V.2. AUGUSTE COMTE

El t�rmino "ciencia positiva" fue usado por primera vez por Madame de Stael alrededor de 1800 y adoptado posteriormente por Saint-Simon, el precursor del socialismo. Auguste Comte (1788-1857) naci� en Montpellier, Francia, en el seno de una familia estrictamente cat�lica y defensora de la monarqu�a; sin embargo, a los 14 a�os de edad el joven Comte anunci� que ya no cre�a ni en Dios ni en el rey. A los 26 a�os de edad se inscribi� en la �cole Polytechnique, fundada en 1794 para educar ingenieros militares pero que r�pidamente se hab�a transformado en una excelente escuela de ciencias avanzadas; aqu� Comte se dedic� con ah�nco a sus estudios de matem�ticas y astronom�a, bajo la gu�a de Carnot, Lagrange y Laplace, entre otros. Sin embargo, dos a�os m�s tarde (en 1816) fue expulsado cuando la escuela se reorganiz� sobre bases mon�rquicas, pero en lugar de regresar a Montpellier se qued� en Par�s, donde sobrevivi� por medio de clases privadas de matem�ticas y bajo la influencia de los id�ologues, como Cabanis, Destutt de Tracy y Volney. En 1817 se hizo secretario de Saint-Simon y permaneci� en ese puesto los siete a�os siguientes, hasta que se separaron ferozmente peleados; de todos modos, en esos siete a�os Comte absorbi� muchas de las ideas de Saint-Simon, que posteriormente pasar�an a primer plano en su filosof�a positiva.

En 1826 Comte anunci� un curso privado que atrajo oyentes tan ilustres como Humboldt, Fourier, Esquirol y Blainville; desafortunadamente, despu�s de la tercera conferencia Comte sufri� un ataque de locura que dur� m�s de un a�o, al cabo del cual se deprimi� de manera tan profunda que intent� suicidarse arroj�ndose al Sena de donde por fortuna fue rescatado. En 1828 reanud� su famoso curso, que empez� a publicarse en 1830 y se termin� 12 a�os m�s tarde; en ese lapso Comte tambi�n dict� un curso anual gratuito sobre astronom�a, fue encarcelado por rehusarse a ingresar a la guardia nacional mon�rquica, y se divorci� de su esposa, una mujer con la que se hab�a casado muy joven, que lo hab�a cuidado durante su periodo de locura, y que incluso hab�a tenido que contribuir a los ingresos familiares ejerciendo la prostituci�n. En 1845 Comte conoci� a Clotilde de Vaux y se enamor� de ella, pero la relaci�n (que produjo un impacto indeleble en Comte y cambi� su filosof�a) solamente dur� un a�o, debido al fallecimiento de Clotilde. Esta tragedia se agreg� a su precaria situaci�n econ�mica, que hab�a contado con el apoyo generoso de varios mecenas ingleses (gestionado por John Stuart Mill, quien admiraba a Comte) pero que lo hab�an suspendido en vista de que Comte adopt� la arrogante pose de un "alto magistrado moral" lo que tambi�n molest� a Mill, quien dej� de escribirle. Comte continu� viviendo en la penuria hasta 1848, cuando se hizo tan insostenible que uno de sus alumnos m�s distinguidos, el famoso Emil Littr�, public� una solicitud de suscripciones para apoyar los trabajos de Comte, que obtuvo una generosa respuesta. Debe mencionarse que uno de los suscriptores fue Mill, y que el mismo Littr� sigui� colaborando generosamente en la empresa aun despu�s de haberse distanciado de Comte, en vista del insufrible car�cter de �ste. En sus �ltimos a�os, Comte transform� su filosof�a positiva en un sistema religioso, organizado en gran parte siguiendo la estructura de la Iglesia cat�lica, con escrituras sagradas, templos, servicios, santos y dem�s, pero el Ser Superior que se veneraba era la humanidad y el papa de esta iglesia era el propio Comte; entre los santos se mencionaba a Newton, Galileo, Gutenberg, Shakespeare, Dante, Julio C�sar y Clotilde de Vaux. Naturalmente, el catecismo de esta iglesia fue publicado por Comte, en 1852; cuatro a�os m�s tarde todav�a public� una �til S�ntesis subjetiva de muchas de sus ideas pol�ticas y sociales, y al a�o siguiente muri� de c�ncer, en la misma situaci�n de abyecta pobreza en que vivi� la mayor parte de su vida.

