VI. TRAS BAMBALINAS (O LOS AUSENTES DEL CUADRO)

ALGUNOS de los historiadores que se han ocupado de este periodo hist�rico y del cuadro que lo resume, se han preguntado porqu� Brouillet omiti� representar dentro de este parterre (en su doble acepci�n francesa de arriate de jard�n y de patio de butacas) de barbones, a algunos seguidores, partidarios, alumnos y amigos de Charcot que sol�an asistir regularmente a estas presentaciones. �Se bas� el pintor para sus fieles retratos en la fotograf�a de un solo d�a y solo incluy� a los que asistieron? O m�s bien, �incluy� all� a quienes consider� que eran los m�s ilustres, sin saber, como es natural, cu�l ser�a el veredicto de la veleidosa fama? Ahora sabemos que fue el propio Charcot quien dise�� la escena y eligi� a los actores. Bien podemos imaginar, empero, que los ausentes ocupan la parte de la siller�a aquende la superficie del �leo. Mencionaremos s�lo a algunos habituales de las sesiones de los martes que llevaron en sus personas y en sus carreras el sello indeleble del Maestro, y que pertenec�an al primer c�rculo de su grupo. Aunque no aparecen en el cuadro, sus vidas y obras tomaron all� el fermento que los llevar�a a ocupar un sitio, si bien diverso, de gran importancia hist�rica. Por eso, para comprender cabalmente el parteaguas que signific� para la medicina el servicio de Charcot, conviene recordarlos.

Benjamin Ball (1833-1893). Nacido en N�poles cuando era todav�a capital del Reino de las dos Sicilias, e hijo de padre ingl�s y madre suiza, hizo toda su carrera en Francia. Fue alumno de Moreau de Tours (en cuyo Club des Haschischins ya hemos visto participar al joven Charcot), y cuya influencia se observa en su primer trabajo publicado: Alucinaci�n de la vista y del o�do —Tratamiento por el hachis— Curaci�n. Aunque desde 1870 fue asistente de Las�gue, primer m�dico-jefe de la Enfermer�a Especial (dep�sito municipal de alienados) y uno de los principales alienistas de la �poca, asist�a regularmente al servicio y presentaciones de Charcot. Fue gracias al apoyo de ambos que ocup� la primera c�tedra oficial de Enfermedades Mentales y del Enc�falo, creada en 1875, en el hospital de Santa Ana, para la que tuvo que competir con otro alumno de Charcot, Magnan. Adem�s de sus Lecciones sobre las enfermedades mentales, public� trabajos sobre los delirios alucinatorios y sobre los problemas m�dico-legales planteados por los alienados y por el morfinismo. Fue uno de los primeros en se�alar los peligros del abuso de un f�rmaco muy usado entonces: la coca�na, en la que ten�a cifradas tantas expectativas un joven vien�s que aparecer� unos p�rrafos m�s adelante...

