V.3. ERNST MACH
Aunque para los fil�sofos generales (si es que existe tal categor�a) Comte es el padre y el m�ximo sacerdote del positivismo, para los fil�sofos de la ciencia el positivista m�s profundo y depurado es Ernst Mach (1838-1916), quien naci� en Taras, Moravia (hoy Rep�blica Checa pero entonces parte del Imperio austro-h�ngaro) y estudi� matem�ticas y f�sica en Viena. A los 26 a�os de edad fue nombrado profesor de matem�ticas en la Universidad de Graz, tres a�os m�s tarde pas� a Praga como profesor de f�sica, en 1885 lleg� a Viena como profesor de historia y teor�a de las ciencias inductivas, y en 1901 ingres� a.la c�mara alta del parlamento austriaco; falleci� en Haar, cerca de Munich, a los 78 a�os de edad. La diversidad de sus intereses acad�micos contrasta con la imagen estereotipada que tenemos del Herr Geheimrrat alem�n, en vista de que hizo contribuciones originales en ac�stica, �ptica, percepciones sensoriales en general y est�tica, as� como en electricidad, mec�nica, hidrodin�mica y termodin�mica, adem�s de sus estudios fundamentales en historia y filosof�a de la ciencia; tambi�n escribi� sobre otros temas tan diferentes como la qu�mica de la maduraci�n de las uvas, el sitio de los cl�sicos en la educaci�n secundaria, y la fotograf�a de los proyectiles en pleno vuelo. Tal amplitud de intereses no traduc�a un simple diletantismo, sino todo lo contrario: Mach estaba convencido de que la divisi�n de la ciencia en especialidades como f�sica, qu�mica o psicolog�a es artificial y arbitraria, adem�s de ser peligrosa, si se toma como algo m�s que una mera conveniencia pr�ctica. En el desarrollo de su filosof�a positivista, Mach alcanz� el concepto que subtiende al C�rculo de Viena, a la Escuela de Berl�n y a la Enciclopedia universal de la ciencia unificada, uno de los m�s grandes proyectos de la escuela conocida como positivismo l�gico. De hecho, la primera organizaci�n p�blica que formaron varios futuros miembros del C�rculo de Viena se registr� con el nombre de "Ernst Mach Verein", o sea "Sociedad Ernst Mach''. William James, quien lo visit� en 1882 en Praga, dijo que le parec�a que Mach hab�a le�do todo y pensado en todo.
Ernst Mach (1838-1916).
En contra de lo que pudiera pensarse, la relaci�n entre Comte y Mach no fue directa ni importante; aunque en una ocasi�n Mach se refiere a la ley de las tres etapas del conocimiento como si la tomara en serio, su formaci�n tuvo un car�cter mucho m�s riguroso y experimental que el de Comte, y Mach nunca se apart� del terreno cient�fico para internarse en el de la pol�tica o la sociolog�a, y mucho menos en la religi�n. Pero su epistemolog�a es estrictamente fenomenol�gica, su rechazo de toda metaf�sica es rotundo y total, y su insistencia en el enfoque hist�rico de la filosof�a de la ciencia es sistem�tica. Estas razones, junto con las mencionadas arriba, justifican de sobra que se incluya a Mach entre los positivistas, aunque en un momento veremos que tambi�n ha sido considerado como operacionista o instrumentalista. El uso de estos t�rminos sugiere que se trata de escuelas bien definidas y f�cilmente distinguibles entre s�, pero la realidad es otra; ya hemos mencionado que se reconocen diferentes variedades o tipos de positivismo, dependiendo de la amplitud de la manga dentro de la que se acomodan. Mach parece haber llegado a su postura filos�fica esencial a los 17 a�os de edad, por medio de un episodio semejante a una "revelaci�n" religiosa, estimulada por la lectura de Kant dos a�os antes; en sus propias palabras:
Repentinamente, comprend� lo superfluo de papel desempe�ado por la "cosa en s�". En un d�a brillante de verano y al aire libre, de pronto el mundo y mi ego se me presentaron como una masa coherente de sensaciones... Todos los que han le�do a Kant estar�n de acuerdo en que pretender entenderlo a los 15 a�os puede tener consecuencias graves e indelebles; esto parece ser lo que ocurri� con Mach, quien pas� el resto de su vida tratando de explicarse el sentido y las implicaciones de la visi�n del universo y de su yo, como una "masa coherente de sensaciones". Otro fil�sofo que tuvo una profunda influencia en las ideas de Mach fue Berkeley, a quien se encontr� por primera vez en el Ap�ndice de los Proleg�menos de Kant, la permeaci�n de la filosof�a de Mach por ciertos postulados de Berkeley es tan completa que algunos autores consideran m�s bien al idealista obispo irland�s, en lugar del positivista fil�sofo franc�s, como su verdadero precursor. Es muy probable que Mach hubiera aceptado el "Esse est percipit" "de Berkeley, pero en cambio es seguro que hubiera rechazado la noci�n de que Dios se encargaba de evitar que su fenomenolog�a empirista radical se transformara en un solipsismo est�ril. Mach tambi�n elimin� de su sistema filos�fico cient�fico al cartesianismo, de modo que todas las leyes y principios de la ciencia se basan exclusivamente en la experiencia, que para �l significa un conjunto de sensaciones. Los conceptos cartesianos a priori no existen, los imperativos categ�ricos kantianos son entidades ficticias, lo �nico que debe creerse es lo que puede experimentarse.
