EPÍGRAFE

Corre el tren. Atrás queda la ciudad soñada por De Chirico. Déjeme que le diga que el fino tren de cuerda parece avanzar entre hierbas, puentes, estaciones, desfiladeros y montañas de juguete. Si hemos de oír alguna música será la habitual musiquilla alegre de tren en marcha (Villalobos), pero debajo de ella un crecer musical ominoso e inquietante que deforma el sentido de la melodía del trenecito...
Ámbar, HUGO HIRIART

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