Guillaume-Benjamin Duchenne de Boulogne (1860-1875). Este curioso personaje, que pose�a un ingenio y una habilidad pr�ctica sobresalientes, se gan� la confianza de Charcot, 19 a�os menor que �l, e incluso ejerci� una buena influencia sobre su carrera. Su descubrimiento de que era posible excitar un nervio y un m�sculo a trav�s de la piel, se utiliz� profusamente a lo largo del proceso de nacimiento de la neurolog�a, y constituy� la base de lo que ser�a el electrodiagn�stico. Ense�� al joven Charcot a caracterizar los diferentes tipos de temblor en varias enfermedades neurol�gicas y end�crinas por medio de un procedimiento ingenioso: hac�a que el paciente sostuviera entre las manos un sombrero adornado con plumas de avestruz, como se estilaba en ese tiempo; por leve que fuera el temblor, �ste se transmit�a amplificado al plumaje. Describi� la ataxia locomotora progresiva, es decir, la dificultad progresiva de la marcha en los sifil�ticos, que Charcot analizar�a despu�s en detalle bajo el nombre de "tabes". Cuando Charcot lleg� a la Salp�tri�re, Duchenne se present� all� por dos motivos: para felicitarlo, recordando su encuentro anterior, y para buscar a una joven hospitalizada en ese asilo a causa de sus frecuentes crisis nerviosas: Jeanne Bernhardt, nacida en 1811, actriz de vaudeville, hermana mayor de mademoiselle Sara Bernhardt, quien acababa de debutar a los 18 a�os en la Comedia Francesa. No la encontr�. Sin embargo Charcot lo invit� a regresar y la relaci�n entre ambos ser�a en extremo productiva. Duchenne hab�a publicado por esas fechas su libro El mecanismo de la fisionom�a humana y el an�lisis electrofisiol�gico de la expresi�n n de las pasiones, que tuvo gran �xito entre los artistas pl�sticos y los actores. No s�lo lo invitaba a dictar conferencias en la Escuela de Bellas Artes y en el Conservatorio, sino a participar en las cenas que organizaban los artistas, entre los que gozaba de gran popularidad. El �xito del libro se deb�a, en parte, a las ilustraciones que ejemplificaban su estimulaci�n el�ctrica de los m�sculos, gracias a la cual hac�a re�r y llorar a los rostros normales o paralizados, estimulando la m�mica de manera artificial y creando personajes "a lo Shakespeare". La aplicaci�n de tal m�todo mostraba la correlaci�n entre la contracci�n y la relajaci�n de un m�sculo y la expresi�n de una pasi�n precisa. Charcot comprendi� la importancia de la exploraci�n el�ctrica de nervios y m�sculos y el uso de la fotograf�a en la cl�nica; de ambos m�todos obtendr�a un s�lido apoyo para su proyecto. Una de sus primeras acciones fue la fundaci�n del laboratorio de fotograf�a de la Salp�tri�re. Su alumno, Bourneville, public� m�s tarde la Revue m�dico-photographique des h�pitaux.

[FNT 5]

Figura 5. Guillaume-Benjamin Duchenne estimula el�ctricamente la musculatura del rostro de una actriz de la Comedia Francesa con el fin de modificar la expresividad facial de las emociones.

En su magn�fica biograf�a Monsieur Charcot de la Salp�tri�re Jean Thuillier escribe:
Con la suma prodigiosa de materiales que ha acumulado Duchenne, el habilidoso genial, Charcot, el gran arquitecto, edificar� la neurolog�a. Duchenne trabaja por instinto, Charcot s�lo construye sobre lo s�lido, lo verificable. Duchenne no hace autopsias y no quiere hacerlas, conoce mal la anatom�a normal y patol�gica del sistema nervioso; Charcot hace autopsias por �l, y con su interno, Joffroy, le ense�a a servirse del microscopio. Duchenne se apasiona por la histolog�a. Incluso se inventar� un m�todo fotoautogr�fico, o autograf�a sobre metal y sobre piedra, de figuras fotomicrosc�picas, del sistema nervioso. Los dos hombres complementan sus conocimientos [ ... ] En la d�cada de 1860, es la notoriedad de Duchenne la que hace la de Charcot [ ... ] El a�o de 1862 es capital en la vida de Duchenne, pero Charcot acaba de aprender de �l las bases de una nueva especialidad que su genio fundar�.

Los trabajos de Duchenne, cada vez m�s rigurosos gracias a la influencia que, a su vez, recibe de Charcot, empiezan a ser conocidos en Alemania, Espa�a e Inglaterra, donde incluso se le llama a consulta. Public� memorias sobre la atrofia muscular progresiva, la ataxia locomotora, la par�lisis labiogloso lar�ngea y la miopat�a pseudohipertr�fica que lleva su nombre. No obstante, nunca hizo carrera universitaria ni se le adjudic� un servicio hospitalario propio. Asist�a diariamente, desde el amanecer, al de Charcot o al de alg�n otro patr�n de la Salp�ri�re o incluso de otros centros. Su familia era el hospital, pues sus experiencias personales hab�an sido muy tristes. Su primera esposa muri� de fiebre puerperal; la segunda era una coqueta que pronto lo abandon�. Cada ma�ana llegaba al hospicio cargando su caja de caoba con manivela, con la pila y la bobina de inducci�n para sus tratamientos el�ctricos. Las viejas pensionistas de la instituci�n se re�an de �l: "Ya lleg� el viejito con su caja de malicia", pero se peleaban para ser "electrizadas" por �l.