Auguste Comte (1788-1857).

Desde el principio de sus trabajos cient�ficos, Comte sostuvo que su m�xima utilidad estaba en el campo de las ciencias sociales, que �l llamaba primero "f�sica social" y despu�s bautiz� como "sociolog�a". En su famoso Curso de filosof�a positiva Comte tiene dos objetivos principales: en primer lugar, demostrar la necesidad y la propiedad de una ciencia de la sociedad, y en segundo lugar, mostrar a las distintas ciencias como ramas de un solo tronco, o sea darle a la ciencia la categor�a que hasta entonces era propia de la filosof�a. Comte basa sus postulados en su estudio de la historia de la ciencia, en lo que coincide con Whewell. El Curso se inicia con el enunciado de la famosa ley de las tres etapas, seg�n la cual todo concepto, rama del conocimiento o ciencia, pasa por las siguientes tres etapas sucesivas:

1) la etapa teol�gica, en la que
...la mente humana, orientando su b�squeda a la naturaleza del ser, a las causas primeras y finales de todos los efectos que contempla, en una palabra, al conocimiento absoluto, ve los fen�menos como productos de la acci�n directa y continua de agentes sobrenaturales m�s o menos numerosos, cuya intervenci�n arbitraria explica todas las aparentes anomal�as del universo.

2) La etapa metaf�sica, que
... en el fondo, es una simple modificaci�n de la teol�gica, en donde los agentes sobrenaturales son reemplazados por fuerzas abstractas, verdaderas entidades (abstracciones personificadas) inherentes en los varios tipos del ser y concebidas como capaces por s� mismas de engendrar todos los fen�menos observados, cuya explicaci�n consiste en asignarle a cada uno su entidad correspondiente.

3) La etapa positiva, en donde
... la mente humana, reconociendo la imposibilidad de alcanzar conceptos absolutos, abandona la b�squeda del origen y el destino del universo, y de las causas internas de los fen�menos y se limita al descubrimiento, por medio de la raz�n y la observaci�n combinadas, de las leyes que gobiernan la secuencia y la semejanza de los fen�menos. La explicaci�n de los hechos, ahora reducidos a sus t�rminos reales, consiste en el establecimiento de una relaci�n entre varios fen�menos particulares y unos cuantos hechos generales, que disminuyen en n�mero con el progreso de la ciencia.

En la etapa teol�gica lo que se busca es una causa primaria, en la etapa metaf�sica se persigue una esencia, y en la positiva (nosotros dir�amos cient�fica), lo que se establece es una ley. En 1866, en un folleto escrito en defensa de su maestro, un disc�pulo de Comte ofreci� la siguiente ilustraci�n de las tres etapas:
Tomemos el fen�meno del sue�o inducido por el opio. Los �rabes se contentan con atribuirlo a la "voluntad de Al�''. El estudiante de medicina de Moli�re lo explica por un principio sopor�fico contenido en el opio. El fisi�logo moderno sabe que no puede explicarlo de ninguna manera. Lo que puede hacer es simplemente observar, analizar y hacer experimentos con los fen�menos que resultan de la acci�n de la droga, y clasificarla con otros agentes de car�cter an�logo.

Cada una de las tres etapas mencionadas no s�lo representa una fase bien definida en la historia de las ciencias y un estadio espec�fico en el desarrollo mental del individuo, sino tambi�n una estructura distinta de la sociedad. De esa manera, en la etapa teol�gica predomina la vida militar, en la etapa metaf�sica dominan las formas legales, mientras que en la etapa positiva prevalece la sociedad industrial. Comte sosten�a, de la misma manera que Hegel, que a trav�s del desarrollo hist�rico es posible discernir un movimiento paralelo de ideas y de instituciones. Seg�n Comte, la astronom�a era la primera ciencia que ya hab�a completado el ciclo trif�sico mencionado, gracias a que es la que se ocupa de los fen�menos m�s generales y m�s simples, adem�s de que afecta a todas las dem�s ciencias sin ser afectada por ninguna de ellas.

