V. ...Y LOS DEM�S ACTORES DEL REPARTO

2) BLANCHE WITTMANN, conocida como "la reina de las hist�ricas", la bella, autoritaria y caprichosa, entr� muy joven a la Salp�tri�re, donde tuvo gran �xito en la �poca de los experimentos sobre la hipnosis. Fue el prototipo de la "histeria de cultivo" y tambi�n fue utilizada para efectuar frente al p�blico de las sesiones cl�nicas la brillante demostraci�n de los diferentes estadios de la hipnosis y de las crisis epileptoides que se pod�an desencadenar por el simple tacto de sus dos "zonas hister�genas", situadas en dos puntos sim�tricos un poco hacia afuera de los senos, casi bajo las axilas, y que se interrump�an con la aplicaci�n del "compresor de ovarios". En su historia cl�nica, uno de los alumnos de Charcot escribi�:

Blanche es alta, mide 1.64 m, corpulenta (70 kilos), es rubia, con un tinte linf�tico. La piel es blanca. Los senos son muy voluminosos... Su inteligencia apenas alcanza la media. Su memoria es bastante buena... Su mirada es brillante: la vista y el contacto de los hombres producen en ella una especie de excitaci�n particular.

[FNT 4]

Figura 4. Detalle de La lecci�n cl�nica en la Salp�tri�re a cargo del profesor Charcot. Blanche Wittmann, en �xtasis, ejecuta los cuatro periodos de la hysteria major mientras Babinsky, enternecido, la sostiene de sus �zonas hister�genas".

Tras la muerte de Charcot, Blanche abandon� la Salp�tri�re. A�os despu�s, Jules Janet (hermano de Pierre Janet) la encontr� en el hospital general de Par�s, el H�tel-Dieu. Observ� que mostraba una nueva personalidad: Blanche II era m�s equilibrada que Blanche I, de la que reprobaba las espectaculares exhibiciones. No obstante, retorn� a la Salp�tri�re pero bajo otras condiciones. Sus crisis cesaron con la moda. Se reincorpor� al antiguo teatro trabajando, primero, como empleada del laboratorio de fotograf�a y, a partir de 1900, del de radiolog�a. Al igual que todas las hist�ricas de la belle �poque, renegaba de su pasado. En sus nuevas actividades se mostraba, empero, igualmente imperativa, voluntariosa y organizadora. Cuando en su vejez se le interrog� sobre la posible simulaci�n de las pacientes de Charcot, respondi�:

S� nos dorm�amos, s� ten�amos crisis, es que nos era imposible actuar de otra manera. Por lo dem�s, esto no era nada agradable [...] �Cree usted que hubiera sido f�cil enga�ar a monsieur Charcot? Hubo farsantes que lo intentaron, por supuesto, pero �l les lanzaba una simple mirada y dec�a: �C�lmate!

El fin de Blanche Wittmann fue muy doloroso, pues al sufrir, el "c�ncer de los radi�logos", debido a su �ltimo trabajo, tuvo que ser sometida a varias amputaciones en ambos brazos, sin que reapareciera la sintomatolog�a hist�rica de su juventud.

La relaci�n de Blanche Wittmann con Charcot prefigura la de otras dos c�lebres pacientes: Anna O. (Bertha Papenheim) con Freud, y Aim�e (Marguerite Pantaine) con Lacan.

3) Como la contraparte razonable de la "reina de las hist�ricas", con el adem�n de detenerla (adem�n innecesario pues Babinski se bast� solo para hacerlo), aparece mademoiselle Marguerite Bottard (1822-?) la "vigilante" (o enfermera jefe) del servicio de Charcot durante largos a�os, llamada familiarmente por los alumnos "Bobotte" o "madam Bottard". Esta mujer, de devoci�n y fidelidad extraordinarias, es el paradigma de las enfermeras que se casan con una instituci�n y sobre las cuales reposa, de hecho, todo el funcionamiento hospitalario. Naci� en 1822 y antes de cumplir 19 a�os ingres�, en enero de 1841, a la Salp�tri�re, donde har�a una larga carrera de m�s de 60 a�os. A veces permanec�a, se dice, de dos a tres a�os sin salir. Fue enfermera en los servicios de varios alienistas, y entre 1862 y 1893 en el de Charcot.