Alfred Binet (1857-191 l). Uno de los m�s vers�tiles alumnos de Charcot, inaugur� la psicometr�a moderna con sus trabajos sobre la primera escala m�trica de desarrollo de la inteligencia (el test de la edad mental). Inicialmente hizo estudios de biolog�a y se doctor� en ciencias. Lleg� al campo de la psicolog�a gracias al inter�s que suscitaron en �l los temas, tan en boga, del hipnotismo, el magnetismo y el desdoblamiento de la personalidad. En 1886 public� La psicolog�a del razonamiento, donde planteaba la existencia de una din�mica intelectual subyacente a toda actividad mental consciente. En 1887 present� en la Revue Philosophique un art�culo sobre una peculiar conducta sexual: el fetichismo, t�rmino que �l introdujo y que estar�a llamado a gozar de gran difusi�n. Junto con Charles F�r� public� ese mismo a�o una obra sobre "el magnetismo animal". Ambos hab�an estudiado "la conciencia de los movimientos en las hist�ricas" aplicando sobre el cuerpo entero de Blanche Wittmann una serie de imanes y solenoides. Charcot pens� alguna vez en Binet para la direcci�n del laboratorio de psicolog�a de la Salp�tri�re, pero se decidi� finalmente por Pierre Janet. En 1892 fue nombrado director del laboratorio de psicolog�a experimental de la Sorbona. Quiso ocupar el mismo puesto en el Colegio de Francia, pero nuevamente se le adelant� Pierre Janet. En 1893 fund� L'Ann�e Psychologique, primera revista francesa dedicada al tema.

Binet fue asimismo dramaturgo. Escribi� algunas piezas de tema m�dico (La obsesi�n, La horrible experiencia, El hombre misterioso, Los invisibles) dentro del movimiento llamado Le Grand-Guignol, o teatro del terror de la Belle �poque, que presentaba astracanadas inveros�miles que si en su tiempo provocaban sobrecogimiento en el p�blico, ahora s�lo generar�an hilaridad,

Pierre Janet (1859-1947). La relaci�n entre Charcot y Janet, especialmente importante para �ste, se desarroll� de 1889 a 1893. Janet estudi� originalmente filosof�a. Ingres� a la �cole Normale Sup�rieure en 1879, en la misma generaci�n que Durkheim y un a�o despu�s de Bergson. En 1882 obtuvo la agregaci�n y pas� a ense�ar filosofía en los liceos, primero en Ch�teauroux y despu�s en El Havre. Buscando un tema para su tesis, frecuent� los servicios m�dicos de esta ciudad, en donde tuvo su primer contacto con los pacientes. En 1885 present� sus primeras experiencias sobre hipnosis y sonambulismo en la Sociedad de Psicolog�a Fisiol�gica que presid�a Charcot. En 1889 fue transferido a Par�s y sostuvo su tesis de filosofila sobre "El automatismo psicol�gico. Ensayo sobre las formas inferiores de la actividad humana". Frecuent� el servicio de Charcot, quien le aconsej� estudiar medicina. Inici� su carrera ese mismo a�o. Charcot cre� para �l el laboratorio de psicolog�a experimental de la Salp�tri�re y dirigi� su tesis, "Contribuci�n al estudio de accidentes mentales de las hist�ricas" misma que present� ante un jurado presidido por su maestro, el 29 de julio de 1893, diecisiete d�as antes de que �ste muriera. En 1892, Janet hab�a publicado El estado mental de las hist�ricas. Los accidentes mentales, con pr�logo de Charcot.

En estos trabajos plantea su teor�a sobre el automatismo psicol�gico que explicar�a las conductas amn�sicas que se observan en los estados de desdoblamiento de la personalidad, sintomatolog�a hist�rica debida a ciertas "ideas fijas subconscientes" desarrolladas a partir de acontecimientos traum�ticos. Otra de sus ideas principales concierne al "estrechamiento del campo de la conciencia", producto, a su vez, de la "debilidad psicol�gica". En 1901 describi� otra gran histeria: la psicastenia, t�rmino que introdujo para sustituir el de neurastenia. Las ideas obsesivas conscientes del psicast�nico (diferentes de las ideas fijas subconscientes del hist�rico) se deber�an a un abatimiento de la "tensi�n psicol�gica" que genera un d�ficit de la funci�n de lo real, uno de sus conceptos m�s fruct�feros.

