Escisión del partido liberal; José María Chávez

Escisión del partido liberal; José María Chávez


En abril de 1860, luego de otros muchos cambios, se consum� el triunfo de los liberales. En Aguascalientes el partido triunfante se escindi� en dos bandos: el de los rojos o radicales, que era capitaneado por Esteban �vila y que en materia de ideas se dec�a seguidor de Voltaire, Rousseau y algunos otros publicistas franceses, y el de los moderados, cuyo jefe era Pablo N. Ch�vez.

Esteban �vila, el gobernador, era el m�s exaltado de los liberales y el m�s aguerrido defensor del ideario reformista. Sus partidarios se agruparon en el Club de la Reforma, en el cual se discuti� la necesidad de promulgar reformas radicales, que terminaran de una vez por todas con la hegemon�a de la Iglesia y el inmenso poder de los latifundistas.

A fines de 1860, con motivo de la elecci�n de nuevos diputados, las divisiones entre radicales y moderados se ahondaron. De la pugna salieron mejor librados los primeros, los cuales controlaban el Congreso. Para la difusi�n de sus ideas contaban con El Porvenir, que era el peri�dico oficial del gobierno, mientras que los moderados imprim�an otro peri�dico que se llamaba Las Protestas.

La expedici�n de una ambiciosa ley agraria, cuya puesta en pr�ctica hubiera implicado la desaparici�n de todas las grandes propiedades r�sticas, marc� el declive de la popularidad del gobernador Esteban �vila. La ley fue considerada un ataque al derecho de propiedad, que garantizaba la Constituci�n, y cuya defensa aconsejaba el sentido com�n.

En octubre de 1861 la noticia de que los ej�rcitos de Gran Breta�a, Espa�a y Francia hab�an desembarcado en Veracruz facilit� de nuevo la reuni�n de la familia liberal. �vila empu�� con firmeza las riendas del gobierno y se propuso organizar las tropas que habr�an de defender el territorio nacional. En febrero de 1862, al frente de un ej�rcito no muy bien armado ni entrenado, pero pose�do del mayor entusiasmo, abandon� el estado. Se dice que las intrigas de sus enemigos le impidieron enfrentarse a los invasores, orden�ndosele a cambio que persiguiera partidas de bandoleros.

A su regreso a Aguascalientes fue poco lo que pudo hacer. Lo sustituy� en el gobierno Ponciano Arriaga, quien trat� en balde que la beligerante familia liberal se reuniera de nuevo. Se publicit� por entonces un escrito en el que 51 ciudadanos ped�an a los diputados que renunciasen a su cargo o que cediesen su sueldo "para las atenciones de la guerra". El presidente de la diputaci�n permanente consider� que los autores de tal demanda eran "enemigos de la paz p�blica".

Por indicaciones de la Secretar�a de Relaciones Exteriores y Gobernaci�n, Ponciano Arriaga convoc� a nuevas elecciones las cuales se llevaron a cabo el 19 de octubre de 1862 resultando triunfador Jos� Mar�a Ch�vez.

Ch�vez, un artesano muy honrado y trabajador, se hizo cargo del gobierno en el menos propicio de los momentos. No s�lo ten�a encima la inmensa encomienda de contribuir a la expulsi�n de los invasores franceses, sino que adem�s se le ped�a que promoviera la unidad pol�tica y el desarrollo econ�mico de la entidad. Por si ello fuera poco, ten�a que combatir numerosas gavillas de bandoleros, que encontraban en el desorden reinante m�ltiples oportunidades de enriquecerse. El m�s temible de esos bandidos fue Juan Ch�vez, que durante una de sus incursiones incendi� el Pari�n y saque� sus tiendas.

En diciembre de 1863, al frente de un reducido ej�rcito, Jos� Mar�a Ch�vez tuvo que abandonar el estado. Poco despu�s, a fines de marzo de 1864, ordenar�a el asalto de la hacienda de Malpaso, en Zacatecas, con la esperanza de obtener un peque�o triunfo sobre los franceses. Se retir� a Jerez, en donde fue sorprendido. En el combate que se trab� resultaron muertos m�s de 30 patriotas aguascalentenses, mientras que Ch�vez, herido, fue tomado prisionero y luego juzgado sumariamente. Junto con otros ocho oficiales de su ej�rcito fue fusilado el 5 de abril de 1864, en la hacienda de Malpaso.


Índice generalAnteriorÍndice de capítuloSiguiente