Cuando cumpli� 50 a�os de servicio, en 1891, el director de la Asistencia P�blica la tom� como modelo de las enfermeras laicas que deb�an sustituir en los hospitales al personal religioso. Se celebr� as�, en el gran anfiteatro de la Salp�tri�re, una "fiesta laica" en la que la hero�na recibi� las Palmas Acad�micas mientras los ni�os del asilo de Bic�tre cantaban La Marsellesa. �sta no fue su �nica condecoraci�n: en 1898 se le otorg� la Legi�n de Honor. El 12 de agosto de 1901, a los 79 a�os, se jubil� y se retir�... a la Salp�tri�re!, pues desde los tiempos del cardenal Mazarino los empleados del Hospital General que hubieran trabajado m�s de 20 a�os ten�an derecho a ser albergados y alimentados all� durante el resto de su vida.

4) Joseph-Francois-F�lix Babinski (1857-1932). El joven m�dico que sostiene a Blanche de sus "zonas hister�genas" y que contempla con gran ternura (como el alumno de P�an a su paciente) su rostro ext�tico, destaca por varios motivos entre los alumnos de Charcot. Babinski fue uno de los continuadores m�s importantes de la vertiente neurol�gica. Su concepci�n inicial de la histeria fue exactamente la de su maestro, quien le consideraba un sucesor. Sin embargo, en 1892 no logr� aprobar el concurso de la agregaci�n a pesar del patrocinio de Charcot (se dice que a causa de la posici�n contraria que el presidente del jurado manten�a hacia el maestro). A la muerte de Charcot, Babinski modific� su enfoque sobre la condici�n patol�gica, en la que quer�a aplicar a toda costa la metodolog�a neurol�gica. Su carrera posterior ser�a, en cierto modo, la negaci�n de la escena que vemos en el cuadro de Brouillet: quiso borrar el nombre mismo de la histeria intentando sustituirlo por el neologismo de pitiatismo —del griego peito: yo persuado— pues consideraba que la sugesti�n caracterizaba al fen�meno hist�rico. Pero al mismo tiempo rend�a un homenaje inconsciente a Peito (Peiqw, la persuasi�n), divinidad del cortejo de Afrodita, con quien a veces se confunde y, para algunos, la personificaci�n del enga�o, subrayando el car�cter seductor de la hist�rica. Esta negaci�n, �no ser�a en el fondo la reacci�n a la seducci�n de que fue objeto �l mismo? El seducido por Blanche habr�a de ser un empedernido solter�n...

5) Paul-Marie-Louis-Pierre Richer (1849-1933). Uno de los m�s pr�ximos alumnos de Charcot, con quien compart�a su talento de dibujante. Prosigui� la l�nea de estudios sobre la histeria, en particular los concernientes al hipnotismo. Se dice que sus ideas principales aportaron el material a partir del cual Freud elaborar�a el concepto del inconsciente, contribuyendo de esta manera al nacimiento del psicoan�lisis. Adem�s de jefe del laboratorio de la Cl�nica de Enfermedades del Sistema Nervioso, fue miembro de la Academia de Medicina y profesor de anatom�a art�stica en la Escuela de Bellas Artes.

6) Charles-Samson F�r� (1852-1907). Aunque originalmente previ�, al llegar a Par�s de su nativo Rouen, dedicarse a la cirug�a su paso por el servicio de Charcot modific� su orientaci�n. Fue su secretario y jefe de laboratorio. Su formaci�n original con Broca le brind� s�lidos conocimientos anatomo-patol�gicos. Su tesis (1882) tuvo como tema "Los trastornos funcionales de la visi�n por lesiones cerebrales". Este enfoque somatista lo condujo, bajo la �gida de su patr�n, a interesarse en el uso naciente de la electricidad en medicina, llegando a medir el tiempo de reacci�n, la fisiolog�a de los movimientos voluntarios y el reflejo psicogalv�nico. Sus registros fisiol�gicos ten�an la finalidad de excluir en las pacientes el riesgo de simulaci�n. No obstante, de manera curiosa, no es �l, sino Richer, quien manipula la bobina de inducci�n de la cual parte el electrodo que sostiene Charcot en la mano derecha en el cuadro de Brouillet, y con el cual estimular� a la enferma. M�s tarde F�r� fue pionero en el estudio psicom�dico de la sexualidad. Desde 1884 se desempe�� como alienista en Bic�tre. En 1894 public� un trabajo acerca del papel inductor de ciertas experiencias sexuales precoces sobre el determinismo de las desviaciones sexuales.

