IV. CINTUR�N VOLC�NICO TRANSMEXICANO

CUATERNARIO

Pleistoceno-Holoceno

(1.5 millones de a�os al presente)

EN UNA imagen fotogr�fica tomada desde un sat�lite, el Cintur�n Volc�nico Transmexicano (CVT) constituye una expresi�n fisiogr�fica con una extensi�n de unos 920 km (Figura 20), que bisecta a la porci�n intermedia de la Rep�blica Mexicana desde el Oc�ano Pac�fico hasta el Golfo de M�xico, es decir, desde Bah�a Banderas en el estado de Jalisco, hasta Punta Delgada es el estado de Veracruz. La zona volc�nica del CVT en su extensi�n norte-sur es variable; en su porci�n central, desde la ciudad de San Luis Potos� hasta el poblado de Chaucingo en el estado de Morelos, tiene alrededor de 400 km; mientras que entre el poblado de Teziutl�n, Puebla y la ciudad de Orizaba, Veracruz, hacia el Golfo de M�xico, tiene aproximadamente 100 kil�metros.

Figura 20. La provincia geol�gica mexicana es tect�nicamente activa por los procesos mencionados en la figura anterior. En esta ilustraci�n se manifiestan rocas volc�nicas del Plio-Cuaternario (zonas negras), que est�n asociadas con el gran fracturamiento que afecta a todo el pa�s. En el esquema inferior se ilustra el abombamiento del Cintur�n Volc�nico Transmexicano, constituido por sistemas de bloques limitados por fracturas y fallas de tensi�n; el conjunto rocoso es volc�nico.

La provincia tect�nica del CVT est� en proceso de emersi�n, afectada por esfuerzos distensivos que generan sistemas estructurales de fosas y pilares en algunos lugares complejos, y cuyo arreglo geomorfol�gico es el de un desarrollo numeroso de valles escalonados hacia el centro del CVT. Muchos de estos valles est�n elevados, por ejemplo, en los estados de Nayarit y Colima, en la Cuenca de Colima, al occidente de M�xico, tienen una altitud de unos 400 metros sobre el nivel del mar y se elevan hasta unos 2600 metros en las cuencas de Toluca y Tlaxcala (Figura 21).

Se han distinguido cuatro regiones geomorfol�gicas mayores en las que se localizan grandes fosas tect�nicas: 1) Tepic-Chapala, 2) Colima, 3) Michoac�n, y 4) cuencas de Toluca, de M�xico, de Puebla-Tlaxcala y la Oriental. Estas regiones de grandes planicies contienen sedimentos lacustres, aluviales, fluviales y volcano-sedimentarios (tobas, piroclastos arenosos y breccias); la secuencia sedimentaria est� interestratificada e interdigitada con derrames volc�nicos de diferente composici�n mineral�gica y qu�mica, emitidas en distintas �pocas.

La mayor actividad volc�nica en el CVT se manifest� en el Plio-Cuaternario, por lo que al CVT se le considera de esta edad. A las rocas volc�nicas oligo-mioc�nicas que les subyacen se les asocia con la prolongaci�n de la Sierra Madre Occidental. Sin embargo, existen evidencias locales en los estados de Michoac�n y Jalisco, que se�alan que el vulcanismo pre-Plio-Cuaternario y el Plio-Cuaternario forman parte del CVT, ya que las secuencias volc�nicas estudiadas en esta regi�n son similares al resto de las rocas �gneas que constituyen al CVT. Los dos periodos de vulcanismo, del Oligoceno-Mioceno y del Plioceno-Cuaternario, est�n separados por una etapa de inactividad volc�nica. El intervalo de estabilidad en la regi�n de los Humeros, Michoac�n, comprende desde el cese de la actividad, hace 3 500 000 de a�os, hasta su reactivaci�n, hace 1 000 000 de a�os. Sin embargo, estas desactivaciones volc�nicas no son consistentes geocronol�gicamente, puesto que var�an en magnitud y de un lugar a otro, en el tiempo y en el espacio.