De acuerdo con esta posici�n, los elementos esenciales del conocimiento son las sensaciones; por lo tanto, lo que debe promoverse es la determinaci�n de las relaciones entre los distintos tipos de sensaciones. �ste parece un programa positivista a la Comte, pero la filosof�a de Mach era fundamentalmente monista; lo que ped�a era la eliminaci�n definitiva de cualquier remanente metaf�sico y el apego fiel a las circunstancias emp�ricas actuales. En este rengl�n, Mach se acerca al operacionismo, cuando se�ala que ciertos conceptos cient�ficos se basan en sensaciones espec�ficas:
Postulo que cada concepto f�sico s�lo representa un cierto tipo definido de conexi�n con los elementos sensoriales... Tales elementos... son los materiales m�s simples con los que se construye el mundo flisico, y tambi�n el psicol�gico. Con esta base, Mach rechaza de la ciencia, igual que Comte, todo aquello que no se deriva de nuestras sensaciones. Pero para un f�sico experimental metido a fil�sofo, tal posici�n ten�a a fines del siglo
XIX
muchos m�s bemoles que para un matem�tico y astr�nomo metido a fil�sofo a principios del mismo siglo. Comte pod�a darse el lujo de negarle existencia cient�fica a los �tomos, pero para Mach esto era mucho m�s problem�tico porque en su tiempo, aunque todav�a no demostrable objetivamente, el �tomo ya serv�a para comprender y coordinar una masa enorme de datos emp�ricos; por ejemplo, es m�s f�cil recordar la composici�n qu�mica de las sustancias por su f�rmula que por su peso molecular, a pesar de que era este �ltimo el que se determinaba en forma m�s o menos directa. Esto podr�a explicar que Mach, aunque por un lado excluye formalmente a "todo lo que nos representamos adem�s de las apariencias", o sea a las hip�tesis o teor�as, por otro lado las deja entrar subrepticiamente por la puerta falsa, diciendo que s�lo son f�rmulas o "memoria technica", con valor puramente did�ctico o heur�stico, pero sin existencia real. De hecho, el uso de conceptos no emp�ricos para facilitar la predicci�n de fen�menos registrables como sensaciones objetivas, o sea como instrumentos imaginarios de toda investigaci�n que contribuya a obtener resultados reales, es muy anterior a Mach: es otra forma de describir la doctrina medieval de que deben "salvarse las apariencias". Pero tambi�n explica que, ocasionalmente, la filosof�a positivista de la ciencia de Mach haya sido calificada de "instrumentalista".�ste no es el momento de examinar cr�ticamente al instrumentalismo, pero conviene se�alar que tal postura filos�fica renuncia a explicar los fen�menos observados; de acuerdo con los instrumentalistas, la funci�n de las hip�tesis y teor�as es �nicamente la de facilitar la descripci�n objetiva de los hechos. Recordemos que la definici�n de Mach de la ciencia enfatizaba, como su caracter�stica m�s sobresaliente la m�xima econom�a en la descripci�n del mayor n�mero de hechos. De hecho, se ha dicho que el concepto de ciencia de Mach era "la expresi�n del m�ximo de conocimientos con el m�nimo de esfuerzo". Pero si las hip�tesis y teor�as cient�ficas s�lo funcionan como "memoria technica", si s�lo son instrumentos para generar conocimientos y no poseen realidad objetiva, resulta dif�cil concederles alg�n sentido o significado propio. Se trata de estrategias dise�adas para alcanzar objetivos que no s�lo no las incluyen sino que las rebasan. No nos dicen nada respecto a la realidad sino que su mensaje se limita a se�alar regularidades en nuestras sensaciones.