Al morir Charcot en 1893, lo sucedi� en la c�tedra de cl�nica neurol�gica de la Salp�tri�re Fulgence Raymond (1844-1910), quien mantuvo a Janet en su puesto del laboratorio de psicolog�a experimental. Pero a la muerte de Raymond, fue nombrado sucesor Jules-Joseph D�jerine (1849-1917), que no hab�a sido alumno de Charcot y con quien hab�a tenido diferencias. Aqu�l hab�a criticado acerbamente el que las lecciones cl�nicas se desarrollaran en presencia de los neur�patas (lo que seg�n �l ten�a efectos nefastos), y expuls� de su servicio a Janet.

En 1897, Janet asumi� la c�tedra de psicolog�a experimental de la Sorbona y en 1902 sucedi� a Ribot en la c�tedra hom�nima del Colegio de Francia, a la que aspiraba, como hemos visto, Alfred Binet.

Adem�s de sus actividades acad�micas, Janet atend�a a su clientela particular y las numerosas invitaciones para dictar conferencias y cursos en el extranjero. En 1925 fue invitado por la Universidad de M�xico (entonces todav�a no aut�noma) a dictar un curso sobre "La psicolog�a de los sentimientos" (que reedit� en 1980), donde plante� las principales l�neas que habr�a de desarrollar m�s tarde en su obra magna De la angustia al �xtasis, de 1926 (colecci�n de Psicolog�a, Psiquiatr�a y Psicoan�lisis, FCE, 1991). junto a estas actividades mantuvo toda la vida un especial inter�s en la bot�nica. En la terraza de su departamento parisino ten�a un cultivo de peyote que hab�a llevado de M�xico.

Sigmund Salomon Freud (1856-1939). Si Janet no aparece en el cuadro de Brouillet es porque se incorpor� al servicio de Charcot dos a�os despu�s de que el artista expuso el �leo en el Sal�n de 1887. Si el joven neur�logo vien�s no se encuentra en �l a pesar de haber frecuentado tal servicio entre octubre de 1885 y febrero de 1886, se debe a que en ese entonces Freud era s�lo un joven becario entre otros muchos. �C�mo pod�an saber, patr�n y pintor, la fama que �ste alcanzar�a m�s tarde? �C�mo pod�a prever la repercusi�n que el encuentro de Freud y Charcot tendr�a para la medicina mental? Freud qued� deslumbrado por el maestro: tradujo sus Lecciones al alem�n; a uno de sus hijos le puso el nombre de Martin; escribi� su elogio f�nebre en Viena y reconoci� siempre la deuda intelectual que ten�a con �l. "Nadie me ha impresionado tanto", escribi�.

Su familia, originaria de Moravia, se hab�a instalado en Viena en 1860, donde inici� sus estudios de medicina en 1873. Su vocaci�n cient�fica se manifest� tempranamente. Obtuvo una beca para trabajar en 1875 y 1876 con Carl Claus, en el Instituto de Zoolog�a de Trieste. Pas� despu�s al Instituto de Fisiolog�a de Ernst von Br�cke, donde llev� a cabo trabajos de neurofisiolog�a. En 1881 recibi� su diploma y, al a�o siguiente, entr� a trabajar al Hospital General de Viena, donde frecuent� los servicios de Nothnagel y de Meynert. En 1885 se le nombr�, con el apoyo de este �ltimo, Privat-Dozent de neuropatolog�a. Por ese tiempo su inter�s principal concern�a al uso terap�utico de la coca�na (que �l inger�a liberalmente) como un estimulante que deber�a utilizarse en la hipocondr�a, la histeria, la melancol�a, como digestivo eficaz, antiasm�tico, afrodisiaco, y como coauxiliar en la desintoxicaci�n de opi�manos y morfin�manos. Present� tal panacea en la Sociedad Psiqui�trica de Viena en enero de 1885, y logr� interesar al laboratorio estadunidense Parke and Davis, que le pidi� que experimentara con la coca�na que ellos produc�an. Sin embargo, poco despu�s, el famoso farmac�logo berlin�s Louis Lewin (1850-1929), autor de Phantastica, especialista en los vegetales psicotropos de origen americano, combati� la idea de la inocuidad de la coca�na, y sostuvo, con argumentos de peso, que su uso deber�a desaconsejarse absolutamente en el tratamiento de los toxic�manos. A finales de ese a�o se le otorg� una beca para pasar cinco meses en Par�s, en el servicio de Charcot; el martes 20 de octubre a las 8 de la ma�ana fue acogido por Pierre Marie, su jefe de cl�nica. El patr�n lo recibi� a las 10. S�lo entonces pudo entregarle la carta de recomendaci�n que le enviaba Benedikt, m�dico en jefe de la policl�nica de medicina interna del Hospital General de Viena. Charcot lo conoc�a bien, al igual que a Meynert (por cuyo servicio hab�a pasado Freud de mayo a septiembre de 1883), quien se enorgullec�a de haber sido su alumno.