Figura 21. La estructura del Cintur�n Volc�nico Transmexicano est� constituida por valles y cuencas, con altitudes que var�an desde unos 400 metros sobre el nivel del mar (Cuenca de Colima), hasta m�s de 2 600 metros (cuencas de Toluca y Tlaxcala). Esta zona, como toda la estructura del CTV,est� gobernada por sistemas de fracturas y de fallas de tensi�n, por lo que es s�smicamente activa.

La inactividad volc�nica que se menciona no es de la misma edad en todo el CVT; en las inmediaciones de la Caldera de la Primavera, en el estado de Jalisco, la interrupci�n volc�nica ocurri� hace 3 000 000 de a�os y se reactiv� hace 1 000 000 de a�os.

Por otro lado, se han encontrado rocas volc�nicas andes�ticas del Oligoceno en los estados de Nayarit y Jalisco, y del Oligoceno y del Mioceno tard�o en la Sierra de Juanacata, estado de Jalisco. Tambi�n se detectaron evidencias de vulcanismo en la fosa de Tepic, desde el Eoceno hasta el Reciente. Particularmente, en la cuenca de M�xico, desde hace unos 25 a�os se determin� la secuencia estratigr�fica volc�nica que descansa sobre rocas fluviales y aluviales del grupo Balsas del Eoceno Medio y Oligoceno Inferior, y que a su vez est�n intercaladas con rocas volc�nicas andes�ticas del Oligoceno Medio-Superior.

De acuerdo con los diferentes criterios que del CVT se tienen, se llega a la conclusi�n de que las zonas de expulsi�n l�vica han migrado a trav�s del tiempo geol�gico, y que su composici�n tambi�n ha variado. Estos cambios de posici�n de los focos magm�ticos del CVT, as� como sus diversidades de composici�n qu�mica y mineral�gica, posiblemente reflejen as variaciones de angularidad y de profundidad que tienen las dos placas entre s�: la oce�nica del Pac�fico (Placa de Cocos), respecto a la continental de Norteam�rica. Hay otros par�metros significativos, tales como la velocidad del desplazamiento relativo entre ambas placas y el tiempo de subducci�n (edad de las placas). Estos factores geol�gicos han dado como resultado que en la provincia en menci�n se reconozcan cuando menos dos etapas mayores de vulcanismo: durante el Oligoceno-Mioceno y el Plioceno-Cuaternario.

Las causas de la movilidad y de la actividad volc�nica que ha manifestado el CVT durante toda su historia evolutiva han estado �ntimamente relacionadas con la geodin�mica propia de la Placa de Norteam�rica y con la influencia de las de Cocos y del Caribe.

Las explicaciones sobre el origen de esta provincia tectono-volc�nica son diversas. Algunos ge�logos proponen al CVT como una antigua fisura reactivada del basamento continental; otros m�s lo consideran como la continuaci�n de una fisura oce�nica de la Dorsal del Pac�fico oriental asimilada por el continente. Tambi�n se ha considerado al CVT como un fracturamiento continental con esfuerzos distensivos —producidos por otras placas aleda�as— generan sistemas de fosas. La teor�a m�s com�n sobre el origen del CVT, es aquella que lo relaciona con el modelo de Arco Volc�nico Intracontinental, debido a la asimilaci�n de la Placa de Cocos por la placa continental.