Mach sab�a todo esto, pero tambi�n sab�a otras cosas. En su tiempo se promulg� la teor�a darwiniana de la evoluci�n por medio de la selecci�n natural. Ning�n cient�fico que se respetara pod�a mantenerse al margen de esta teor�a, y Mach se ten�a un enorme respeto. Por lo tanto, procedi� a incorporar no s�lo el lenguaje sino tambi�n las ideas de Darwin en su filosof�a de la ciencia, se�alando que puede suponerse que ciertas hip�tesis o teor�as cient�ficas no se adapten satisfactoriamente a los hechos, mientras que otras s� lo hagan; la consecuencia natural ser�a que las hip�tesis bien adaptadas a la realidad sobrevivieran y que las incongruentes con ella desaparecieran. Adem�s, algunos pensamientos pueden estar m�s o menos adaptados a otros y cuando lo primero es lo que ocurre, el resultado es una buena teor�a. De esta manera logr� Mach reintroducir las hip�tesis y teor�as en su esquema positivista de la ciencia, despu�s de haberlas expulsado con su rechazo inicial de la metaf�sica.
Sin embargo, con este giro biologista, Mach realmente cambi� su esquema filos�fico de la realidad: como positivista comtiano, su mundo estaba constituido nada m�s por sensaciones y las relaciones entre ellas, mientras que como positivista darwiniano, estaba aceptando que tambi�n exist�an pensamientos y "hechos", a los que las ideas pod�an estar m�s o menos adaptadas. Cohen ha se�alado que esto nos permite distinguir a dos Mach, uno, el austero e inflexible fenomen�logo, nominalista y reduccionista, y el otro, el fil�sofo menos r�gido y menos opuesto al sentido com�n, que aceptaba hip�tesis y teor�as, junto con un mundo real m�s all� de las sensaciones que produce.
Finalmente, conviene se�alar otro aspecto de la filosof�a de la ciencia de Mach directamente relacionado con su concepto del m�todo cient�fico. Me refiero a los llamados Gedankenexperimenten o "experimentos mentales", que en los escritos de Mach desempe�an un importante papel. Como investigador activo, Mach sab�a muy bien que ni �l ni sus colegas cient�ficos llegaban a sus laboratorios a hacer experimentos sin ideas preconcebidas, sino todo lo contrario; los experimentos eran la etapa final de un proceso largo y cuidadoso de an�lisis conceptual, de clarificaci�n de las ideas, de dise�o de distintas opciones y de selecci�n de las m�s viables por medio de confrontaciones con ciertas circunstancias cr�ticas generales. S�lo al final de este proceso, cuando ya no es posible distinguir entre varias hip�tesis para explicar un fen�meno dado, en funci�n de la informaci�n conocida, se procede a dise�ar un experimento cuyo resultado permita tal distinci�n. A toda la parte te�rica de este proceso es a lo que Mach llamaba "experimentos mentales", se�alando adem�s que ten�an un elevado valor pedag�gico y que su costo era m�nimo. En a�os ulteriores, el concepto de "experimento mental se ha hecho menos amplio y dentro de toda esa actividad te�rica se ha intentado separar de la definici�n de conceptos, de la generaci�n de hip�tesis y de su an�lisis comparativo, quedando reducido el "experimento mental" a las preguntas y las respuestas te�ricas (estas �ltimas basadas en informaci�n existente) que permiten descartar una o m�s de las hip�tesis propuestas para explicar una relaci�n entre dos o m�s hechos, o la existencia de un fen�meno. En condiciones ideales (o por lo menos favorables), despu�s de realizado un "experimento mental", el siguiente paso ser�a un "experimento crucial", o sea un dise�o de manipulaci�n de la naturaleza cuyo resultado permitir�a discriminar entre las hip�tesis que no pudieron distinguirse por medio del "experimento mental". Los "experimentos mentales" son episodios de cerebraci�n, que pueden llevarse a cabo en posici�n supina en el dormitorio o (mejor a�n) en la playa, con los ojos entrecerrados y con m�nimo ejercicio muscular, mientras que los "experimentos cruciales" son manipulaciones de la naturaleza que s�lo pueden realizarse en el laboratorio o en el campo, casi siempre en posici�n erecta o sentada, con los ojos bien abiertos y con un gasto de energ�a f�sica que oscila entre moderado y exhaustivo.