7) Pierre Marie (1859-1940). Jefe de la cl�nica de Charcot en la Salp�tri�re y secretario en su consultorio privado, Pierre Marie fue, junto con Babinski, sucesor de Charcot en la vertiente neurol�gica. Describi� una gran variedad de s�ntomas y enfermedades que llevan su nombre: la osteoartropat�a pulmonar hipertr�fica (enfermedad de Marie); el temblor corto y r�pido en el bocio exoft�lmico (signo de Marie-Charcot); la esclerosis cerebral centrolobular sim�trica (enfermedad de Foix y Marie); la amiotroffa neural (enfermedad de Marie-Charcot); la disostosis cleidocraneal (enfermedad de MarieSainton); la espondiloartritis anquilopoy�tica (enfermedad de Strumpell-MarieBecliterew); la ataxia hereditaria (enfermedad de Marie). Pierre Marie fue el encargado de recibir en la Salp�tri�re al joven Freud.

8) Georges Gilles de la Tourette (1857-1904). L�on Daudet, primero amigo y luego enemigo de los Charcot,4. [Nota 4] defin�a as� a este fidel�simo colaborador: "feo como un �dolo pap� sobre el cual se hubieran sembrado matas de pelos"; fue el �nico que tras la muerte de su maestro continu� sosteniendo la doctrina, o "el dogma" de la Salp�tri�re. Adem�s de sus trabajos m�dicos que giraban alrededor de la histeria, fue autor de obras m�dicohist�ricas sobre temas como El manuscrito de la madre Juana de los �ngeles (argumento del filme del mismo nombre de Jerzy Kawalerowicz), El proceso de hechicer�a de Gaufridi, una serie de art�culos sobre la locura en el teatro, y un estudio sobre el m�dico Th�ophraste Renaudot (1586-1653), cuyo nombre lleva uno de los premios literarios m�s prestigiosos de Francia.

El mismo a�o de la muerte de Charcot, una psic�tica, convencida de que Gilles de la Tourette la hab�a hipnotizado a distancia, le hizo tres disparos a la cabeza, atentado al que sobrevivi� diez a�os.

Sin embargo, su fama se debe a la descripci�n de la enfermedad de los tics compulsivos que lleva su nombre, y que Charcot fue el primero en diagnosticar retrospectivamente a Mozart.

9) Gilbert-Louis-Sim�on Ballet (1853-1916). Es el prototipo de los alumnos de Charcot que tras pasar por su servicio y recibir su influencia, se orientaron hacia la psiquiatr�a sin dejar de interesarse nunca por la neurolog�a. junto a estas dos disciplinas, Ballet se ocup� de la historia de la medicina mental. Fue cofundador de las sociedades de Neurolog�a y de Psiquiatr�a y presidente de la Sociedad M�dico-Psicol�gica (fundada por Baillarger en 1852). Adem�s de la c�tedra de patolog�a mental y nerviosa, ocup� la de historia de la medicina. Siguiendo el ejemplo de su maestro, estableci� la costumbre de dictar brillantes lecciones cl�nicas ante un p�blico en el que se mezclaban los m�dicos y los hombres de mundo. Estas ten�an lugar los domingos por la ma�ana en el hospital Santa Ana, y sus cr�ticos envidiosos las llamaron "Las locuras de Santa Ana". Adem�s de su voluminoso Tratado de patolog�a mental, que fue durante muchos a�os un cl�sico, realiz� un estudio sobre Leonardo da Vinci.

10) D�sir�-Magloire Bourneville (1840-1909). El malediciente L�on Daudet lo describi� as�: "Del tama�o de una bota, rojo como un tomate, vengativo y apasionado." "Boubour", como lo apodaban, llev� a lo largo de su vida una intensa actividad como m�dico, periodista y pol�tico. Fue asistente de Charcot entre 1871 y 1879, fecha en la que pas� a Bic�tre, donde organiz� un servicio para ni�os idiotas y epil�pticos, y en donde estableci� una atenci�n m�dico-pedag�gica. Fue de los alumnos que pasaron poco a poco de la neurolog�a a la psiquiatr�a. Describi� la esclerosis cerebral tuberosa, enfermedad que lleva su nombre; estudi� la idiocia mixedematosa y, m�s tarde, se ocup� de la asistencia a los ni�os incurables, del establecimiento de colonias de retrasados y, sobre todo, de los problemas sociales de las instituciones hospitalarias. Desde joven public� art�culos en el Journal de M�decine, dirigi� la revista Mouvement M�dical, fund� en 1873, impulsado por Charcot, Le Progr�s M�dical y, tres a�os despu�s, L'Iconographie de la Salp�tri�re En 1880 fund� los Archives de Neurologie y L'Ann�e M�dicale. A esta denodada actividad dentro del periodismo cient�fico hay que agregar su actividad pol�tica, que le permiti� ocuparse de los presupuestos de la Asistencia P�blica y de los asilos de alienados con el fin de mejorar la higiene hospitalaria y la condici�n de las enfermeras, y crear bibliotecas hospitalarias para los enfermos. Propugn� por crear servicios de obstetricia atendidos por m�dicos especializados. Fue un defensor de la laicizaci�n de los hospitales, de los que expuls� a las congregaciones religiosas.

