Las dificultades de la unificación de los trabajadores

Las dificultades de la unificación de los trabajadores


En 1935 los ferrocarrileros segu�an siendo un grupo numeroso y combativo del Partido Comunista Mexicano. La misma CTA reflejaba las posturas radicales de los ferrocarrileros, que junto con los maestros del Bloque Socialista de Maestros Revolucionarios de Aguascalientes (BSMRA), impulsaban las acciones sociales, pol�ticas y sindicales. En el estado todav�a exist�an en 1935 vestigios de grupos ligados a la CROM que se negaban a desaparecer y que continuaron existiendo muy avanzada la d�cada de los cuarenta, pero para la CTA esto no era preocupante. En cambio s� lo era la fuerza de la Confederaci�n Revolucionaria aguascalentense del Trabajo (CRAT), miembro de la C�mara Revolucionaria del Trabajo de la Rep�blica Mexicana. En el conflicto entre la CTA y la CRAT, Vicente Lombardo Toledano intervino para evitar la divisi�n de estas organizaciones que finalmente hab�an decidido unir fuerzas al crear en el estado la Confederaci�n de Trabajadores de M�xico (CTM), hecho que ocurri� en diciembre de 1937.

En cuanto a los empresarios, durante los primeros a�os del cardenismo hab�an sido cuidadosos de no oponerse directamente a las disposiciones obreristas del gobierno. El 21 de febrero de 1933, despu�s de haber presenciado la creaci�n de la CTA, formaron la Uni�n Sindical de Comerciantes e Industriales Mexicanos Establecidos en Aguascalientes (USCIMEA), que por su n�mero de agremiados solicitaba permiso al gobierno para constituirse en la C�mara de Comercio del Estado.

En su �rgano de difusi�n, denominado Pro-M�xico, los empresarios afirmaban tener buenas relaciones con el gobernador. Todos se manifestaban en favor de la libre empresa y la libertad de religi�n, se opon�an a la lucha de clases y ped�an que se reconociera a la clase media como factor preponderante en beneficio de la nacionalidad; no protestaban por el reparto agrario, tampoco hablaban sobre la educaci�n socialista. Abanderaban sin reservas ciertas consignas cardenistas y su discurso recog�a frases del momento. Pero as� como se acercaban a los representantes del gobierno, tambi�n parec�an estar ligados a un movimiento cat�lico que con discreci�n segu�a en pie de lucha.


Índice generalAnteriorÍndice de capítuloSiguiente