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2 Desde los tiempos de las radiografías, el avance de las técnicas para examinar el cerebro en vivo ha sido espectacular. La tomografía computarizada (de tomos, sección, corte) permite, mediante una serie de detectores y una reconstrucción computarizada de sus señales, obtener imágenes del cerebro en secciones de menos de 1 mm. Dependiendo de la fuente de estimulación del cerebro se obtienen distintos tipos de topografías. La tomografía computarizada clásica utiliza rayos X como fuente de estímulo. La tomografía de positrones utiliza elementos químicos que forman parte de las propias moléculas del tejido nervioso, como el oxígeno, el nitrógeno o el hidrógeno, pero que emiten electrones cargados positivamente (positrones) que son radiactivos, permitiendo así su seguimiento. Otra técnica muy útil es la de resonancia magnética nuclear, basada en el hecho de que los núcleos de los átomos absorben energía en presencia de un campo magnético y que, al cesar la señal, se convierten a su vez en emisores radiomagnéticos. Al detectar esta emisión pueden observarse diferencias muy pequeñas en la estructura del tejido, en este caso, del cerebro.

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