El gran objetivo de la filosof�a positivista es, de acuerdo con Comte, avanzar el estudio de la sociedad hasta que alcance la tercera etapa; en otras palabras, sacar a la sociolog�a de los dominios de la religi�n y de la metaf�sica y traerla al campo de la f�sica y de la biolog�a. Una vez convertida en una disciplina cient�fica, la sociolog�a tendr�a dos departamentos: uno, est�tico, albergar�a las leyes del orden mientras que el otro, din�mico, reunir�a las leyes del progreso. De esa manera la sociolog�a se transformar�a en la reina de las ciencias, colocada en el lugar de honor (el �ltimo) de la clasificaci�n de Comte. Esta clasificaci�n (que realmente es un ordenamiento jer�rquico) va de las disciplinas m�s simples a las m�s complejas, pero tambi�n incluye el concepto de dependencia secuencia, derivado no s�lo de sus estructuras respectivas sino tambi�n de su historia; en otras palabras, las ciencias m�s b�sicas o generales preceden a las m�s aplicadas o espec�ficas.

La lista propuesta de Comte es la siguiente:

1) Matemáticas 4) Química
2) Astronomía 5) Fisiología
3) Física 6) Sociología

Cada miembro de esta serie depende de todos los hechos y leyes propias de los que lo preceden, es m�s espec�fico que ellos, y no puede entenderse sin ellos, por lo tanto, no puede existir una f�sica adecuada si antes no se desarrolla la astronom�a, y el establecimiento de una qu�mica vigorosa debe preceder al crecimiento de la fisiolog�a. De la lista mencionada se desprende que la sociolog�a ser� la �ltima ciencia que logre librarse de la influencia de dogmas teol�gicos y de ficciones metaf�sicas, y por lo tanto tambi�n ser� la �ltima en ingresar a la etapa positiva o cient�fica. En cambio, y aunque �l mismo era matem�tico, Comte se opone al uso extenso o exagerado de las matem�ticas, a las que no consideraba como verdadera ciencia sino m�s bien como un instrumento de trabajo entre otros muchos. Aunque en principio todos los fen�menos pudieran ser susceptibles de manejo matem�tico, en la pr�ctica los pertenecientes a las ciencias m�s complicadas, como la fisiolog�a y especialmente la sociolog�a, escapan a este tratamiento.

En relaci�n con el m�todo cient�fico, el positivismo de Comte subraya que conforme los hechos se hacen m�s complejos, como los fen�menos fisiol�gicos, comparados con los astron�micos, tambi�n los m�todos necesarios para estudiarlos aumentan en complejidad, como en el caso de la fisiolog�a experimental, comparada con la simple observaci�n de los movimientos planetarios. En contraste con Descartes, quien postul� un solo m�todo correcto (el m�todo geom�trico) para guiar la raz�n, Comte estaba convencido de que cada disciplina desarrolla una estrategia l�gica y operacional apropiada para ella y que tal metodolog�a surge y se entiende a partir del estudio de la historia de la ciencia. De hecho, Comte se�ala espec�ficamente que Descartes era su predecesor y que �l hab�a culminado los estudios cartesianos al estudiar la mente no en forma abstracta sino por medio de la historia; en otras palabras, la l�gica de la mente no puede comprenderse a priori, sino m�s bien en funci�n de lo que ha hecho en el pasado.