El CVT tiene caracter�sticas geol�gicas multigen�ticas, puesto que aparenta ser consecuencia del desplazamiento sucesivo de las tres placas tect�nicas mencionadas, desplazamiento en el que la Placa de Cocos obstaculiza el movimiento de la de Norteam�rica, dando origen a una fisura cortical. En esta zona de debilidad se manifiesta la expulsi�n volc�nica como producto de la subducci�n o asimilaci�n de la Placa de Cocos; as� el CVT contin�a en emersi�n, por lo que se generan esfuerzos distensivos de occidente a oriente, que dan origen y forman la fosa de Bah�a de Banderas, los grabenes de Chapala y de Cuitzeo, las cuencas de Toluca, de M�xico, de Puebla-Tlaxcala y la oriental, que se prolonga hasta Punta Delgada en el estado de Veracruz (Aguayo y Mar�n, 1987). La ruptura cortical en Bah�a de Banderas pudo ser propiciada por la Placa Rivera, que al ser subducida actu� como cu�a e hizo que, en la regi�n de Cabo Corrientes se manifestaran sistemas conjugados de fallas y de fracturas que son sumamente complejos (Figura 12).

Debido a la subducci�n de la Placa de Cocos y a la efusi�n del magma hacia la superficie, los primeros esfuerzos fueron compresivos y produjeron estratovolcanes generalmente de composici�n variable: andesitas, riolitas y dacitas. Durante este proceso la provincia tect�nica del CVT sigui� su desarrollo y pas� por etapas sucesivas de distensi�n con vulcanismo, erosi�n y sedimentaci�n aluvial, fluvial y lacustre. Cuando los bloques de origen distensivo se conformaron escalonadamente hacia la porci�n central del CVT, se presentaron otros episodios volc�nicos de tipo explosivo con lavas y piroclastos de composici�n b�sica a intermedia (Figura 20).

La composici�n de las rocas volc�nicas a lo largo del CVT var�a de acuerdo con la lejan�a y el �ngulo de incidencia con la Trinchera de Acapulco. Por ejemplo, en la parte occidental del CVT (Tepic-Chapala) se identificaron rocas de composici�n muy variable y sin embargo relacionadas con la subducci�n de la Placa Rivera. A los productos del vulcanismo de las porciones central y oriental del CVT se les asocia con la subducci�n de la Placa de Cocos; entre ellos se han identificado algunas variaciones qu�micas de los magmas, debidas a los cambios en �ngulos de incidencia y al espesor de la placa oce�nica; �sta es cada vez m�s antigua a medida que se avanza hacia el oriente (con m�s de 4 000 000 de a�os).

Tambi�n se ha determinado la direcci�n de los mecanismos focales de los sismos someros de 0-76 km de profundidad, en las costas del Pac�fico en M�xico, y se ha concluido que la Placa de Cocos tiende a avanzar hacia el noreste, con �ngulos de inclinaci�n que var�an normalmente entre 31° y 41°. As� se ha conocido que los �ngulos de inclinaci�n de la placa oce�nica ampliamente asimilada bajo el continente tambi�n son variables; por ejemplo, en las cercan�as del volc�n de Colima, el �ngulo es de 30° entre Toluca, Estado de M�xico, hasta San Andr�s Tuxtla, Veracruz, el �ngulo es de 20° en contraste, en las inmediaciones del volc�n Chich�n, en Chiapas, la zona est� inclinada m�s de 40°.

En s�ntesis, de acuerdo con el conocimiento actual que se tiene sobre el origen del CVT y su evoluci�n, �ste manifiesta diferentes condiciones tect�nicas y estructurales a lo largo y a lo ancho de todo su sector de emplazamiento. Estas diferencias se deben definitivamente al desplazamiento diferencial que existe entre las placas de Norteam�rica y la del Caribe, y que est� afectado, a su vez, por la subducci�n de las placas de Cocos y de Rivera desde el Mioceno tard�o (Figura 13).

A pesar de que la m�xima actividad tect�nica e �gnea del Cintur�n Volc�nico (CVT) ocurri� durante el Plio-Cuaternario y el Reciente, el fracturamiento y fallamiento se inici� previamente, durante el Mioceno Medio, cuando la antigua dorsal del Pac�fico oriental fue asimilada por el margen occidental de la placa continental, o sea, hace 13 000 000 de a�os.

InicioAnteriorPrevioSiguiente