�n Volc�nico Transmexicano (CVT), cuya mayor actividad magm�tica se manifest� durante el Plio-Cuaternario (Figuras 11 y 19). Sin embargo, existen evidencias de vulcanismo precursor en diferentes sectores del mismo complejo volc�nico.

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