INTRODUCCI�N
Antes de iniciar un repaso de la historia de la medicina conviene hacer un intento por definirla. Con frecuencia se dice que la medicina es un arte y que el m�dico es un artista, pero tambi�n se habla de la medicina cient�fica y del m�dico como un hombre de ciencia. Incluso el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Espa�ola define as� la palabra "medicina":
Medicina. Ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano.
Una forma de intentar resolver el dilema de si la medicina es ciencia o arte es comparar los m�todos de trabajo, los objetivos y las metas de los m�dicos, de los cient�ficos y de los artistas. Respecto a los m�todos de trabajo, los tres personajes se enfrentan a sus respectivos problemas (el enfermo, la pregunta cient�fica, la expresi�n art�stica) con experiencias previas que les permiten imaginar o intuir correctamente la soluci�n (el diagn�stico correcto, la hip�tesis adecuada o la mejor creaci�n est�tica); en cierto sentido, los tres requieren creatividad, o sea la capacidad para concebir configuraciones novedosas a partir de un m�nimo de elementos iniciales. Otra caracter�stica com�n en el trabajo de los tres personajes es su destreza t�cnica, su habilidad experta para manipular la naturaleza de manera no s�lo precisa y exacta sino tambi�n elegante y hasta bella. Sin embargo, los objetivos de los tres personajes son distintos: el m�dico intenta curar a su paciente individual o preservar su salud (o la de la comunidad), el cient�fico trata de crear un esquema aceptable trabaja para generar metas de la medicina, de la ciencia y del arte son diferentes: la medicina persigue la salud, la ciencia el conocimiento, y el arte la emoci�n est�tica.
La respuesta a la pregunta que encabeza este apartado es que las dos cosas: es ciencia y es arte, pero tambi�n es algo m�s. Es ciencia desde que esta disciplina, tal como se conoce actualmente, se inici� en el siglo
XVI
(de hecho, la ciencia empieza en 1543 con la publicaci�n de dos libros: uno de anatom�a la Fabrica de Vesalio y el otro de astronom�a, el De Revolutionibus de Cop�rnico); tambi�n es arte, pero no tanto en el sentido de artista sino m�s bien en el de artesano, en el de un oficio que requiere el dominio de conocimientos te�ricos y de habilidades t�cnicas que se adquieren con la pr�ctica. Pero la medicinaa no s�lo es ciencia y es arte: tambi�n es algo m�s, y la identifica como una actividad humana singular . La medicina es la �nica profesi�n dedicada a lograr que hombres y mujeres vivan y mueran sanos lo más tarde posible. Para ello, los m�dicos se ocupan de tres cosas: 1) de la conservaci�n de la salud, 2) de la curaci�n de las enfermedades, y 3 ) de evitar las muertes prematuras. Estas tres metas no son alternativas sino complementarias, y pueden contemplarse al nivel intelectual o colectivo.1) Las medidas dirigidas a la conservaci�n de la salud se conocen como profil�cticas y son de dos tipos: las que promueven la salud (ejercicio f�sico, dieta) y las que previenen las enfermedades (saneamiento ambiental, vacunas).
2) El manejo m�dico o quir�rgico de las enfermedades es la terap�utica, y su objetivo es devolverle la salud al enfermo y reintegrarlo a una vida normal.
3) Finalmente, la medicina no es enemiga de la muerte; si as� fuera, la medicina siempre ser�a derrotada; lo que ella combate son las muertes evitables o prematuras, que a partir del siglo
XVI
han ido disminuyendo progresivamente gracias al avance de los conocimientos en profilaxis y en terap�utica. La medicina acepta (� y m�s le vale! ) que al final la muerte siempre es inevitable, porque es parte de la condici�n humana.Pero la profilaxis, la terap�utica y la lucha contra las muertes evitables o prematuras no agotan todo lo que la medicina es: falta la manera o estilo como los m�dicos realizan tales acciones, que puede ser de cuatro formas distintas: 1) con atenci�n rigurosa a las reglas cient�ficas que se aplican en el caso particular, 2) con gran cari�o y apoyo emocional a los seres humanos afectados, 3) con una mezcla saludable de 1 y 2, y 4) con ignorancia cient�fica, desapego emocional e impaciencia burocr�tica por terminar lo antes posible con la experiencia. Aunque estos cuatro tipos de m�dicos existen hoy y han existido siempre, a lo largo de toda la historia de la humanidad (no porque sean m�dicos sino porque son miembros de la especie Homo sapiens sapiens), desde hace 25 siglos persiste vigente el aforisma hipocr�tico sobre la verdadera naturaleza de la acci�n m�dica:
Curar algunas veces, ayudar con frecuencia, consolar siempre.