Moritz Benedikt (1835-1920). Interesado inicialmente en la f�sica, finalmente se dedic� a la medicina. Su Elektroth�rapie, de 1868, fue durante mucho tiempo una obra cl�sica. Poco despu�s se sinti� atra�do por el hipnotismo, tema tan en boga en esa �poca. Describi� un trastorno neurol�gico en el que coexisten una hemiplejia y una par�lisis ocular contralateral, la cual el propio Charcot bautiz� como "s�ndrome de Benedikt". Utiliz� el t�rmino de libido en el sentido etimol�gico de deseo sexual, y relacion� la histeria con los trastornos precoces de la vida sexual, que provocar�an, seg�n �l, una particular vulnerabilidad del sistema nervioso. Propuso, nada m�s y nada menos, que la confesi�n consciente del secreto pat�geno era la condici�n necesaria para la curaci�n. Neg� que la hipnosis tuviera en esto alguna utilidad. Su noci�n sobre esta vida secreta, que tanto los enfermos como los sanos llevaban dentro de s�, influenci� de alguna manera a Freud y, sobre todo, a Adler. Por el contrario, los cinco meses que Freud pas� en el servicio de Meynert no bastaron para hacer de �l un alienista y seguidor.

Theodor Meynert (1833-1892), nacido en Dresde, hab�a hecho sus estudios de medicina en Viena. Su patr�n, Karl Rokitansky (histopat�logo que hac�a las mejores autopsias de Europa), lo ayud� a ingresar como prosector al asilo de alienados de Viena. En 1873 se le nombr� profesor titular y m�dico en jefe del servicio de psiquiatr�a del hospital general de esa ciudad. Meynert, quien era adem�s famoso por su dificil car�cter y por ser un amateur de arte, m�sica y literatura, representa uno de los paradigmas de la psiquiatr�a llamada "organicista" cuyo fundamento y programa es tratar de encontrar en la patolog�a cerebral la explicaci�n de la patolog�a mental. Es comprensible que al final de su vida haya habido una ruptura toral con su antiguo protegido.

Precisamente, y aunque parezca parad�jico, el que tanto Charcot como Freud no fueran alienistas semejantes a sus coet�neos, habr�a de permitirles explorar con �xito un enorme continente, distinto del de la locura, al que la medicina mental hab�a excluido de su inter�s, sus clasificaciones y sus textos, para refundirlo, bajo el nombre gen�rico y vago de "enfermedades de los nervios", en las �ltimas p�ginas de los tratados de medicina general. No s�lo har�an entrar el tema de las neurosis en aquella, sino que inauguraron una nueva perspectiva psicodin�mica y una renovaci�n de la psicopatolog�a.

�C�mo fue posible que Freud, el joven vien�s que en el laboratorio de Claus hab�a llevado a cabo investigaciones sobre las g�nadas de la anguila; y en el de Von Br�cke estudios sobre la estructura de los elementos del sistema nervioso, y elaborado un procedimiento de coloraci�n por cloruro de oro de los cortes histol�gicos de ese tejido, que mostr� a Charcot, y que hab�a escrito art�culos sobre las hemiplejias infantiles y la afasia; que hab�a publicado en ese mismo 1885 su Proyecto para una psicolog�a cient�fica (fallido intento de correlaci�n entre psicolog�a y fisiolog�a), no fuera, como todo parec�a predisponerlo, un neur�logo m�s, junto a Pierre Marie y Joseph Babinski, que diera su nombre a s�ndromes y enfermedades del sistema nervioso? Los cinco meses que pas� junto a Charcot en la Salpêtri�re fueron, �stos s�, decisivos en la vida de Freud, fundamentales en la historia de la medicina.

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