Los diferentes m�todos mencionados por Comte son realmente tres: observaci�n, experimentaci�n y comparaci�n. En contraste con los empiristas, quienes como ya hemos visto, cultivaron la descripci�n minuciosa de sus respectivas versiones de la metodolog�a cient�fica, Comte se mantuvo en una tesitura muy general, por lo que ha sido interpretado de distintas maneras por diferentes autores, cada uno queriendo identificar su esquema favorito en el padre del positivismo. De acuerdo con Comte, el primer procedimiento en el trabajo cient�fico es la observaci�n de los hechos, pero no en el sentido de Hume, de grupos de sensaciones, o de Locke o Mill, de fen�menos registrados tal como ocurren "ah� afuera", sino m�s bien en el de Kant, de datos percibidos dentro de un contexto previamente establecido, pero no de imperativos categ�ricos o de ideas fundamentales, sino dependiente de alguna hip�tesis o ley cient�fica, Comte llam� a esta interacci�n entre el fen�meno observado y la teor�a que le da sentido una "especie de c�rculo vicioso" y se�al� el riesgo de pervertir la percepci�n de los fen�menos para acomodar alguna hip�tesis preconcebida. En su sistema positivista, la tarea del cient�fico es establecer leyes definitivas que describan las relaciones invariables de los hechos, a partir de su verificaci�n por medio de la observaci�n. La experimentaci�n s�lo es posible cuando el curso natural de un fen�meno se puede alterar de manera definida y controlada, lo que en la opini�n de Comte se pod�a hacer sistem�ticamente en la f�sica y en la qu�mica; en cambio, para la fisiolog�a, Comte sugiri� que las dificultades de la experimentaci�n podr�an superarse por medio de la observaci�n de la patolog�a, o sea el uso de los "experimentos de la naturaleza", como hace unos cuantos a�os se bautiz� a un grupo espec�fico de enfermedades cong�nitas. Recordemos que Comte escrib�a a mediados del siglo XIX, cuando el impacto cultural de la �cole de Paris, que sosten�a el concepto anatomo-cl�nico de la enfermedad, estaba en su apogeo, y cuando los trabajos de Claude Bernard apenas empezaban a conocerse en los c�rculos cient�ficos m�s especializados, a los que Comte no ten�a acceso. De cualquier manera, las restricciones se�aladas por Comte para la experimentaci�n siguen siendo v�lidas, aunque las fronteras de este m�todo de investigaci�n cient�fica se han ampliado mucho m�s all� de lo que hubiera podido imaginar nuestro primer positivista. Finalmente, Comte se�al� que para investigar los fen�menos naturales m�s complejos (biol�gicos y sociol�gicos), el mejor m�todo era la comparaci�n o analog�a, ejemplificada en biolog�a por la anatom�a comparada y en sociolog�a por lo que posteriormente vino a conocerse como antropolog�a y sociolog�a hist�rica. Debo se�alar que en esta �ltima opini�n coinciden algunos de los bi�logos evolucionistas distinguidos de fines del siglo XX, como Mayr y Gould, y la gran mayor�a de los soci�logos contempor�neos.


Frontispicio del libro Cours de philosophie Positive, de Auguste Comte, publicado en 1842.

En resumen, el positivismo de Comte fue muchas cosas para mucha gente; su impacto en la filosof�a de la ciencia y en la educaci�n fue definitivamente mayor que el de otros sistemas filos�ficos anteriores o de su tiempo, sobre todo en el mundo latino; desde luego, en Am�rica tuvo una influencia p�blica definitiva, especialmente en M�xico y Brasil, que todav�a hoy se nota. Su rechazo sistem�tico de las ideas trascendentales y metaf�sicas del campo de la ciencia represent� un parteaguas en la historia del pensamiento del mundo occidental. El positivismo de Comte tiene muchos aspectos criticables, no s�lo desde el punto de vista actual (con siglo y medio de ventaja) sino tambi�n desde el de sus contempor�neos. Uno de sus cr�ticos m�s agudos y generosos fue Mill quien con caballerosidad victoriana, pero tambi�n con punter�a infalible, se�al� las imprecisiones y deficiencias del m�todo cient�fico propuesto por Comte. Sin embargo, el positivismo de Comte tambi�n posee algunas facetas no s�lo valiosas en su tiempo sino a�n vigentes en el nuestro; espero incluirlas en el �ltimo cap�tulo de este volumen.

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