11) Th�odule Ribot (1839-1916). El fil�sofo a quien se considera el verdadero fundador de la psicolog�a francesa, recibi� de manera muy provechosa la influencia de Charcot. Aunque siempre lament� no seguir su consejo de estudiar medicina (consejo que seguir�a Pierre Janet, alumno de ambos), logr� entender perfectamente la importancia de erradicar la psicolog�a (que ense�aba en la Sorbona desde 1885 y en el Colegio de Francia a partir de 1888) de los terrenos de la filosoffa y tomar de la psicopatolog�a los elementos para construir una psicolog�a de lo normal. Fue director de la Revue Psychologique. La influencia de Charcot se observa en su inter�s por la psicolog�a patol�gica, primero, y por la psicolog�a experimental, despu�s. Dentro del c�rculo charcotiano encabez� el proyecto de una psicolog�a que intent� ser cient�fica en la medida en que se alejaba de la Filosof�a, como se muestra a lo largo de sus obras: Las enfermedades de la memoria (1881), Las enfermedades de la voluntad (1883), Las enfermedades de la personalidad (1885), Psicolog�a de la atenci�n (1888), Psicolog�a de los sentimientos (1886), La imaginaci�n creadora (1900), L�gica de los sentimientos (1905) y La vida inconsciente y los movimientos (1914).

12) Alexis Joffroy (1844-1908). Acodado en el marco de la ventana se aprecia, en el cuadro de Brouillet, a espaldas de Pierre Marie, a Joffroy, otro de los alumnos de Charcot que transitaron de la neuropatolog�a a la neuropsiquiatr�a. Public� con su maestro una serie de trabajos sobre el papel tr�fico de las c�lulas motoras de la m�dula y del bulbo. Su tesis vers�, dentro de esta l�nea neuropatol�gica, sobre la paquimeningitis cervical cr�nica. En 1893 sucedi� a Benjamin Ball, el primer titular, en la c�tedra de Cl�nica de las Enfermedades Mentales y del Enc�falo. All� logr� hacer obligatoria la asistencia a un servicio de psiquiatr�a dentro del programa de estudios de la carrera de medicina. A partir de 1904 fue profesor de medicina legal psiqui�trica en el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Par�s. En 1899 fue llamado a presidir la primera sesi�n de la Sociedad de Neurolog�a y, en 1908, la de Psiquiatr�a. Se interes� en las lesiones org�nicas del sistema nervioso que se manifestaban con una sintomatolog�a psiqui�trica. En algunos de sus trabajos estudi� las relaciones de la patolog�a mental con el alcohol y la s�filis. En una �poca en la que se pon�a especial �nfasis en la "heredo-s�filis", �l propuso que hab�a tambi�n un "heredo-alcoholismo". En el caso de la s�filis, empero, cometi� un error etiopatog�nico enorme cuando se opuso a la teor�a del origen sifil�tico de la par�lisis general progresiva.

13) Jean-Baptiste Charcot (1867-1936). Entre el p�blico se destaca, junto a la ventana, m�s juvenil que los dem�s, el hijo del maestro, entonces su disc�pulo. Tal vez no estaban tan errados los Goncourt cuando dec�an que "lo hab�a obligado a estudiar medicina", pues a la muerte del padre la abandon� para consagrarse a su verdadera vocaci�n: la marina. (No son infrecuentes, por otro lado, estas vocaciones reprimidas de los hijos de grandes m�dicos.) Tal vez Jean-Baptiste consider� que no estar�a nunca a la altura de Jean Martin. Evit� as� imitar el destino de Scipion Pinel, hijo de Philippe, cuya carrera se desarroll� de manera m�s bien oscura, a la sombra de un nombre, m�s preocupado en derrochar la fortuna que el padre amas� que en crear una obra realmente original. No fue pues de aquellos "que van por la vida como Eneas cargando sobre los hombros al Ankises de su padre", como escribe po�ticamente Jean Paul Sartre en Las palabras. Se consagr� a realizar exploraciones oceanogr�ficas en las regiones polares y muri� en el naufragio de su barco, el Pourqui-Pas? .

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